Domingo 28 de abril 2024

Papelón.

Redacción 28/05/2016 - 01.59.hs

El cepo a la Plaza de Mayo que fue amurallada con vallas y un despliegue impresionante de policías y gendarmes fue lo más visible de este 25 de Mayo. Ante tantas muestras de rechazo por ese paisaje desolador, Patricia Bullrich salió a justificar la plaza vacía argumentando que se había detectado la presencia de terroristas portando "bombas molotov" que podrían atentar contra el orden público. La desmentida no llegó de la oposición sino de la propia Policía Federal que, en un comunicado oficial, dio por tierra con las especulaciones de la ministra de Seguridad. Los detenidos eran unos vulgares "quemacoches" que fueron sorprendidos con mecheros caseros, gomeras y bulones. Ese era el peligroso arsenal que portaban estos individuos confundidos por PB con siniestros agentes infiltrados de la sinarquía internacional.

 

No va más.
Desde que el periodismo no oficialista reveló las relaciones entre el detenido empresario Lázaro Báez y una de las empresas de Mauricio Macri, el tema despareció como por arte de magia de las tapas de Clarín. El programa Economía Política, que va los domingos por C5N, presentó las pruebas que confirman esa relación mediada por el primo presidencial Angelo Calcaterra. La sorpresiva derivación acabó con el bombardeo informativo del grupo mediático más poderoso del país. Tampoco se vio mucho despliegue en el caso de los "Panamá papers" y de las empresas off shore del Grupo Macri a pesar de los continuos traspiés presidenciales a la hora de dar explicaciones sobre operaciones en las guaridas fiscales. El "periodismo militante" macrista funciona a todo vapor, a pesar de los esfuerzos de TN, Leuco, Lanata y compañía de colgar esa acusación únicamente a los que militan por fuera de la galaxia M.

 

De terror.
El discurso del intendente de Bahía Blanca, Héctor Gay, erizó la piel de muchos argentinos. Habló de "enemigos de adentro y afuera" sin identificarlos, y de "grupos organizados que no tienen patria ni bandera" que quieren "subvertir valores" para "adueñarse de nuestra juventud". Hacía mucho tiempo que no se escuchaba en un acto público, y menos en boca de un funcionario electo, semejante retórica digna de la doctrina de la seguridad nacional que cultivó a sangre y fuego la última dictadura militar. HG, integrante de la coalición Cambiemos, cosechó repudios al por mayor por "su discurso digno de Videla, Massera y compañía" entre otras expresiones que no quisieron pasar por alto semejante apología del discurso procesista. ¿Esto también formaba parte del paquete del "cambio"? (RAM).

 

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