Letreros ausentes

La gran expansión de la capital pampeana, con nuevos barrios que avanzan sobre terrenos que hasta hace muy poco pertenecían al área rural, ha generado un problema cotidiano para quienes vivimos y circulamos por ella: la dificultad de identificar las nuevas calles producto de la falta de letreros indicadores.

A excepción del radio céntrico y algunos barrios tradicionales, ubicar un domicilio, un negocio o una institución se ha convertido en un ejercicio de consultas y referencias entre los interesados y los transeúntes y vecinos.

Se diría que es imprescindible para la vida cotidiana de la ciudad la instalación de letreros orientativos, muy especialmente en los barrios en donde es notoria su ausencia. La tarea no parece ser demasiado complicada aunque sí abundante en virtud de que son muy extensas las áreas en donde faltan.

Dada la naturaleza y la estética de esos carteles, que no es rígida ni mucho menos, la municipalidad santarroseña bien podría pensar en la colaboración de las escuelas técnicas de la provincia, en donde los trabajos podrían ser realizados sin mayores dificultades durante las prácticas de taller por parte de los alumnos más avanzados. Esa metodología permitiría reducir los costos con respecto a las acostumbradas licitaciones.

La extensión creciente de la ciudad impone considerar también estos aspectos que distan de ser solo formales ya que están estrechamente vinculados a nuestra forma de vivir y transitar el ámbito urbano. Nuevos barrios, nuevas calles con nuevos nombres que no todos conocen, justifican pensar en una solución.