La Pampa, la nueva Meca del macrismo

La Pampa sufrió durante los cuatro años de gobierno de Cambiemos una agresiva política de discriminación que no solo se limitó a paralizar los planes de viviendas, el arreglo de las rutas o la inversion pública en cualquier área, sino que atentó deliberadamente contra su futuro al ponerse a favor de la apropiación mendocina de sus recursos hídricos. En esos cuatro años, la presión del macrismo sobre la Corte paralizó la aplicación del fallo que, en teoría, nos devuelve una mínima parte del caudal que nos robaron, y la presa de Portezuelo avanzó de ser una utopía electoralista y descabellada con los niveles hídricos de la cuenca, a tener un financiamiento asegurado por la Nación con la astronómica suma de más de mil millones de dólares.

 

Con este antecedente tan cercano en el tiempo, la ventaja que el macrismo le sacó al peronismo en la provincia en las elecciones primarias pareció responder a un proceso de desahogo político de una parte del electorado donde se conjugaron la amnesia y el malestar por las consecuencias negativas de la pandemia. Pero los días que han pasado desde las PASO parecen ir licuando esa diferencia y hoy, cuando faltan poco menos de dos semanas para las elecciones, las encuestas que manejan los propios medios macristas ya no muestran la diferencia que hizo entusiasmar a Cambiemos en las primarias.

 

Una gran movilización de la militancia y la intención de una parte de la población que no fue a votar de ir a las urnas esta vez parece ser la causa principal de ese acercamiento entre ambos contendientes, aunque, desde luego, hay otras y variadas razones para explicarlo y, seguramente, matizarlo y acotarlo. Más aún luego que el vernismo duro piquense blanqueara que harán la plancha en la elecciones borrándose de la campaña o, se teme, como hicieron en 2013, mandando a votar a los candidatos del macrismo.

 

La diferencia es que, en aquél año, ese comportamiento electoral de un sector del peronismo piquense que hizo que entrara en la Cámara de Diputados de la Nación el ex futbolista Carlos "Colo" Mac Allister, no se confesara con la claridad con la que se expresa ahora.

 

Aún así, la oposición, que parecía marchar confiada hacia un triunfo claro apoyada por la artillería mediática que se descarga sobre el electorado y la fe en que una parte de los votos vernistas serían para ellos, no parece estar ahora tan segura de ese resultado que se les ocurría un "paseo electoral".

 

Esto se ha traducido en un curioso comportamiento de la dirigencia del macrismo para quienes La Pampa pasó de ser la leprosa del país y el objeto de un ninguneo político deliberado, a ser la nueva Meca hacia donde los representantes de la derecha porteña llegan en constante peregrinaje como devotos creyentes de que aquí encontrarán los votos necesarios para destronar la supremacía peronista en el Senado.

 

Es inocultable el desconocimiento del que hacen gala los dirigentes macristas que hacia aquí vienen de la realidad pampeana y sus problemas. El mismo desconocimiento con el que hacen campaña sus propios candidatos sin que se les caiga una propuesta. Se les nota que sólo les interesa arrebatarle un senador al Frente de Todos y que, para lograrlo, la desinformación y la desmemoria son sus armas. La elección dirá si esta estrategia finalmente tiene premio o castigo en la provincia.