“El lawfare es un asunto cotidiano”

“El Superior Tribunal de Justicia había determinado la nulidad del juicio por arbitrariedad, ya que no se respetaron las pruebas colectadas y nunca se acreditó, ni la ocurrencia de los hechos ni la responsabilidad de Tatavitto. Sin embargo, igualmente fue condenado por el TIP, en un acto de clara sublevación contra la resolución del máximo tribunal y consolidando un caso de lawfare en La Pampa, similar a los que vienen ocurriendo en Argentina y en toda América Latina”, dijo Gebruers.

Durante su viaje a Washington, Omar Gebruers también presentó una petición en nombre de Marcelo Tatavitto, por aquel resonante caso de los presuntos abusos en 25 de Mayo. “Fue una causa armada para favorecer al intendente David Bravo, quien estaba a punto de ser trasladado por la fuerza pública para ser indagado por la justicia”, recordó Gebruers. Ante una denuncia por presunto abuso presentada por familiares de un niño, “desde el municipio implementaron esta idea de formular una denuncia colosal, que incluía la actuación de una banda de pedofilia internacional en un jardín de infantes”.

Al interés político y la connivencia judicial se sumó “una operación de prensa, montada desde la Radio Municipal de 25 de Mayo y acompañada por algunos medios escritos de la provincia”, añadió.

“Una cuestión cotidiana”.

Gebruers rechazó que el caso que motivó su presentación registre un carácter excepcional. “Sobre este vicio en los procedimientos judiciales se refirió hasta el Papa Francisco, y quienes trabajamos en la justicia penal y especialmente en La Pampa, observamos todos los días cuestiones de lawfare”. Algunas veces llegan a “extremos como éste, cuando hablaron de una banda de pedofilia internacional y acusaron a Tatavitto y otras tres personas por el abuso de 37 niños. Al final, los otros tres imputados fueron desvinculados de la causa y terminó condenado él, sin que explicaran jamás cómo hacía para sustraer a los niños del jardín sin que se dieran cuenta las docentes y solamente por dos casos. Resulta harto evidente que la causa estaba armada y lo único que pretendían sus armadores era que se diluyera la cuestión de David Bravo y que al menos uno de los imputados quedara enganchado, para condenar alguien: y fue Tatavitto”, concluyó.

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