Sabado 27 de abril 2024

Motosierra y licuadora

Redacción 15/03/2024 - 00.20.hs

El ajuste no para y ya se siente con intensidad en la producción, el empleo y el consumo. Se consolida una espiral descendente: muchas empresas con caídas en su nivel de actividad despiden trabajadores y trabajadoras, estos reducen sus consumos y todo ello repercute en nuevas bajas de la actividad. Hay que sumarle la licuación de los ingresos fijos producto de la falta de actualización en las convenciones colectivas de trabajo y los despidos en el sector público que también contribuyen a una caída de la demanda. La combinación de la motosierra y la licuadora está en pleno despliegue.

 

La producción sigue sumando datos negativos. La actividad industrial manufacturera medida por el Indec cayó en enero un 1,3% con relación a diciembre. Ello se suma a la baja del 8,1% durante el mes anterior. En enero el nivel de actividad en la industria registró su menor valor desde agosto 2020, cuando el país y el mundo atravesaban la pandemia.

 

La construcción también muestra un fuerte retroceso, ya que el Indicador Sintético de la Actividad de la Construcción se desplomó un 10,2% mensual en enero, una baja similar a la de diciembre (9,4%). Durante el primer mes del año el indicador registró su menor valor desde junio de 2020. Obviando la pandemia es el registro más bajo de la serie (iniciada en 2012) y se encuentra un 2,9% por debajo del mínimo previo (diciembre de 2019), justamente a finales del gobierno de Mauricio Macri.

 

La inflación actúa como un mecanismo de transferencia desde los sectores con ingresos fijos hacia los formadores de precios y el resto de la cadena de valor. Como sabemos, no todo sube de manera homogénea. Por el contrario, lo que se produce es un cambio de los precios relativos de los productos y servicios con relación a los ingresos fijos de trabajadores, trabajadoras, jubilados, jubiladas y de quienes reciben planes u otros beneficios sociales, para citar sólo algunos ejemplos. Es decir: si suben los precios de la mayoría de los productos y servicios más que los ingresos fijos, entonces la inflación interviene de modo decisivo en los procesos de ajuste.

 

Además, al percibir menos ingresos y, por lo tanto, reducir sus consumos, los sectores perjudicados por estas políticas contribuyen a acelerar la espiral regresiva sobre la actividad económica. Todo ello ayuda a poner tope a la suba inflacionaria: en algún momento, como consecuencia de la baja de la demanda, los precios dejan de subir. Pero la reducción de la inflación achicando la actividad económica, el empleo y el consumo no resuelve los problemas de la Argentina sino que los agrava.

 

El gobierno sufrió hace unos días una derrota importante al no lograr aprobar la ley “ómnibus”. Ahora les propone un “plan canje” a los gobernadores. Dice: ustedes aprueben la ley “ómnibus” y nosotros les devolvemos recursos. En ese marco se realizó la reunión del Poder Ejecutivo Nacional con los gobernadores de las 23 provincias y la Ciudad de Buenos Aires. Según diversos trascendidos, el gobierno presentó la denominada ley “ómnibus”, en una versión acotada, el paquete de alivio fiscal y la firma del “Pacto de Mayo”, como una única negociación. La nueva ley “ómnibus” incluiría la declaración de emergencias, las facultades delegadas, la privatización de empresas públicas, un blanqueo laboral, cambios en el régimen de hidrocarburos y una nueva fórmula jubilatoria, entre otras iniciativas. La controvertida reversión del Impuesto a las Ganancias sería tratada en un proyecto aparte. Todos los trascendidos indican que estos últimos dos puntos son los que más diferencias generaron.

 

Las medidas vinculadas a la reactivación económica, el empleo y el consumo estuvieron totalmente ausentes. La mejora de la vida de los argentinos y las argentinas no parece haber formado parte de la agenda de la reunión propuesta por el Ejecutivo. (Por Carlos Heller, diputado nacional de Unión por la Patria y presidente del Partido Solidario)

 

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