Sabado 27 de abril 2024

Algo más que juego en la Araucanía

Redaccion Avances 14/11/2023 - 18.39.hs

(Vieda, Río Negro - Enviado especial) - Muchas veces, los Juegos de la Araucanía y otros eventos similares permiten conocer gente, lugares e historias. Pasa siempre y nos hemos topado muchas veces con ellas, algunas veces atesoradas personalmente y otras transmitidas a través de nuestro trabajo periodístico.

 

Este martes, el ciclismo en su etapa de ruta nos llevó hasta la costa atlántica rionegrina. Por la RP1 de esta provincia, los ciclistas -mujeres y varones- desafiaron al viento, pero recién mucho más tarde conoceremos los datos oficiales, de la etapa y la sumatoria de la general.

 

El tramo utilizado fue entre El Cóndor y la Lobería, dos puntos costeros, con amplias playas y caseríos que ya los tornan pueblos y que explotan cada verano. La ciudad de Viedma está muy cerca y es, naturalmente, la referencia principal.

 

Allí, en el El Cóndor, Río Negro ha montado un sentido monumento de homenaje a los héroes de Malvinas. En lo alto del acantilado, casi pegado al faro que ayuda a la navegación marítima, hay una suerte de plazoleta con un arco y una pared de cemento. Lo completan un pedestal en el que monta un avión de combate de esa guerra que duele, un ancla de gran tamaño y un vehículo original de transporte militar. Las banderas de Argentina y de la provincia rionegrina completan el cuadro. Mar adentro, 1242 kilómetros al Sureste, están las hermanitas perdidas.

 

Las referencias históricas ilustran el lugar. Pero se destaca especialmente el muro de cemento con sus huecos que la atraviesan de lado a lado. El simbolismo es claro. El resistente muro ampara del fuerte viento patagónico, siempre del Oeste, y esos huecos representan el vacío que dejaron los argentinos que perdieron la vida combatiendo en defensa de la soberanía argentina.

 

Un puñado de kilómetros al Norte del lugar, al otro lado del pequeño pueblo de El Cóndor, el ancho y majestuoso río Negro deposita sus dulces aguas en el atlántico, que con una espumosa y blanca barrera de olas parece oponerse a la mezcla con su salado.

 

“El pescadero” es el nombre elegido para bautizar del lado Sur el lugar. En la orilla opuesta, sin mostrar diferencias fisonómicas, Buenos Aires también es testigo del tributo que viene desde Los Andes. En una muy soleada, ventosa y fresca tarde de noviembre, algunos pescadores prueban suerte y otros se solazan con un paisaje bello y singular.

 

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