Martes 07 de mayo 2024

Rigutto acusó a su denunciante por testaferro

Redacción 02/04/2022 - 00.28.hs

Con nombres y apellidos, Jorge Rigutto explicó que el esposo de la mujer que lo denunció por abuso sexual es testaferro de un poderoso sindicalista de Buenos Aires, a quien una eventual división de bienes por divorcio le ocasionaría graves problemas. En una ampliación de su declaración como imputado, ofreció detalles de la relación mantenida con la mujer (cuya identidad preservaremos) y contó que "cuando se enteró de nuestro romance, su marido se puso muy pero muy loco".

 

Asistido por la defensora Alejandra Lezcano López y basado en el artículo 224 del Código Procesal Penal, Rigutto presentó una ampliación de declaración por escrito, rechazando afirmaciones de su denunciante. Dijo que abandonó todo contacto con ella en 2019 y ofreció detalles sobre una supuesta relación económica entre sus denunciantes y un sindicalista bonaerense.

 

El texto de la ampliación, al que tuvo acceso LA ARENA, comienza con una pormenorizada explicación sobre una enfermedad padecida por el esposo de la mujer y un detalle de los médicos y especialistas que lo atendieron, en La Pampa y Buenos Aires. Resulta innecesario ventilar aquí esos datos, que no arrojan mayor luz sobre la denuncia pero fueron incorporados por Rigutto para desmentir algunas afirmaciones de la denunciante.

 

"Lo que relata es totalmente falso. Dice que últimamente le mandaba 40 mensajes de texto por día. Es falso y quedará acreditado por la apertura de los elementos electrónicos que se ordenó. Desde 2019 no le mandé ningún tipo de mensaje ni la tengo como contacto en ninguna aplicación ni red social", añadió.

 

Vecinos y amantes.

 

Según el cardiocirujano, resulta "totalmente falso que la amenazara, hostigara e intimidara telefónicamente, porque desde 2019 no tuve más contacto con ella". En cambio, recordó que "durante nuestro noviazgo, manifestó tener una relación muy mala con su marido, constantemente se quejaba de maltratos y ninguneos, y de que él ejercía todo tipo de violencia hacia ella: económica, sentimental y maltratos diarios. Fue un relato permanente durante los encuentros que compartimos", agregó.

 

Rigutto reveló que son vecinos y residen en la misma esquina. Fue al desmentir que desde su casa tuviera "visión directa hacia su baño privado". Describió que "una de las ventanas de su vivienda da hacia la avenida y otra se encuentra justo en la esquina. Mi casa está en diagonal a la suya, lo que impide que pueda verse desde allí. Además, es una zona con muchos árboles y por eso resulta mendaz".

 

También confesó haber visitado la casa de su vecina, que cuenta con "cámaras de seguridad, en la entrada principal y en la escalera que se dirige hacia las habitaciones", y comentó que "cada vez que me llamaba para que fuera a visitarla, ella tapaba las cámaras con una servilleta o repasador, para que no quedara grabada" su presencia.

 

"También es falso que nadie supiera sobre nuestra relación, porque nos tomamos fotografías en lugares públicos y fuimos de vacaciones a Pehuén Có. Incluso, en una oportunidad estuvimos en el restaurante "Hardy", propiedad del escribano Alejandro Hotz, y también en el Hotel "Mercure" de Santa Rosa", escribió.

 

Testaferro del sindicalista.

 

Sobre el esposo de la mujer, aseguró que "sabía de nuestra relación, pero no quería separarse y mucho menos divorciarse, porque tendría que hacer una división de bienes. Esos bienes están a nombre de ellos, pero él es testaferro del secretario general" de un poderoso sindicato de la provincia de Buenos Aires, cuya identidad Rigutto proporciona, aunque este diario no la revelará.

 

"Cuando se enteró que tenía un romance con su esposa, realmente se puso muy pero muy loco. Comenzó a insultarme cada vez que me veía, profiriéndome toda clase de amenazas: me decía a vos te voy hacer mierda y te voy a sacar toda la plata". Según Rigutto, "el hombre y su familia presionaban a esta mujer para que volviera con él, porque es testaferro" y consideró que este dato "resulta muy importante para entender por qué la presionaban para que no se divorciara".

 

También refirió que el sindicalista "gira regularmente dinero para que lo laven en la provincia de La Pampa" y reveló que entre algunas de sus propiedades a nombre del matrimonio figuran "un campo con custodia privada en Naicó, otro campo de miles de hectáreas en Unanue, un edificio sobre avenida Belgrano (frente a la farmacia homónima) y otro sobre Circunvalación y Palacios, además de cientos de propiedades, cabezas de ganado, cotos de caza, autos de alta gama para toda la familia y hasta un hotel en Mar del Plata".

 

Agregó que "esta familia muestra un nivel de vida estrafalario producto del lavado de dinero" y advirtió que entre sus empresas "tiene comercios de ropa que facturan cifras irrisorias para justificar ese lavado de dinero, así como un boliche bailable en General Acha, llamado Malibú, al que no concurría nadie pero utilizaba para blanquear parte de la plata" enviada por aquel sindicalista.

 

Esta supuesta actuación como testaferro provocaba que "a toda costa quisiera volver con su mujer, porque ella pensaba separarse y pedirle la mitad de los bienes" lo que ocasionaría un grave perjuicio porque "iba a quedar al descubierto el lavado de dinero". Rigutto confesó que en algún momento evaluó "formular una denuncia ante la Administración Federal de Ingresos Públicos (AFIP)" y reiteró que "es por esa razón que este hombre me amenazaba cada vez que me veía por la calle".

 

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