Los fanáticos del feminismo

Las columnas dedicadas a temas lingüísticos han criticado el proyecto de ley de una senadora (ya aprobado por la cámara). De convertirse en ley ya no diríamos: "los empleados del gobierno" (salvo si sólo se tratase de varones. Si hay varones y mujeres, deberíamos decir: "Los empleados / empleadas" o "las empleadas / empleados". Estas iniciativas parten de seguir los usos de los países anglohablantes, donde tienen sentido porque el inglés carece de género gramatical. En español tenemos el masculino genérico: "los hombres", que vale para ambos sexos. En "la humanidad" este femenino vale también para ambos sexos.
Lucila Castro (de La Nación) dice que está bien que hablemos ahora de "la presidenta", porque esta forma femenina está aceptada desde hace mucho, pero que estaría igualmente bien decir "la presidente". Aconseja el primer uso. Los/las cruzados/as de cierta forma del feminismo quieren eliminar el masculino genérico al agregar el sustantivo femenino, con lo cual discriminan a la mujer al excluirla de ingresar en una clase más general. Se pregunta la Castro: ¿dirán que 'los niños y las niñas son inquietos e inquietas' (en vez de "los niños son inquietos") y que 'los empleados/empleadas son trabajadores / trabajadoras? (o, extremando el celo: 'las empleadas / empleados...etc.' )?

Un seguro muy, muy caro
En los préstamos personales y prendarios (dentro de los cuales están los 24 millones de usuarios de tarjetas de crédito) los bancos cobran un seguro de vida carísimo. Lo denuncia Defensa del Consumidor (Adeca), organismo que ha pedido a la justicia que ordene a los bancos cobrar los valores del mercado por los seguros de vida que cubren los saldos deudores.
Según Adeca la tarifa que cobran habitualmente los bancos por este seguro es superior en 1000 (mil) por ciento al valor del mercado de seguros de vida. La organización ya ha planteado demandas contra bancos por más de tres mil millones de pesos.

Una carrera con derrotados
Según una nota destacada de Página/12 (lunes 3) los afiliados a las AFJP pierden la carrera con los de reparto. Toma, en base a un informe documentado, a los que han aportado en los últimos 14 años: las jubilaciones que paga el Estado aventajan en 70,7 por ciento a las que liquidan las AFJP, tendencia que se repite desde 1994 y que ha tomado mayor velocidad con la actual crisis financiera y por la mejora del cálculo de haberes en el sistema estatal.
El informe compara a dos trabajadores de igual nivel salarial (el del promedio de la economía). El de reparto obtiene por esos aportes 350,3 pesos de Prestación Adicional por Permanencia (PAP); el de una AFJP recibe una renta vitalicia de 204,5 pesos con lo que capitalizó durante esos catorce años.