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Martes 16 de diciembre 2025

Volvió el streaming del CONICET a los océanos argentinos

Imágen de la transmisión en vivo

Zarpó una nueva expedición de científicos argentinos a los abismos oceánicos y desde hoy martes 16 se puede seguir en vivo la transmisión en el canal de YouTube del Schmidt Ocean Institute. A través de este medio, los científicos van a ir revelando todos los misterios, las novedades, las imágenes y todas las explicaciones de lo que sucede en el fondo del mar. 

 

El objetivo de la expedición es la de encontrar extrañas formas de vida que se alimentan de gases en el fondo del mar. María Emilia Bravo es quien lidera la nueva expedición de científicos argentinos que busca las más extrañas formas de vida del planeta que se desarrollan en los abismos submarinos. El domingo pasado a las ocho de la mañana zarparon desde el puerto de Buenos Aires a bordo del Falkor (too), el barco recorrió 400 km de los 3000 que incluirá la campaña con fecha prevista de finalización el 10 de enero.  

 

A primera hora de esta mañana comenzaron con el primer punto de exploración a la altura de Necochea (donde se quedarán aproximadamente una semana), ahí van a estar haciendo muestreo del agua y mapas del fondo. La campaña “Vida en los Extremos” recorrerá de Norte a Sur la región del mar profundo que sigue el borde de la plataforma submarina argentina hasta llegar al extremo de Tierra del Fuego.

 

Se detendrán para realizar la exploración en tres áreas en las que el submarino robótico ROV SuBastian podrá inspeccionar desde los 500 hasta los 4000 metros de profundidad: Necochea, Puerto Madryn y Tierra del Fuego.

 

En este contexto, el grupo de científicos pasarán las fiestas (Navidad y Año Nuevo) realizando las investigaciones pertinentes. La tripulación está conformada por 25 científicos y dos “observadores” de la Subsecretaría de Ambiente de la Nación y de la Comisión para la Definición del Límite de la Plataforma, de Cancillería, embarcada y trabajando por turnos durante las 24 horas.

 

Entre los investigadores, se encuentra el pampeano Ele Beruschi, miembro del equipo de investigadores del Instituto Argentino de Oceanografía (IADO-CONICET). La mayoría de los científicos son de la Facultad de Ciencias Exactas, de la UBA. También integran el grupo colegas de la Universidad Nacional del Sur, del Instituto Argentino de Oceanografía, de Bahía Blanca, y del Museo Argentino de Ciencias Naturales (MACN), incluyendo al que fue el jefe científico de la campaña en el Cañón Mar del Plata, Daniel Lauretta. Viajan con ellos  colaboradores científicos internacionales del Scripps Institute of Oceanography, de las universidades de Temple y Lehigh, de los Estados Unidos, y de la República, de Uruguay. 

 

“El objetivo científico de esta misión es el estudio exhaustivo, de forma multidisciplinaria e integral, de ecosistemas quimiosintéticos [comunidades biológicas marinas que se alimentan de energía a partir de reacciones químicas inorgánicas en ambientes extremos, sin luz solar y, por lo tanto, sin posibilidad de fotosíntesis, que encuentran su sustento en las filtraciones de metano del fondo oceánico] –cuenta Bravo–. Nos vamos a centrar en el estudio de ecosistemas del fondo marino, en la biodiversidad de la fauna, para entender cómo funciona. Necesitamos saber cómo son las características de estos ambientes extremos, porque tienen una carga muy alta de gases (metano, sulfuro e hidrógeno) que se escapan desde el fondo en forma de burbujas y alimentan formas de vida muy diferentes de las convencionales. En la Argentina, las descubrimos hace poco, gracias a campañas oceanográficas a bordo del buque del Conicet “Austral” y, si tenemos suerte, ahora las vamos a poder ver por primera vez", detalló María Emilia Bravo.

 

Se cree que los gases pueden provenir de depósitos de materia orgánica muy antiguos, que fueron calentados y sometidos a altísima presión, quedaron atrapados en bolsones a gran profundidad y después, por sistemas de fallas, terminan escapando o formando “chimeneas” por las que acceden al fondo marino. 

 

“Este sería el origen conocido como ‘termogénico’, un evento de miles de años de antigüedad", explicó Bravo. "Otro proceso que puede darles lugar es la degradación microbiana de materia orgánica. Eventualmente quedan atrapados, salen con mucha presión y pueden generar cráteres enormes, de hasta 500 metros de diámetro. Nosotros vamos a iestudiar algunos que se formaron por la expulsión masiva de gas que removió el sedimento, y ahí adentro vamos a ver cómo son las formas de vida [que los habitan] de las que todavía sabemos muy poco”.

 

Las bacterias quimiosintéticas pueden vivir libremente o formar agregaciones que se advierten a simple vista como manchas. También existen dentro o fuera de animales, y les dan alimento a través de una relación simbiótica. “La quimiosíntesis puede terminar alimentando ecosistemas enteros y aportando nutrientes para el mar profundo, incluso a distancias muy altas alrededor de los escapes de gases”, destacó la científica. 

 

Aunque parece de otro planeta, este extraño mundo existe desde que se originó la vida en la Tierra, cuando era la forma dominante de alimentación. “Hay toda una rama de investigación que estudia las formas de vida fuera del planeta Tierra y justamente busca este tipo de organismos –desliza Bravo–. Para nosotros son muy raros, porque como humanidad los descubrimos hace aproximadamente 40 años, pero lo cierto es que hoy día ambas formas de alimentación coexisten, y todavía no entendemos muy bien cómo interactúan entre sí y cómo influye el aporte que hace el gas a la vida en el océano”.

 

Gracias al submarino robótico, los científicos recolectarán muestras de animales; en particular, invertebrados como gusanos marinos, almejas, cangrejos, estrellas de mar, corales y esponjas para analizar si dependen de la quimiosíntesis, si son más abundantes o no, y si son las mismas especies o distintas de las que viven en ambientes sin gases. 

 

Para ganarse el derecho a utilizar las facilidades que brinda el Falkor (too) los científicos argentinos debieron competir entre múltiples proyectos en la misma convocatoria en la que se eligió la campaña al Cañón de Mar del Plata. “Nos enteramos en junio del año pasado que habíamos obtenido el tiempo de buque, y tuvimos que esperar un año y medio porque vamos a la Cuenca Malvinas, donde las condiciones meteorológicas no son buenas durante el invierno”, comentó Bravo. 

 

“Va a ser una experiencia diferente, pero esperamos poder hacer un buen trabajo y recolectar información para nutrir nuestras carreras de acá en adelante. Hay varios resultados cuya publicación demorará un año o dos. Otros estarán listos de forma inmediata, como mediciones de la columna de agua y de sensores. Una de las condiciones que pusimos es que toda la información que generemos se publicará con acceso abierto. Más allá de la campaña misma, es un trabajo exhaustivo que fue posible y requiere de las estructuras que proveen nuestras universidades, nuestros centros de investigación”, concluyó la investigadora.

 

Desde que zarparon, las condiciones meteorológicas fueron excelentes, con un mar muy calmo, esencial para poder desplegar el SuBastian, que solo puede descender si las olas no superan los dos metros. Se los puede seguir en vivo por el canal de YouTube del Schmidt Ocean Institute y por la cuenta de instagram @vidaenlosextremos, donde los científicos postean novedades, imágenes y explicaciones de lo que va sucediendo. Más información, en el sitio https://exactas.uba.ar/vidaenlosextremos/.

 

(El Destape)

 

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