Llegan los vuelos de bajo costo
El desembarco de las aerolíneas de bajo costo -low cost, como la jerga elegante las identifica- fue motivo de fuertes controversias y hasta de la renuncia de la presidenta de Aerolíneas Argentinas el año pasado. Con la aprobación final de la Administración Nacional de Aviación Civil y del Ministerio de Transporte ahora serán una realidad en nuestro país.
La política de "cielos abiertos" está en sintonía con la orientación económica del gobierno nacional que ha eliminado todas las restricciones para el ingreso de productos y servicios. En materia aeronáutica no han faltado fuertes discusiones. Por un lado se defiende a las líneas de bajo costo porque permitirán ampliar los servicios y conectar ciudades y regiones que hasta ahora están deficientemente atendidos por Aerolíneas y otras pocas compañías. Los pampeanos sabemos muy bien de qué se trata. Las dos ciudades mayores, Santa Rosa y General Pico, siempre estuvieron muy lejos de tener a disposición buenos servicios y horarios cómodos con la Capital Federal, salvo en los últimos meses en que se logró una sensible mejoría. Pero la conexión aérea con otros puntos del país solo fue posible durante cortos y esporádicos períodos. Los mayores suelen hablar todavía de los vuelos de LADE, aquella recordada empresa estatal que hace medio siglo practicó el verdadero federalismo aerocomercial pero -como el resto de las iniciativas que llegaron después- un día desapareció para no volver.
La posibilidad de que ahora aerolíneas de bajo costo vuelvan a conectar a nuestra provincia con el norte y el sur del país abre expectativas interesantes. Pero esos buenos augurios no deberían soslayar que algunas de esas empresas están en el centro de fuertes sospechas. Algunas de ellas por sus vínculos demasiado estrechos con algunos de los CEOs que hoy ocupan altos cargos en el gabinete nacional. Esas relaciones habrían operado para facilitar el desembarco de algunas de ellas en nuestro país.
Otro aspecto a considerar es el de la competencia no del todo leal con la aerolínea de bandera. La cuestión habría estado en el ojo del huracán en la disputa interna que sacudió al macrismo y que derivó en la renuncia sorpresiva de la anterior presidenta de AA. Si las empresas de bajo costo operarán únicamente en rutas del país que hoy son marginales -o insostenibles- para Aerolíneas no debería haber problemas. Sin embargo hay muchas voces que alertan que eso no sucederá y que estas empresas van a acceder muy rápidamente a las rutas más cotizadas y de mayor tráfico de pasajeros. Eso significará un duro golpe para AA pues su estructura de costos es muy superior.
Las empresas de bajo costo han sido acusadas de aplicar políticas de flexibilización laboral, a tal punto que se las conoce como las "Uber del aire". Las asociaciones gremiales que nuclean a pilotos y otros trabajadores aeronáuticos siempre fueron muy críticas con estas compañías a causa de las condiciones que ofrecen a sus empleados. En la audiencia pública del año pasado, los sindicatos hablaron de un "ataque a Aerolíneas" y de una política destinada a deteriorar las condiciones laborales y salariales en el sector.
Artículos relacionados