Martes 06 de mayo 2025

La cosecha fina deja U$S 162 millones

Redacción 24/08/2024 - 11.56.hs

En promedio, el crecimiento del trigo fue del 29% y el de la cebada 4,6% respecto de la siembra pasada. Si bien fue mejor que la recolección anterior, está muy por debajo del promedio histórico.

 

JUAN JOSE REYES

 

La producción total de granos finos (trigo y cebada) en La Pampa, durante la campaña 2023/24, fue de 700 mil toneladas en una superficie sembrada de 372.600 hectáreas y un total de 316.600 cosechadas. Dicho tonelaje, si bien fue mejor que la recolección pasada, está muy por debajo del promedio histórico. Esta cosecha le hizo ganar al campo pampeano a valor FOB del Mercado de Chicago 162 millones de dólares de ingresos fuera de impuestos y retenciones. No se contabiliza aquí lo obtenido por otros tres cereales de invierno de menor producción como la avena (53.870 tn.); el centeno (35.050 tn.) y el alpiste con 240 toneladas.

 

Para tener una noción de la incidencia de la producción de granos finos dentro del Valor Bruto de Producción (VBP), es necesario recordar que estos cereales participan en un 31,2% y la de los granos gruesos y oleaginosas el restante 68,8%. La caída de la producción de las últimas campañas de invierno ha significado un decrecimiento en comparación con los niveles de producción de siembras pasadas, salvo la 2022/23.

 

La productividad fue aceptable (trigo 2.105 qq/ha y cebada 2.756 qq/ha), atribuible a una menor utilización de híbridos y mejores métodos de labranza, atentos a la falta de registros pluviométricos acordes a la línea de lluvias de la última década en la provincia.

 

Antes el ciclo agrícola pampeano iba de este a oeste y de norte a sur y ahora se da oeste a este y en menor proporción de sur a norte. El claro ejemplo fue el rendimiento en trigo, por ejemplo, definido por la cantidad de espigas logradas por metro cuadrado, los granos por espiga y peso de 1.000 granos pasando de 25.77 quintales promedio por hectárea a 21,05.

 

Aunque el factor decisivo es la cantidad de espigas por metro cuadrado, no hay que olvidar es que la recolección de los cereales de invierno es estratégica para poder avanzar en la gruesa, que tampoco tiene buenas perspectivas según los números extraoficiales.

 

La “caja chica”.

 

Según la Secretaría de la Agricultura, Ganadería y Pesca de la Nación, en sus dos delegaciones de la provincia, la cosecha fina pampeana de la campaña anterior (básicamente trigo y cebada y dejando de lado la avena, centeno y alpiste/colza) alcanzó un total de producción de 787.390 toneladas lo cual generó un ingreso promedio ponderado a la provincia del orden de los 162 millones de dólares fuera de retenciones.

 

Como conclusión se puede aseverar que La Pampa y toda la zona núcleo enfrentó una sequía de la cual poco y nada ha podido reponerse, con casi el 40% de la superficie del territorio afectada por la falta de lluvias o en condiciones de estrés hídrico.

 

El año 2023 y los primeros meses del 2024 se ubica entre los 10 años más secos desde 1961. Según el Sistema de Información de Sequías para el Sur de Sudamérica (Sissa), casi el 60% del territorio argentino (entre ellas La Pampa), padece sequía con diferentes grados de intensidad. Un 40,42% no estaba seco al 10 de agosto pasado, mientras que un 10,54% estaba anormalmente seco, un 18,76% sufría sequía moderada, un 16,07% padecía sequía severa, un 11,34%.

 

Además, el crecimiento de la competencia entre los operadores comerciales locales se manifiesta en la necesidad de ofertar un paquete de nuevos servicios al productor para que eleven sus ingresos netos y reduzcan sus costos, como una forma de morigerar los aspectos tributarios y de créditos casi imposibles de tomar, salvo la de los pequeños pues el BLP y el Ministerio de la Producción le subsidian las tasas.

 

Aquí un 8% de los granos cosechados no es volcado al circuito de comercialización por el productor pues es utilizado en general como forraje o semilla dentro de su establecimiento. Del 92% restante, 44% es vendido a través de acopiadores instalados a lo largo y a lo ancho de la provincia. Alrededor de un 5% es comercializada a acopiadores privados y el otro 43% es entregado, en consignación, a cooperativa de productores o van directamente a silobolsas. Tal matriz de comercialización se modificó en la última campaña por los eventos meteorológicos enumerados, pues el ingreso de divisas de la campaña fina es valioso pues está considerada como la “caja chica” del chacarero para financiar la gruesa.

 

Grano por grano.

 

Los resultados finales de la campaña de trigo 23/24 establecen que se sembraron 271.800 hectáreas y se cosecharon en 267.600, produciéndose 563.170 toneladas del cereal, con un rinde de 2.105 kg/ha. En cebada total (cervecera y forrajera) se sembraron 100.800 hectáreas y se cosecharon solo 49.000, con una producción de 135.060 toneladas y un rinde promedio de 27,06 qq/ha.

 

La acotada campaña impactó de lleno en la exportación y la molienda dejando a los productores y a los tres fiscos (AFIP, DGR e intendencias por las guías cerealeras) y además tampoco hubo una mejora en los precios internacionales. En síntesis, los granos finos pampeanos, para ambos propósitos en lo que respecta a la superficie implantada para grano y forraje alimentario, fue muy modesto y además poco auspicioso en fondos que ingresaron a los productores para los inicios de la nueva campaña fina cuasi finalizada.

 

Un relevamiento realizado por CREA muestra la preocupante situación generada por las adversidades climáticas en ambos cultivos, que provocaron una merma importante en el ingreso de divisas. Si bien hubo una mejora de precipitaciones de entre 150 y 190 mm. respecto de la campaña pasada en el periodo que va entre mayo y noviembre, en el promedio de la década está muy por debajo aún.

 

Entrados los días de mayor demanda hídrica, como la actual, se comenzó a visualizar lo irreversible. El número de espigas resultó muy bajo, la falta de disponibilidad de agua hizo que la mayoría de los macollos no sobrevivieran.

 

'
'