Más del 10 % de las pymes podría cerrar antes de 2026
Las pequeñas y medianas empresas de la Argentina atraviesan un deterioro en ventas, empleo y rentabilidad. En este marco, luego de dos años de gestión de La Libertad Avanza (LLA), el cuadro financiero se agravó al punto de que más del 10% de los empresarios admite que podría cerrar su negocio antes de fin de año.
La rentabilidad de las pymes sigue en caída, seis de cada diez ya trabajan sin márgenes positivos y casi un cuarto directamente pierde dinero incluso operando. Con precios y ventas que corren por debajo de los costos, cuatro de cada diez empresas se sostienen endeudándose para pagar impuestos o cubrir salarios, no para inversiones productivas.
En paralelo, el tejido productivo continúa achicándose: en los últimos 20 meses se perdieron más de 300.000 empleos formales y el país acumula una merma de más de 19.000 empresas registradas. Sin señales claras de reversión, las pymes advierten que si no cambia el rumbo del actual programa económico será difícil que recuperen su rol en el PBI y en la generación de trabajo digno, informó El Destape.
Mientras la actividad económica se sostiene atada a la expansión financiera y extractiva, el aparato productivo y el empleo formal se derrumban de forma sostenida. Al respecto, nuevos datos dan cuenta del panorama especialmente preocupante para las pymes del país. Según se conoció, 6 de cada 10 empresas trabajan sin rentabilidad y más del 24% pierde dinero incluso operando. Esta situación agravó el riesgo financiero: el 13% de los empresarios advirtió que podría cerrar su negocio antes de fin de año.
Costos.
¿Cómo se llegó a esta situación? Un aspecto relevante tiene que ver con que se agudiza la tensión en los precios, costos y rentabilidad. Así, el 88% de las empresas sufrió aumentos de costos, mientras que el 74% se vio obligada a subir precios. Sin embargo, “los incrementos no alcanzaron a compensar la inflación”. Así se desprende de un relevamiento presentado por la Asociación de Empresarios y Empresarias Nacionales para el Desarrollo Argentino (ENAC) donde se detalló que los costos crecieron 18,3% en promedio frente a un 15,2% de aumento en precios, lo que comprimió los márgenes de rentabilidad.
A esto se suma otro factor destacado por las propias firmas vinculado al fuerte endeudamiento que debieron afrontar para intentar subsistir en el negocio. En concreto, el 28,5% se endeudó para reponer capital de trabajo, el 21,3% para pagar impuestos y el 20,5% para afrontar salarios o aguinaldos. “La mayoría de los casos no estuvo vinculada a inversiones productivas, sino a la búsqueda de sostener la actividad básica ante la falta de liquidez”, sostuvo el informe.
Un tercer punto que se suma a la situación de costos y deuda creciente refiere a una cadena de pagos cada vez más tensionada: el 59% de las empresas indicó que sus clientes extendieron los plazos de cobro unilateralmente, y el 47% señaló un aumento del incumplimiento. En promedio, las pymes financian a sus clientes durante 37 días, mientras que pagan a proveedores a 30 días, lo que refleja “una cadena de pagos cada vez más ajustada”.
En diálogo con el medio citado, el presidente de ENAC, Diego Ojeda, sostuvo que "la problemática que nos afecta tiene que ver con que más del 70% de las empresas tuvo que aumentar los precios, sin embargo, no llegan a superar la alta suba de los costos. Esto genera que se pierda rentabilidad, y en muchos casos, esta pérdida hace que las pymes estén trabajando por debajo del punto de flotación”.
Todo esto podría agravar un escenario ya preocupante. Según los datos divulgados por la Superintendencia de Riesgos del Trabajo (SRT) en agosto pasado el número de empresas aportantes se situó en 493.193 unidades productivas, alejándose nuevamente del umbral simbólico de las 500.000 empresas. Esta cifra representa una reducción interanual de 6.842 empresas respecto de un año atrás. El sector manufacturero también exhibió una contracción, con 47.648 empresas activas (-1.095 unidades productivas en términos interanuales).
Mercado interno.
El panorama actual está marcado por un mercado interno que sigue en caída libre y, en relación, una actividad productiva que se mantiene en niveles de recesión. En concreto, el 40,4% de las empresas reportó problemas en sus ventas -con caídas superiores al 10% en unidades vendidas- durante el tercer trimestre del año. Y, de hecho, en el sector industrial, el impacto fue aún mayor: casi la mitad (45,9%) tuvo un retroceso significativo en sus ventas. Solo el sector Servicios mostró una leve mejora del 6,6%, mientras que el Comercio volvió a caer (-1,3%).
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