Viernes 16 de mayo 2025

“Luis”, el chino que se hizo pampeano

Redaccion Avances 30/04/2025 - 09.14.hs

“Un reportaje... no no, no se me entiende nada”, dice con una sonrisa gigante mientras sus ojos se achinan aún más de lo habitual. Pero enseguida se presta al diálogo y asegura que no tiene problemas en posar para las fotos en ese lugar en el que pasa largas horas durante cada día y que le valió, con el transcurrir del tiempo, convertirse en uno más en el paisaje habitual del centro comercial santarroseño.
Sun Shao Chang tiene 52 años y según afirma, fue el primer chino en desembarcar en La Pampa y abrir un supermercado, en abril de 2002, cuando el país trataba de ponerse de pie tras la catástrofe económica y social de 2001. Pero hoy nadie lo llama por su nombre real porque la gran mayoría de quienes pasan por el negocio de las calles González y Quintana lo conocen como “Luis”, su identidad argentina y pampeana que ya es su sello
de presentación. Al igual que su pareja, Wu Zhi Yan (de 43 años), rebautizada por todos como “María”, siempre sentada delante de la capa registradora lista para pasar la mercadería.
“Llegué a la Argentina en el ‘93, y fui a Caseros”, cuenta Luis a LA ARENA al recordar su desembarco en el conurbano bonaerense proveniente de Fuijan, una provincia del sureste de China famosa por sus montes y sus ciudades costeras. “Robaban todo, robaban todos los días”, agrega sobre esa primer etapa en el país de la que no tiene buenos recuerdos.
Hasta que años después pudo irse de ese lugar y llegar a Santa Rosa, a la esquina en la que trabaja incansablemente junto a María atendiendo las dos cajas registradoras, todo el movimiento de mercadería, de proveedores y de clientes que se acercan para llevarse las ofertas, especialmente en productos como vinos y cervezas, una característica de los súper chinos y que sobre todo los fines de semana provoca largas filas de compradores.

 

Familia.
Desde que arribó a la Argentina, la pareja china tuvo siete hijos. Las primeras cinco mujeres. Mónica, Taiana, Liliana, Valentina y Sofía. Luego llegaron los dos varones, Benjamín y Máximo. Uno de ellos cursa el secundario en el colegio 9 de Julio, a una cuadra del supermercado “Sun”. Pero la gran mayoría se fue al gigante asiático, como es la costumbre de las familias chinas, para cursar sus estudios y formarse en la cultura de esa milenaria nación hoy convertida en una de las potencias más poderosas del planeta.
“Viven con la abuela. Sí, se extraña”, reconoce Luis respecto a los hijos que no puede ver a diario y en un castellano dificultoso pero que se hace entender. Como entiende toda la clientela que desfila desde temprano a la mañana hasta pasadas las 23, cuando recién se cierran las puertas de lunes a sábado, con una pausa en la siesta pampeana que la pareja aprovecha para salir a caminar a la laguna Don Tomás, un hábito que adoptaron en su vida santarroseña y que es uno de los pocos paréntesis que se toman en su trabajo.
Y es que el supermercado “Sun” tiene una sucursal más pequeña a pocos metros del negocio principal, sobre la calle González antes de llegar a la avenida San Martín. Ese negocio abre sólo los domingos, que es el día que no tienen permitido, por una Ley Provincial, trabajar en el local principal porque está incluido dentro de las grandes superficies.

 

“Tranquilo”.
Luis y María no pudieron completar su formación alfabetizadora pero manejan las cuentas y los números con una precisión asombrosa. Algunas de sus hijas se mueven entre las góndolas para reponer mercadería y toda la familia se encolumna detrás de un negocio que desde hace muchos años se hizo habitual en el paisaje de las ciudades del país.
“Me gusta porque es tranquilo. Y la gente es buena”, asegura Luis cuando se le pregunta si se siente a gusto en la capital pampeana, un sitio que según afirma, eligió para “quedarse”.
La pareja Sun nació y se crió en Fijuan, una provincia cuya capital es Fuzhou, un centro de transporte para destinos como la ciudad de Quanzhou. Alguna vez visitada por Marco Polo, ofrece templos, un distrito de la ciudad antigua y un museo marítimo, según la descripción oficial. Desde ese distrito oriental llegaron al país hace 23 años y hoy son un eslabón más en la cadena de trabajo pampeana.

 

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