Neuquina murió en una tragedia aérea
Una empresaria argentina falleció ayer domingo al estrellarse en Nepal un avión con 72 pasajeros, en la peor catástrofe aérea para ese país en tres décadas. La pasajera argentina era Jannet Sandra Palavecino, radicada en Neuquén, según la lista difundida por Yeti Airlines y la Autoridad de Aviación Civil de Nepal. "Jannet Palavecino, que descanses en paz. Te vamos a extrañar y tener presente siempre en nuestra memoria. Mis saludos y condolencias a toda la familia y afectos", escribió el gobernador de Neuquén, Omar Gutiérrez, en su cuenta de Twitter.
Palavecino era gerenta del Hotel Suizo de Neuquén, construido por su familia, y una "apasionada" por las montañas, el cicloturismo, el campo, las huertas y las pinturas. También la organización turística Copahue Extremo formuló inmediatamente sus condolencias: "despedimos con mucha tristeza a Jannet Palavecino. Enorme persona y gran colaboradora en la organización de Copahue Extremo. Nuestras condolencias a familiares y amigos. Hasta siempre querida Jannet".
En diálogo con Télam, Sergio Stillger afirmó que Jannet "era una gran amiga, con quien realizamos y vivimos muchas aventuras" y contó que "siempre estuvo en la organización de mis carreras (de aventuras). Su trabajo era fundamental, casi imprescindible, porque estaba en todos los detalles y era muy resolutiva. Y lo hacía porque además de ser amigos le encantaba hacerlo", resaltó.
La Autoridad de Aviación Civil de Nepal informó que hasta el momento se encontraron 68 cuerpos y el vocero de la aerolínea india, Pemba Sherpa, confirmó que no hubo sobrevivientes. De todos modos, todavía no hay una confirmación oficial de los organismos de emergencia nepalíes.
Poco antes de aterrizar.
El portavoz del Ejército, Krishna Prasad Bhandari, aseguró que "el aparato se estrelló en un barranco, por lo cual resulta difícil retirar los cuerpos" y agregó que "la operación de búsqueda continúa, y por ahora no se encontraron supervivientes".
El vuelo, con 68 pasajeros y cuatro tripulantes, había despegado en Katmandú, capital nepalesa, y se estrelló poco antes de las 11 (2:15 hora argentina) cerca de Pokhara, su lugar de aterrizaje. Esta ciudad es un punto de paso importante para peregrinos y montañistas extranjeros.
Además de Palavecino, a bordo iban otros 14 extranjeros: cinco de India, cuatro rusos, dos coreanos, un australiano, un irlandés y un francés, informó el vocero de la aerolínea, Sudarshan Bardaula. El fuselaje incendiado del aparato, un ATR 72 propulsado por dos motores turbohélice, cayó a un profundo barranco entre el antiguo aeropuerto de Pokhara, construido en 1958, y la nueva terminal internacional, inaugurada el pasado 1º de enero.
Vuelos muy peligrosos.
Según AFP, la industria aeronáutica de Nepal creció mucho en los últimos años. Sin embargo, debido a la falta de formación del personal y problemas de mantenimiento, las compañías sufren a menudo problemas de seguridad. Por eso, la Unión Europea prohibió el ingreso a su espacio aéreo de vuelos nepaleses.
El país del Himalaya también cuenta con algunas de las pistas más remotas y complicadas del mundo, flanqueadas por picos nevados que convierten los aterrizajes en un reto incluso para pilotos experimentados.
Además, Nepal no dispone de infraestructura para establecer previsiones meteorológicas precisas, especialmente en las regiones más remotas y con relieves montañosos difíciles, donde se registraron varios accidentes mortales en los últimos años.
El de ayer fue el accidente aéreo más mortífero en Nepal desde 1992, cuando 167 personas que viajaban a bordo de un avión de Pakistán International Airlines murieron al estrellarse cerca de Katmandú. En marzo de 2018, 51 personas murieron cuando un avión de US-Bangla Airlines se estrelló cerca del aeropuerto internacional de Katmandú. Y en mayo del año pasado, las 22 personas que volaban en un avión de la compañía nepalesa Tara Air (16 nepaleses, cuatro indios y dos alemanes) murieron al estrellarse el aparato, poco después de despegar en Pokhara con destino a Jomsom, un popular lugar de senderismo. Los restos fueron hallados al día siguiente, en la ladera de una montaña a unos 4.400 metros de altitud.
(Télam)
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