Miércoles 27 de marzo 2024

Olaf Scholz en busca de su patio trasero

Redacción 04/02/2023 - 00.59.hs

La crisis abre un momento de oportunidad para nuestra región, que tiene la posibilidad de construir un bloque político fuerte e integrado para negociar con el mundo aquello que éste necesita y que Latinoamérica puede ofrecer

 

Por Paula Giménez y Matías Caciabue

 

El canciller alemán Olaf Scholz (SPD) inició el pasado sábado su primer viaje a Sudamérica. En su periplo diplomático y comercial estuvieron Argentina, Chile y Brasil, donde viajó acompañado por una delegación económica que se reunió con empresarios de los tres países anfitriones.

 

La región, de interés para el país europeo por sus yacimientos de materias primas, como el hierro, el cobre, el zinc, el plomo y, sobre todo, litio, tuvo al canciller de visita durante cuatro días. La gira tuvo un cierre algo incómodo cuando en la conferencia de prensa que puso término al recorrido Scholz y el presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, discreparon sobre los términos en que se referían al conflicto en Ucrania, entre la OTAN y Rusia, a punto de cumplirse un año del inicio de la operación militar especial rusa.

 

Justamente, este fue uno de los temas que el canciller traía en su agenda, sumado al tratado de libre comercio entre la Unión Europea y el Mercosur, que después de más de dos décadas de negociaciones, fue anunciado en 2019 con el impulso de gestiones de Mauricio Macri y Jair Bolsonaro, pero que aún no ha sido ratificado.

 

En Argentina lo recibió el presidente Alberto Fernández. Se trató del tercer encuentro presencial entre ambos en los últimos 8 meses -antes se habían reunido en Alemania en mayo y junio de 2022- donde discutieron sobre la provisión de energía argentina, entre ellas el hidrógeno verde, gas y litio. Berlín esperaba prestar asistencia técnica a Buenos Aires para modernizar la industria del mineral y, en última instancia, garantizar el suministro de este recurso estratégico a Alemania. Así lo indican las declaraciones del presidente argentino.

 

Argentina cuenta también con ricos yacimientos de gas, por lo que podría volverse un interesante proveedor tras el quiebre con Rusia, debido a las tensiones por la guerra.

 

Segundo destino.

 

Chile, que fue el segundo destino del canciller, también dispone de grandes reservas del mineral, junto con Bolivia. Estos tres países, que conforman el "triángulo del litio", concentran más del 50% de las reservas globales disponibles del "oro blanco", indispensable para la transición energética en ciernes. Mientras estuvo en Santiago, Chile y Alemania firmaron un acuerdo de cooperación en el sector minero entre la Corporación Nacional del Cobre (Codelco), y la metalúrgica Aurubis, cuya sede se encuentra en la ciudad de Hamburgo, entre otros varios acuerdos de cooperación.

 

Respecto de la industria del litio, Boric había anunciado que su gobierno está trabajando en "crear una empresa nacional de litio", ya que "Chile tiene todo el derecho y el deber de poder ser partícipe de lo que genere esta industria y lo vamos a hacer mediante una exploración y explotación estatal".

 

El viaje, que terminó con la visita a Brasil donde Scholz mantuvo una reunión con el presidente Luiz Inácio Lula da Silva, implicó también el debate sobre la reforma del Consejo de Seguridad de la ONU. Los dos países acordaron intensificar el trabajo del G4 a favor de la reforma del organismo que incluye su ampliación, con el objetivo de que ambos tengan asientos permanentes en una mesa ampliada.

 

Por su parte, el lobby económico de determinados sectores, llevó a la Confederación Nacional de la Industria (CNI) de Brasil, la Federación de Industrias Alemanas y la Comisión Alemana de Industrias para América Latina a entregar a Lula y Sholz una declaración conjunta con cinco prioridades del sector empresarial. Entre las medidas se exigió concretar el Acuerdo entre la Unión Europea y el Mercosur.

 

Interrogantes.

 

En un contexto internacional de crisis, transición energética y digitalización de la economía, mientras el Banco Mundial vaticina un escenario de recesión económica generalizada luego de la pandemia y la guerra en Ucrania, la gira del alemán por nuestra región despierta al menos una serie de preguntas que no pueden pasarse por alto.

 

La apertura arancelaria prácticamente irrestricta que plantea el actual texto del Acuerdo de Asociación Mercosur-UE que se firmó el 28 de junio de 2019, según el cual tanto Brasil como Argentina, Uruguay y Paraguay se comprometían a eliminar el 91% de los actuales costos de aranceles en las fronteras a los productos europeos, y la UE haría lo mismo con el 95% de sus líneas arancelarias podría obstaculizar el necesario camino de reindustrialización que deben emprender Brasil y Argentina, para recuperarse de las gestiones neoconservadoras de Jair Bolsonaro y Mauricio Macri. La pregunta obligada por las condiciones en que el acuerdo interregional puede avanzar, es la que de alguna manera quedó vedada durante la gira del canciller.

 

Así mismo, no es menor considerar las condiciones en las que Europa, golpea las puertas de Latinoamérica.

 

Paradójicamente, Alemania padece hoy las consecuencias de la estrategia militar estadounidense, de la que Ángela Merkel intentó construir cierta independencia en su proyección de la Unión Europea como proyecto estratégico, con crecientes grados de autonomía respecto del proyecto agloamericano. La asunción de Scholz y las iniciativas llevadas adelante por Biden lograron reencauzar a Alemania y la conducción europea hacia la estrategia atlantista, cuyas consecuencias impactan de lleno en los países del viejo continente.

 

Estas dimensiones dan que pensar respecto de las oportunidades del bloque latinoamericano, para la negociación de acuerdos ante una Europa desgastada y desabastecida.

 

La crisis abre un momento de oportunidad para nuestra región, que tiene la posibilidad de construir un bloque político fuerte e integrado para negociar con el mundo aquello que éste necesita y que Latinoamérica puede ofrecer, generando industrias integradas que agreguen valor y dejen un saldo de soberanía económica y política a la región. El otro camino es el que ya hemos conocido, de apertura comercial, reprimarización de la economía y subordinación política en favor del "primer mundo". (Extractado de Eldestapeweb.com)

 

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