PJ: del negocio del petróleo al "barro" de la política
Norberto G. Asquini
El gobernador y los diputados vernistas disputan en torno a los contratos petroleros, con fuertes intereses en juego detrás de lo político. Antes del Congreso del PJ, Marín pide unidad y todos se hacen los distraídos.
En medio de la interna del Partido Justicialista entre jorgistas y vernistas y de la tensión institucional por el tratamiento del Presupuesto para el próximo año, un tema se ha planteado para agregar un capítulo más en la confrontación entre ambos sectores partidarios. Aunque también se puede observar como una cuestión anexa y que corre en paralelo a la disputa política, ya que detrás se están jugando intereses millonarios, no solo por las empresas multinacionales que intervienen en ese negocio sino también porque hacen al desarrollo de la provincia.
La nueva ley.
El petróleo parece una cuestión muy lejana a los temas e intereses cotidianos para la mayoría de los pampeanos que viven sobre la franja este de la provincia. Pero es central para la economía y la política de La Pampa. Y tiene como ingrediente principal para su discusión la función del Estado, que sufre los tironeos de la interna partidaria.
La semana pasada el gobernador Oscar Mario Jorge envió a la Legislatura un proyecto para sancionar una ley que reglamente cómo y en qué condiciones se pueden renovar o prorrogar los contratos con las empresas petroleras. Es un texto que complementa la actual Ley de Hidrocarburos de la provincia. También se reunió con los presidentes de los cinco bloques legislativos para pedirles su aprobación y de garantizarse su pronto tratamiento. Del otro lado de la mesa ya anunciaron que no será tan fácil.
Tensar la cuerda.
Desde el vernismo ya indicaron que del texto enviado por el gobernador, la idea es archivarlo, y que si se trata, poco es lo que va a quedar de lo que se va a devolver al Ejecutivo, ya que habrá muchas modificaciones. Para los integrantes de la Línea Plural la ley de prórroga de contratos modifica en casi todo a la Ley de Hidrocarburos votada por ellos. Afirman además que le da incumbencia a Nación para supuestamente decidir a quién y cómo contratar en materia de recursos naturales en la provincia, y que esto estaría direccionado para favorecer a YPF y a las tercerizaciones.
Desde el otro lado, de Casa de Gobierno, tratan de "mala" a la Ley de Hidrocarburos por los vacíos que dejó para implementar políticas en la materia. Por eso, afirman que el proyecto del Poder Ejecutivo le da un marco normativo para regular la actividad y controlar a las empresas del sector. Las normas serán iguales para todas las renegociaciones y se usarán las mismas pautas. O sea, se daría más transparencia, y si cambian los gobiernos no se podrán modificar los contenidos de los contratos según el parecer de la gestión de turno. Aseguran que no se puede desconocer la ley nacional 17319 que indica que las políticas energéticas son determinadas por Nación, si bien el control y fiscalización son de las provincias. Esa normativa tiene que estar presente en el proyecto por ser nacional, pero no implica injerencia alguna.
También desde el Centro Cívico arrojan sombras sobre las intenciones del vernismo y su relación con algunas empresas. Afirman que por la Ley de Hidrocarburos le dieron la ampliación por diez años a PCR y lo que buscan es la prórroga de ese contrato y nada más.
¿Y Pampetrol?
En torno a la cuestión del petróleo también hay otras aristas institucionales. Los intereses detrás de este negocio mezclan cuestiones partidarias con otras vinculadas a la gestión. El titular de Pampetrol, la empresa mixta pampeana, es el vernista Juan Ramón Garay. En diciembre se termina su mandato y los plurales estarían negociando su continuidad en el cargo. Ya no quedan muchos plurales en los puestos del organigrama jorgista.
Cuando asumió el nuevo ministro de Gobierno, Justicia y Seguridad, Leonardo Villalva, se fueron el subsecretario de Justicia y el de Trabajo, entre otros funcionarios. Desde el jorgismo dicen que fueron separados, desde el vernismo que se fueron para "vaciar" políticamente el ministerio.
En el caso de Pampetrol, los intereses son tan importantes que los plurales no quieren dejarle esa silla al gobernador, si bien los representantes del directorio son en su mayoría jorgistas.
Pero también hay otro cargo en cuestión: los plurales, en su embestida contra el Ejecutivo jorgista, pusieron el ojo en el nombramiento del ministro de Bienestar Social, Raúl Ortiz, como representante en el directorio de YPF. Afirman que son incompatibles ambos puestos y pidieron informes. ¿Habrá un cambio de favores?
Pedido de reconciliación.
Detrás de los grandes intereses en juego que se manifiestan en los espacios institucionales, está el "barro" partidario. El sábado próximo está previsto el congreso del justicialismo convocado por vernistas y marinistas en Quemú Quemú. Los jorgistas no están de acuerdo y ya lo impugnaron porque no están dadas las condiciones. Es meterse en la boca del lobo para recibir el embate de los otros dos sectores.
Vernistas y marinistas tienen una alianza de hecho, aunque coyuntural. Pero también diferentes objetivos: si el congreso podría ser una nueva batalla política ganada para el vernismo, el marinismo busca lo que Rubén Marín designa como la "posibilidad de reconciliación".
División, y nada más.
En la reunión del PJ provincial, cuando se anunció el cónclave, Marín expuso una línea política para el partido que confronta con los hechos y los intereses de las dos líneas en pugna. Sin eufemismos, les dijo a los intendentes jorgistas que si ellos quieren llegar a algún lugar, no lo van a poder hacer si están todos peleados. Y a los que quieren a Carlos Verna como gobernador en 2015 que desunidos tampoco van a poder llegar. Si no hay un acuerdo mínimo de convivencia dentro del partido, dentro de dos años el PJ puede llegar a perder el gobierno de la provincia, sobre todo si se observan las últimas elecciones en las que se tocó el piso histórico de votos. Resumió Marín, alguien que conoce algo de política: "Nuestro futuro es incierto: quedamos a expensas de que las torpezas de la oposición sean mayores que las nuestras".
Dicen quienes están cerca del líder de Convergencia que puso todo su esfuerzo, pero ninguno de los sectores quiere terminar con la división. El ex gobernador habló a un lado de la línea y a otro para convencerlos, jugando el resto de su autoridad y eventualmente dando por terminada su presencia en la presidencia del PJ. Pero no escuchó lo que quiso oír del otro lado.
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