Una jueza de Paz paga de su bolsillo los salarios
A Marina Alfageme ser jueza de Paz le costó hasta el momento 50 mil pesos de su propio peculio. Desde el jueves, prácticamente sin personal, el Registro Civil y el Juzgado de Paz de esta localidad han dejado de prestar la mayoría de los servicios, aunque permanecen abiertos en el horario de la administración pública. Había dos personas capacitadas a las que la jueza les pagó el sueldo de su bolsillo durante dieciocho meses y ahora dejó de hacerlo. Ambos organismos disponen de una empleada que estaría con carpeta médica desde hace varios meses.
Ayer este diario intentó conversar con Alfageme, pero ésta prefirió evitar el contacto. Según trascendió en las últimas horas se notificó el nombramiento de una persona y se negocia un segundo nombramiento para este organismo. Aún así, la respuesta del ministerio de Justicia llegó recién cuando Alfageme decidió pagarle en "negro" y con dinero de su bolsillo a las chicas que colaboraban en el lugar.
De acuerdo a lo que se pudo saber, las dos personas que trabajan en "negro" habían llegado al Registro Civil y Juzgado de Paz cumpliendo con las tareas que debían realizar por ser beneficiarias de un plan asistencial de 150 pesos mensuales, contratadas por la comuna. Luego se habría rescindido el contrato por lo que Alfageme decidió pagarles mil pesos a cada una de su bolsillo, a la espera de que saliera un nombramiento y regularizara la situación de estas dos mujeres.
A pesar de la insistencia y de los trámites los nombramientos nunca se concretaron. Finalmente la funcionaria -después de sostener al recurso humano durante 18 meses- optó por dejar de sacar su dinero para solventar a las trabajadoras. Se presume que decidió hacerlo por dos razones: la primera, porque se habría cansado de esperar lo que no llegó nunca; y la segunda, por el riesgo que significa tener una persona sin cobertura social.
Alfageme contó que cuando consiguió que le dieran el edificio en el que se encuentra actualmente se encontró con que no había mobiliario. Entonces, también sacó un crédito a su nombre y habría pagado con recursos propios 14 mil pesos que aparentemente no habría recuperado. La jueza contó que ella paga los insumos para la limpieza del lugar y que más de una vez hace ella misma limpia. Hasta el momento, ser jueza de Paz y mantener el funcionamiento del lugar -además de su trabajo personal- le ha significado un gasto de 36 mil pesos de su propio bolsillo para costear sueldos y otros 14 mil pesos en mobiliario.
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