El viento hizo estragos en el oeste

La tormenta que pasó el miércoles pasado azotó también a localidades del oeste pampeano. Tal el caso de Victorica, Luan Toro y Loventuel, donde un meteoro de viento huracanado produjo innumerables daños.

Desde la policía y la comuna confirmaron varios estragos en Victorica. El intendente Hugo Kenny, en charla en el piso de Radio Loventuel, aseguró que hubo unas cinco casas y locales comerciales a las que se les voló el techo.

Lo más problemático fue la caída de una gran cantidad de árboles. Algunos cayeron sobre una vivienda y otro aplastó a un Volkswagen Surán cuyo dueño quiso resguardarlo de la piedra y sufrió daños muy importantes. Por otra parte, muchos árboles cayeron en la vía pública obstruyendo el tránsito.

Desde la policía confirmaron que las tareas de saneamiento demandaron más de dos días. Y que en la misma trabajaron denodadamente personal del cuerpo de Bomberos Voluntarios, de la Cooperativa (CeVic) y del Hospital local, a quienes se sumaron voluntarios.

Kenny sostuvo que “el 95% de los árboles que se cayeron son olmos”. Y reiteró un pedido de los frentistas para que sigan el consejo de la comuna que ha planteado el reemplazo por fresnos, plátanos, aromos y otras especies que son compatibles con el arbolado urbano. El jefe comunal también aseguró que “la responsabilidad de los árboles es de los frentistas”.

En Luan Toro.

Desde la comuna que conduce la intendenta Mónica Valor comunicaron que también el meteoro que azotó la zona hizo daños. “Nuestro pueblo amaneció con un panorama muy triste, el tornado arrasó con plantas, techos, palmeras de luz y la cancha de padel destruida”, revelaron.

“Las plantas se limpiaron, el techo era un lugar en construcción, las palmeras se acondicionaron y volvió la luz. Lo que va a costar reconstruir es el predio de padel, por el costo monetario y la situación económica de hoy”, explicaron.

En tanto, en Loventuel, también el viento hizo de las suyas. Lo más grave fue la destrucción de una casa. La misma había sido terminada hace poco tiempo y afortunadamente aún no había sido habitada, porque el temporal literalmente la arrasó.