Andrés, el especialista

Especializado en kinesiología del deporte, Andrés Kiriachek realiza una tarea única en la provincia: rehabilita con un trabajo muy específico a quienes padecen distintas lesiones y dolencias.

Entre las palabras y conceptos que se impusieron en los últimos años aparece una que se aplica a distintas situaciones personales: resiliencia. «Es la capacidad que tienen las personas para recuperarse de situaciones complicadas y avanzar. Estas personas aprovechan las dificultades o los traumas difíciles que viven para obtener un beneficio que les permita obtener recursos útiles para el futuro», es una de las definiciones más difundidas.

Cuando Andrés era un adolescente de 17 años y competía en ciclismo, en el alto rendimiento deportivo, participó de una de las ediciones de la tradicional Vuelta de La Pampa, y en una etapa contrarreloj, en la avenida Perón (entre Santa Rosa y Toay), un carro arrastrado por caballos se cruzó imprevistamente en su camino.

«Tuve estallido de la rótula, quedó repartida en ocho pedazos, sufrí la rotura del fémur y lesiones en los dedos, en una muñeca, en un tobillo y en las costillas. No habían cortado el tránsito y me lo choqué», recuerda Andrés Kiriachek hoy, a sus 42 años, mientras muestra la enorme cicatriz en su rodilla. Pasó el tiempo, se recuperó y hoy sigue siendo un ciclista, pero sobre todo un especialista, un kinesiólogo encargado de restaurar físicos lesionados gracias a su enorme capacitación y experiencia.

«Cuando era chico jugaba al fútbol en All Boys y un compañero de la escuela, Adrián Kisner, tenía un hermano que corría y lo íbamos a ver. Además, un amigo del barrio, Sebastián Lastiri, también hacía ciclismo y yo me enganché. Hoy, más de 30 años después, seguimos siendo compañeros de equipo con Seba. Su papá, el ‘Chamaco’ Lastiri (actual secretario de Recursos Hídricos de la provincia) era dirigente del equipo Tiempo Libre y me llevó a correr hasta los 17 años», cuenta Andrés marcando el momento en el cual, de manera muy abrupta, debió dejar de lado su faceta competitiva.

«Cuando terminé el colegio y me recuperé, me fui a Córdoba a estudiar kinesiología y después me fui a la UBA (Universidad de Buenos Aires) para especializarme en deportología», detalla quien es el único que ostenta ese título en la provincia. Hoy, además, es socio representante de la Asociación de Kinesiólogos del Deporte.

Movimiento.
Andrés tiene un largo recorrido junto a renombrados deportistas, participó desde su profesión y especialidad en selecciones nacionales como las de básquet y de ciclismo de ruta y trabajó junto a los más reconocidos especialistas del país. Un emprendedor que nunca se quedó quieto y que hoy tiene su propio lugar, «Bienestar, consultorio interdisciplinario», en la calle O’Higgins 554 de Santa Rosa, donde también atiende su colega Fiorella Vicente mientras Romina se encarga del área administrativa.

«En principio tenía consultorio en la avenida Luro, después me fui a la calle Urquiza y finalmente pude tener este sitio», enumera Andrés en la sala donde atiende a los pacientes, pegado al gimnasio donde se realiza la rehabilitación y junto a un espacio al aire libre donde construirá dos gimnasios: uno techado y otro a la intemperie.

«Es que soy un convencido de que la rehabilitación no es camilla, es con movimiento. Las rehabilitaciones son activas, siempre en la medida que las lesiones nos vayan dejando, por eso es muy importante trabajar con la biomecánica, tener un método evaluativo muy general de cada persona. Soy un propulsor del abordaje interdisciplinario, es la mejor forma de trabajar», postula.

Kiriachek está siempre activo. Más allá de su labor diaria en el consultorio brinda charlas, trabaja con selecciones deportivas de la provincia, viaja a distintas especializaciones y cursos.

«En 2018 fui a Bilbao, en España, a hacer un curso de biomecánica del ciclista. Era un trabajo con el equipo que ganó el Tour de France y la Vuelta de España, y quedé como parte del staff de profesores. En estos días justo di una charla de lesiones típicas en el ciclismo. Es muy bueno saber biomecánica porque te permite tener la información sobre el gesto, de qué depende cada movimiento, la posición que ocupa el deportista en un determinado equipo y la función que cumple. Es todo un detalle que hace que cada uno tenga un abordaje diferente», explica el kinesiólogo.

Agradecidos.
En el gimnasio donde Andrés trabaja con distintos elementos y aparatos -y donde su pequeña hija aprovecha para deambular entre pesas, cintas y pelotas-, se exhiben en las paredes camisetas deportivas firmadas y enmarcadas, en las que se leen agradecimientos de distintos protagonistas porque la tarea y sabiduría de su kinesiólogo les permitió pasar el mal trago de una lesión. Hay algunas de deportistas con nombres poco conocidos y otras de verdaderas estrellas, como la número 7 que el basquetbolista Facundo Campazzo (hoy capitán y figura de la selección argentina de básquet además de jugador de la NBA estadounidense) usaba en su club cordobés.

«He trabajado con muchos deportistas del máximo nivel. En el caso de Facundo yo trabajaba en el club Parque de Córdoba cuando él era juvenil antes de irse a Peñarol de Mar del Plata que fue donde explotó. Quedó una muy linda relación y por eso tengo la camiseta».

Andrés reseña que, cuando volvió para instalarse en Santa Rosa, un grupo de amigos lo convenció para sumarse a un equipo de fútbol amateur, hasta que una lesión le hizo cambiar de planes. Y ahí surgió su viejo amor, ese que anda siempre en dos ruedas.

«Me reencontré con toda la gente del ciclismo y me convencieron de volver a subirme, así que desde hace ocho o nueve años que corro, es algo muy lindo y que genera muchas sensaciones más allá de lo que es el trabajo diario», resalta quien más allá de resiliencias, esfuerzos y capacidades mantiene un espíritu emprendedor que lo destaca en lo que hace, restaurar músculos y huesos para que se pongan en funcionamiento. Ese es Andrés, el especialista.