Jueves 25 de abril 2024

Un tercio del cultivo es por siembra directa

Redacción 15/07/2023 - 00.13.hs

La Bolsa de Cereales ubica a nuestra provincia como el quinto distrito del país con mayor área con ese destino, por fuera de la siembra convencional. Este sistema sustentable de producción causó un cambio estructural en el norte de La Pampa.

 

JUAN JOSE REYES

 

La Pampa cuenta con una superficie agrícola en siembra directa que trepa al 35% del total de la zona cultivable, es decir 730.545 hectáreas sobre un terreno apto de 2.121.000 hectáreas según la Bolsa de Cereales. De esta manera, somos el quinto distrito del país con mayor área con ese destino por fuera de la siembra convencional. Este sistema sustentable de producción causó un cambio estructural en todo el norte provincial de producción agraria desde fines del siglo pasado.

 

Se observa además una tendencia de adopción creciente año tras año, más allá de los efectos de la seguía que la aplacó, asegurando un impacto económico superlativo y potencialidad para seguir creciendo tanto en maíz con 251.475 hectáreas; soja en 130.690 y 80 mil de girasol.

 

Se considera labranza cero o siembra directa (SD), al sistema que intenta evitar a toda costa el arado del suelo, de modo que este tenga una mayor protección y no pierda ni su consistencia, ni sus propiedades ecológicas. También incluye a otras actividades como los son la rotación de cultivos o la cobertura del suelo con residuos de la última cosecha.

 

La Pampa tuvo a sus pioneros, que con aciertos y errores nos inculcaron la idea de que sembrar sin arar, como forma de innovación, hoy es parte de la explicación del aumento de producción y productividad y menor pérdida por erosión de la última década. Los granos enfrentan grandes desafíos; y si bien la SD se ha estancado por la seca, queda mucho camino por recorrer para alcanzar una producción sustentable entre cosecha fina y gruesa.

 

Ventajas y desventajas.

 

El hecho de llevar a cabo esta técnica de siembra para mantener la salud de nuestros suelos y aumentar la fertilidad del mismo, ha generado enormes beneficios para la agricultura pampeana. La gran ventaja es que se logra ahorrar el uso de fertilizantes en grandes cantidades debido a que no se tiene que recurrir a un riego típico, sino que es puntual sobre la semilla.

 

Ello determina el ahorro de grandes cantidades de mano de obra, ya que el uso de las nuevas tecnologías le permitirán realizar una siembra perfecta y de manera eficiente con un sólo operario además de reducir la erosión del suelo un 65%. Además mejora la retención de agua en el suelo, clave en nuestros suelos, por lo que la evo transpiración es mucho más lenta.

 

Un suelo que retiene durante más tiempo el agua, es un suelo mucho más eficiente a futuro y el uso y consumo de combustibles se reduce de manera drástica, por lo que se produce un impacto positivo en el medio ambiente y en el bolsillo del productor.

 

Hoy, poco más de una de cada tres hectáreas de la superficie agropecuaria provincial se realiza en SD en los departamentos Chapaleufu, Maracó, Quemu Quemu, Realicó, Conhelo y Rancul. El área con baja labranza trepa a las 730 mil hectáreas la cual representa algo más de un 35% del área agrícola cultivable de la provincia. En la campaña 22/23 hubo en SD, 290.325 hectáreas de maíz, 188.653 de soja 188.653, 42.700 de trigo y 44.800 de girasol.

 

Conservación.

 

Después de décadas en las que predominó el mecanismo de labranza en la producción, con la contaminación del agua y la degradación de la conformación biológica de nuestro suelo como consecuencia, entre otros perjuicios, en nuestra región ese mecanismo a gran escala representó un gran cambio en los modos de producción en buena parte de los lotes del cuadrángulo noreste provincial.

 

Según los entendidos en la materia, la siembra directa tiene una incidencia positiva de un 80% sobre la conservación del suelo, reduciendo la erosión, ya que el rastrojo en superficie impide el golpe directo de la lluvia, disminuye el escurrimiento y favorece la infiltración y conservación de la humedad.

 

Afirman que la no remoción del suelo facilita la recuperación física y biológica del mismo con beneficios importantes para el medio ambiente. A esto debe agregarse la reducción de los efectos negativos del sedimento depositado en las vías de agua navegables, como así también en el arrastre de biocida que perjudica la potabilidad del agua.

 

También se puede estimar que la SD incrementa los rendimientos entre un 10% a un 20%, por mejor oportunidad de siembra, mejor uso del agua, mejor control de malezas, incremento de la materia orgánica, etc. Este sistema también permite la incorporación de tierras marginales del caldenal que han sido erosionadas o susceptibles de serlo, y aquellas con restricciones climáticas, a una producción sostenible y sustentable, con beneficios económicos y sociales directos. El uso de insumos y fertilizantes son más eficientes también ya que los retornos para esa inversión son más seguros y rentables.

 

En hilera y al voleo.

 

Hay distintas formas de realizar la siembra directa, una de ellas es la llamada siembra en hilera. Allí hay que cavar zanjas que sean levemente más profundas que el tamaño de las semillas, y luego, hay dos maneras para plantar las semillas. La siembra directa a chorrillo: se las puede colocar en filas, dejándolas caer dentro de la zanja, cubrirlas con tierra y después regar, o bien se cavando pequeños agujeros para colocarlas, dejando igual distancia entre ellas, se las cubre también con tierra y se las riega. Pero es muy frecuente ver la siembra al voleo, donde se esparcen las semillas intentando que queden bien distribuidas y posteriormente se las cubre con tierra sin compactar y se las riega.

 

Al alternarlos, el suelo podrá regenerar los nutrientes con las plantaciones que requieran menos de estos, y estar fortalecido para los que más los exijan. En otras palabras, la rotación de cultivos genera los niveles adecuados de biomasa permitiendo controlar mejor las plagas, enfermedades y malezas que puedan surgir en los cultivos.

 

Si se agregan cultivos de cobertura, deben ser controlados mediante herbicidas, ya que podrían contaminar los cultivos y a los beneficios que representas la SD. Las provincias que más utilizan este sistema son Santa Fe, Córdoba, Buenos Aires, Entre Ríos y La Pampa.

 

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