Consejos básicos para evitar la presión alta
En muchos casos sería irresponsable hacer de cuenta que la presión alta no es un problema. Si persiste, puede derivar en un ataque cardíaco, un ataque cerebrovascular o en enfermedades oculares o renales.
Lo problemático es que muchas veces los afectados no sienten ninguna molestia y eso lleva a que el inconveniente pase inadvertido durante mucho tiempo. Esto juega en contra, ya que en esa fase, al no aplicarse ningún tipo de control ni medicación, la presión va aumentando cada vez más y el corazón se ve sometido a una carga adicional.
Lo normal es tener una presión entre 140 y 90 milimetros de mercurio. Todo lo que se encuentre por encima de ese valor será considerado presión alta.
De todos modos, la presión puede variar en el correr del día y eso es totalmente normal. Si uno tiene presión alta una vez, no significa que está enfermo.
Desde ya que las actividades físicas y el estrés tienen impacto en la presión, al igual que las horas y la calidad del sueño.
Hay que saber que la presión alta está muy extendida. En Alemania casi una de cada tres personas tiene este problema, que requiere siempre de atención, ya que "los valores incluso levemente por encima de lo normal hacen aumentar el riesgo de padecer enfermedades cardiovasculares que pueden ser mortales", advierte el director de la Clínica Médica I de la alemana Karlsruhe, el Dr. Martin Hausberg.
Pero no tiene por qué llegarse a ese punto. Lo importante es acudir en forma regular al médico y medirse con regularidad la presión. Si se detectan valores anormales, hay que actuar.
El primer paso es cambiar hábitos para lograr que la persona reduzca su sobrepeso o deje de fumar y haga ejercicio físico, como por ejemplo algún deporte de resistencia tres veces por semana 30 minutos por día. Otro factor fundamental es la alimentación, que debería incluir muchas frutas y verduras y lácteos magros.
Si esta estrategia no genera resultados palpables en un lapso de, cómo máximo, un mes y medio, es necesario tratar el problema con medicamentos que, en la mayoría de los casos, deberán ser mantenidos de por vida.
De todos modos, existen preparados que evitan algunos efectos secundarios desagradables como los trastornos de sueño o la sensación de sequedad en la boca. Será bueno definir junto a su médico qué tipo de medicación elegir.
Y desde ya, uno de los pilares clave que hay que eliminar para evitar picos de presión es el estrés, por eso se recomienda incorporar técnicas de relajación que ayuden a sobrellevar los embates cotidianos. En ese área hay muchísimas posibilidades, como el tai chi chuan.
En definitiva, esos deben ser los tres pilares para una nueva vida: alimentación balanceada, movimiento y relajación. (dpa)
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