Exabrupto anticipatorio
La muerte de la socióloga Susana Torrado acaso no hubiera trascendido tanto en los medios si no fuera por una circunstancia: fue la persona que provocó la tan airada como necia respuesta de Domingo Cavallo, en sus tiempos de superministro de Carlos Menem: "Que se vaya a lavar los platos".
La expresión, tan burda como machista, fue la respuesta a Torrado quien, por su condición de investigadora del Conicet, había advertido que el deterioro socioeconómico del país se debía a las políticas neoliberales del gobierno. Esa observación no la formulaba cualquiera, sino una científica respaldada por muy sólidos títulos académicos, pero que, dentro de un gobierno corrupto y mendaz como el de Menem, servían de muy poco.
Semejante desplante, torpe por cierto y agraviante no sólo para la condición femenina sino también para con la ciencia toda, hablaba a las claras del pensamiento neoliberal y anticipaba lo que vendría. Porque si se profundiza el exabrupto aparece enseguida el núcleo ideológico: postergación -desprecio se diría- por toda actividad investigativa que no esté relacionada con la economía de la libreempresa, clasista y centrada en la ganancia y los privilegios de los sectores no populares.
Aquel Cavallo agraviante, ensoberbecido por su aparente éxito en la economía del país (éxito que en poco tiempo se derrumbaría estrepitosamente), es el mismo que en estos días se permite ejercer fuertes críticas para con el gobierno actual y, apoyado por la prensa adicta, opina desde un falso trono de su especialidad, desde luego que apoyado por las corporaciones a las que tan bien sirvió. Para el caso -y no conviene olvidarlo-estatizando la deuda privada.
Artículos relacionados