Sabado 30 de agosto 2025

La recuperación de Gabriel y el gran esfuerzo de una familia

Redacción 24/01/2009 - 03.39.hs

El pequeño Gabriel, de 10 años, sufrió un accidente en abril del año pasado. Se temía que quede en estado vegetativo por las graves lesiones. Su familia, con esfuerzo y mínimos recursos, lo ayudó a salir adelante.
Gabriel Omar Bugau se llama el pequeño protagonista de esta historia. Una historia que tuvo un traumático comienzo, y que ahora se alumbra muy distinta para él y su familia. Aún con dolor y esfuerzo, pero con muchas esperanzas.
La familia vive en Toay. Allí, el 9 de abril del año pasado, Gabriel volvía en bicicleta de la escuela con un amigo y mientras transitaban por el Boulevard 9 de Julio lo atropelló un auto. El cuadro con el que ingresó al Hospital Lucio Molas era por demás desalentador: fractura de cráneo, doble fractura en su pierna derecha y lesiones varias. El grave estado llevó a los médicos a sospechar que podía quedar en estado vegetativo, pero su familia nunca bajó los brazos.
Poco a poco, con paciencia y mucho esfuerzo, Gabriel logró salir de ese cuadro pero muy disminuido. Estaba en silla de ruedas y no podía hablar por una traqueotomía que le habían practicado, además de estar afectado por los golpes que había sufrido en la cabeza. En julio le dieron el alta del Molas, y comenzó la rehabilitación en un centro privado en Mendoza.
Verlo hoy al chico es ver casi un milagro. Por aquellos días de abril, LA ARENA daba cuenta que desde el centro de salud santarroseño se informaba que estaba gravísimo. Ayer, cuando un equipo de este diario llegó hasta la casa de los Bugau en Toay, quien atendió la puerta fue un sonriente Gabriel.
Para Miriam y Oscar, sus papás, ha sido un esfuerzo muy grande que aún prosigue. La mamá contó que todavía debe continuar haciéndose estudios y que, por las lesiones en la cabeza, hay días que se marea y se ve disperso, sumado a que la fractura de la pierna soldó mal y le genera algunos problemas al caminar. También debe hacer rehabilitación y concurrir a la psicóloga. Este año verán la posibilidad que vuelva a la escuela, porque el año 2008 lo perdió.
Son una familia muy humilde, con ocho hijos. Ella no tiene trabajo y Oscar es maquinista de Aguas del Colorado. Durante este tiempo, la Municipalidad de Toay les entregó vales de nafta para que pudieran ir a Santa Rosa mientras el pequeño estaba internado y además le entregó un subsidio al chico, pero desde noviembre no lo cobran más. "Nadie hizo nada por él -se queja Miriam-, a este señor (por el conductor del auto) le entregaron el coche a los pocos días y no se ha avanzado en nada".
"Yo la verdad que estoy fundido", dice Oscar, el papá. Es que han puesto todos sus esfuerzos económicos para la recuperación de Gabriel, más allá que la obra social les cubrió buena parte de la internación y el tratamiento. La emoción les gana con facilidad, después de los duros momentos que pasaron y que aún siguen pasando. Gabriel, mientras tanto, sonríe, mira los dibujos animados, y hace caras para el fotógrafo. Para él, y para los suyos, es un volver a vivir.

 


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