Martes 23 de abril 2024

Chema: El universo para jugar

Redaccion Avances 13/08/2022 - 09.17.hs

Brenda Domínguez lleva adelante un emprendimiento que se destaca por su originalidad y diseño. Desde Toay vende productos a distintas localidades.

 

La parrilla con una brochette multicolor, distintos cortes de carne o de pollo, un sándwich de pan lactal o una hamburguesa completa, una cocina con todos los accesorios. Todo para armar y desarmar. Para imaginar y entretenerse.  Para hacer lo que mejor se puede hacer durante la infancia, que es jugar. Todo eso es lo que propone “Chema”, un emprendimiento tan joven como su impulsora pero que en breve tiempo logró imponerse en base a innovación, calidad y gran capacidad de trabajo.

 

Brenda Domínguez tiene 24 años y aunque “Chema” acumula solo unos meses de vida ya aglutina toda una trayectoria detrás, un presente en crecimiento y un futuro con proyección. Desde Toay se construye un universo en madera que invita al disfrute.

 

“En realidad Chema es un emprendimiento que se divide en tres partes: por un lado fabrica y vende juguetes, por otro se ofrece el servicio de corte y grabado para otras empresas, es decir que les corto las piezas con la máquina CNC y en menor medida fabricación de productos de decoración que van a los negocios para su venta. Pensé el proyecto de esa manera y, si bien los juguetes es lo que más atrae, los otros servicios también tienen una gran salida”, destaca Brenda, que comenzó a desplegar su espíritu emprendedor en plena adolescencia, cuando estaba en el último año del colegio secundario.

 

“En una de las materias, para aprobar había que hacer un proyecto y yo hice algo que nada que ver con los juguetes. Después empecé a estudiar el profesorado y seguí haciendo cosas como hobby mientras hacía la carrera docente:  cajas, portarretratos, cosas sencillas que iba a ofrecer y vender. Pero con la pandemia eso de salir a la calle se cortó y comencé con el servicio de corte y a ofrecerlo al público mayorista. Lo de los juguetes se fue dando de a poco. Cuando terminé la carrera me metí más con eso y ahí fue que pensé en el rediseño de los productos y en reformular la marca”, explica Brenda.

 

Hasta allí su proyecto tenía el nombre de “Lancuyen” pero desde abril de este año cambió a “Chema”y fue entonces que el crecimiento fue incesante. “A Chema le agregué lo de universo en madera porque es mucho lo que se pueda hacer. Si usás la imaginación se pueden crear incontables cosas. El corte lo hago yo,  me costó bastante aprender a usar la máquina, pero una vez que le agarrás la mano es mucho más ágil todo el proceso”.

 

Vidriera.

 

La producción de Brenda tuvo una oportunidad inmejorable de mostrarse y vender en una de las carpas de la Expo Pymes de este año, en el autódromo de su ciudad, en Toay. Allí montó su stand y esa experiencia le sirvió como un impulso notable para su emprendimiento.

 

“Como mucha gente dice, es realmente una vidriera, y lo que significó para mí fue increíble. Yo siempre veía a la Expo Pymes como algo muy lejano, de grandes emprendimientos y con mucha historia, por eso para mí haber llegado fue un montón. Conocés a muchísima gente, colegas, hacés clientes, relaciones, realmente es muy valioso y a mí me sirvió muchísimo”, valora la joven.

 

En Santa Rosa, los productos de “Chema” (en el número de teléfono 2954 525023 se puede hacer el contacto por WhatsApp, especialmente para informarse sobre el servicio de corte) se consiguen en Casa Tribu, sobre la calle 25 de Mayo entre Mansilla e Hilario Lagos, y en el local de Quintana y Avellaneda. Además, en comercios de Realicó, Quemú Quemú, en la bonaerense Pellegrini y también en Neuquén.

 

“Salí a la ruta y fui ofreciendo. A la gente le gustan mucho los productos, llaman la atención y eso está muy bueno. Trabajo con kiri, que es una variedad de madera muy linda, y después los colores y demás con fibrofácil. Los juguetes son todos desarmables entonces eso ya le da a los nenes y nenas la posibilidad de jugar desde que sacan las cosas de la caja”.

 

Fuente de trabajo.

 

Brenda destaca el apoyo recibido del municipio de Toay que le brindó un crédito inicial para equipamiento y luego otro para la máquina CNC. El objetivo de la emprendedora es vender a mayoristas y hacia allí enfoca sus esfuerzos.

 

“Mi idea hacia adelante es posicionar desde Toay una fábrica de juguetes que pueda dar trabajo a la gente en general pero sobre todo a quienes tienen menos posibilidades en el mercado laboral, gente de bajos recursos o que por una cuestión de género se les dificulta mucho entrar a distintos trabajos. Esa es mi proyección, por supuesto que recién arranco y hay mucho camino por recorrer, pero me gusta imaginar las cosas que se pueden hacer hacia el futuro”.

 

Brenda sabe que el principal competidor que tiene hoy una fábrica de juguetes son las pantallas, esa tentación que para muchos ya es un entretenimiento desde edades muy tempranas.

 

“Por supuesto que una sabe la realidad y hay cosas que están hoy muy impuestas, por eso en el emprendimiento también está presente esa idea de tratar de que los nenes se desconecten de las pantallas y descubran todo lo que significa jugar y entretenerse de otra manera. Es difícil pero creo que se puede distribuir los tiempos y buscar alternativas”.

 

“Chema” tiene en toda su impronta un sello distintivo. Y apunta a cuestiones como el reciclado, el cuidado del medio ambiente y la educación. “Como docente que soy lo didáctico tiene un lugar importante y siempre voy pensando en cosas relacionadas a eso. Los juguetes ofrecen distintas posibilidades desde que se comienzan a usar así que de ahí viene eso de universo en madera, porque es un mundo de imaginación y juego”.

 

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