Cuestionan el cierre de los comedores durante el fin de semana largo

El referente del Desayunador de Villa Germinal, Miky Fiol, aseguró que la situación de muchas familias santarroseñas es "absolutamente dramática", y como sucede en comedores de otros barrios de la ciudad, "la demanda de viandas los sábados se ha duplicado".

Fiol aseguró que en los 22 años que lleva al frente del Desayunador, "la pandemia fue lo más bravo, nos predispuso a viandas los sábados para entregarle a la gente, porque antes comíamos con los pibes y con las pibas ahí. Eso fue tremendo, y ahora sin llegar a tener la cantidad de gente que en algunos momentos de la pandemia, se duplicó. Estamos entregando viandas para 350 personas todos los sábados", dijo en el programa La Parte y el Todo de la TVPP.

Y detalló que "hay gente que viene todos los sábados, que venía desde antes. Y hay gente nueva, algunos que vienen de Villa Elisa, que caminan unas cuantas cuadras para llegar, del Malvinas, del Obreros de la Construcción, del San Cayetano, de toda la zona. Y buscamos dar una buena ración, se intenta llenar bien los táper. Empezamos a hacer tres ollas de 40 litros que estimativamente son mas de 100 kilos de alimentos que se que se reparten. Y llegamos al final del día rascando la olla prácticamente, porque nuestras compañeras que integran el desayunador, no tienen para llevarse a la casa".

Gran grupo.

Fiol destacó que en el Desayunador hay un gran grupo de gente trabajando, de entre 20 y 25 personas. "Nosotros no somos de Villa Germinal, pero pasamos mucho tiempo allá, vamos conociendo un montón de gente, y hace 15 años que trabajan nuestras compañeras del barrio a la par nuestra. En la cocina son ocho o 10 personas, y se intenta rotar. Pero también durante la semana se da la leche, una merienda que intentamos sea de la mayor calidad posible, si se puede se da con una fruta", explicó.

A su vez, dijo que "tratamos de ser una organización autogestiva, y si bien recibimos aportes del gobierno en algún momento, hacemos pizzas, hacemos rifas, bingos. Tenemos una campaña de socios que a través de las redes se van conectando y todos los meses colaboran con una cuenta a través de un CBU, donaciones de empresas, de despensas, de particulares. Tenemos un montón por suerte, grupos de amigos que se juntan, un grupo de jubilados de la CPE que colaboran con compra de mercadería. Pero estamos viendo que para cocinar un sábado, se gastan entre 150 y 200 mil pesos. El otro día de carne picada fueron 80 mil pesos".

Relevamiento.

Fiol señaló que desde la organización dialogan con la gente cuando va a retirar las viandas, y realizan su propio relevamiento de las necesidades de las y los vecinos. "También les contamos. Miren, el la semana pasada hicimos pizza para vender y nos dio una ganancia de 200 mil pesos, la gente se enganchó un montón compró. Pero solucionamos un solo sábado. Si tuviéramos que hacer actividades para subsistir, viviríamos para hacer actividades. Entonces, ahí es donde entran los aportes", detalló, y añadió que "así nos vamos manteniendo, pero es una cantidad de plata que nos excede como organización".

Convoca la comida.

Fiol señaló que siempre se intentó realizar otras actividades en el Desayunador, como clases de apoyo y diferentes talleres, "pero en este momento lo convocante es la comida. Es un retroceso".

"Hoy las familias asisten a los comedores municipales, a las organizaciones como nosotros, que son varias organizaciones en todos los barrios. Hay comedores independientes que están funcionando, y hay como un recorrido durante toda la semana, y van pasando por todos buscando comida. Ahora en semana santa no hay comedor municipal jueves, viernes, lunes y martes, ¿los pibes y pibas qué van a hacer cuando tengan hambre? Se tendrían que ocupar desde el municipio, por más que sean feriados, que no esté seis días cerrado el comedor. Se les podría avisar, pero creo que se deberían dar cuenta", enfatizó Fiol.

El referente destacó que a pesar de que Milei "lo primero que hizo fue cortar los fondos a los comedores, afortunadamente tenemos una lógica de recursos de un montón de lugares y eso no nos ha perjudicado".

Pasividad.

Y añadió que "llama la atención la perversidad del gobierno, como la pasividad de la gente que no está saliendo a la calle a protestar". "Hay como una resignación, falta organización. Quizás en el 2001 salió la clase media, y terminó volcando la balanza. Quizás hoy todavía tiene un poquito de respaldo. Y en las clases más populares pasa que, no tenemos nada en contra de los guisos y de los estofados, pero hicimos una encuesta sobre ¿Qué les gustaría comer? Y te dicen asado, con un helado, un postrecito. Y están, no voy a decir la palabra acostumbrados, porque es algo que charlamos. No nos tenemos que acostumbrar a comer alitas de pollo y carne picada de segunda. No nos acostumbremos a eso, porque no está bien, estamos comiendo mal todos los días", aseguró.