Viernes 10 de mayo 2024

Un mundo de cuatro asientos

Redaccion Avances 04/01/2023 - 16.00.hs

Carina Marotías es una de las taxistas mujeres que más tiempo hace que está en el oficio, y sigue manejando todos los días desde hace nada menos que 21 años.

 

Durante algún tiempo trabajó en una Gestoría del Automotor y más tarde empezó como taxista. “Estuve cinco años en el móvil 71, un Corsa; y después otros seis años con Daniel Berón en La Terminal. Eso hasta que el año pasado Rubén Vázquez obtuvo la licencia y me llamó para trabajar, y desde ese momento manejo el móvil 91, un Fiat Cronos”, precisa.

 

Carina Marotías es hija de Horacio (falleció el año pasado de Covid), y de Hermelinda Benvenuto; y tiene un único hermano, Daniel Horacio, conocido softbolista de la ciudad.

 

Es mamá de Benjamín (26), Valentina (21) y Albertina (15). “Mi primer trabajo fue en la tienda Meari que es de los coreanos en la 9 de Julio, y era para pagarme los profes de las materias que me llevaba...”, se ríe.

 

Comenzó obviamente manejando en la ciudad, pero no pasó tanto hasta que “salió un viaje a Villa La Angostura. Trasladé a un matrimonio, ella argentina y él alemán... llamaron desde un hotel que necesitaban un auto con baúl grande y fui: llegué allá a la madrugada un 30 de diciembre; y ahí nomás pegué la vuelta... fueron 26 horas sin dormir, y aunque fue duro me la banqué muy bien”, narra.

 

Ha militado en el Partido Justicialista y vendría a ser una suerte de legado o mandato que le viene de su papá Horacio, y de su abuelo Ramón, ambos fervientes devotos del General.

 

Don Ramón Marotías fue protagonista de aquella asonada del 9 de junio de 1956, liderada en La Pampa por el capitán Adolfo Phillipeaux, y de la que tomó parte entre otros Aquiles José Regazzoli. Al fracasar la intentona contra el gobierno de facto, don Ramón fue a parar a la U-4, y se salvaría de ser fusilado.

 

Horacio Marotías (fallecido hace poco tiempo), vivió con su familia siempre en Villa del Busto, y era dueño de la Sodería “La ventanita” que trabajó por 28 años. “Primero repartía los sifones en moto, después con un carro tirado a caballo y al final con un rastrojero”, lo recuerda ahora su hija.

 

En las últimas elecciones Carina estuvo en la lista del Frejupa, y al final iba a quedar como suplente de Rubén Funes en el Juzgado de Paz de Santa Rosa.

 

Carina es simpática, conversadora, y no tiene problemas para opinar sobre lo que pasa en las calles santarroseñas, que recorre todos los días desde hace más de dos décadas. “De lo que estoy segura es que las mujeres somos más prudentes, generamos menos choques, y eso es estadísticamente, eh! No invento nada”, asegura.

 

Enseguida agrega: “En mi caso no me gusta la velocidad, por eso no veo mal que se va a establecer que debemos circular a 30 kilómetros por hora. Lo veo bien dentro de la ciudad, máxime en Santa Rosa que no estamos educados como peatones para cruzar en las esquinas y nos exponemos a riesgos innecesarios. Además hay que decir que en general los santarroseños nos portamos bastante mal en el tránsito y no nos respetamos. Pero aclaro que yo sí trato de ser prudente y no cometer infracciones. Me cuido mucho de eso”, afirma.

 

¿Cómo empezó a manejar? “La verdad es que me inicié sola, porque mi ex me retaba... así que fue de a poquito: al principio una vuelta a la manzana, después dos y así agarré coraje. Por otra parte mi ex suegra (Norma Gatica) me acompañaba a Carro Quemado en el auto particular que teníamos, un Fiat Duna. Íbamos los fines de semana y llevábamos a Benjamín que en ese tiempo era chiquito”.

 

 

“Aceptadas”.

 

Carina es además integrante del Gremio de Taxistas. “Creo que soy la primera mujer que está en la comisión. La verdad es que las mujeres somos re bien aceptadas por nuestros compañeros, no hay ninguna queja en ese sentido. Por otra parte en mi caso me considero buena onda con mis compañeras y compañeros. Hoy en día somos 26 chicas manejando para las dos empresas de taxis de la ciudad (Centro y Terminal)”.

 

De todos modos admite que es un trabajo “cansador. Me gusta pero es cansador, porque casi no hay feriados. En mi caso estoy de lunes a sábado y tengo francos los domingos. Y bueno, es el tiempo para juntarme con mis amigas, en mi casa o donde sea. Tengo mucha vida social... los miércoles nos juntamos con un grupo y los sábados con otro”.

 

 

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