Fuego y protesta en la cárcel
Jueves 07 de marzo 2024

Fuego y protesta en la cárcel

Redacción 03/03/2015 - 01.50.hs

Yohana Suárez, una interna de la Unidad Penitenciaria 13, reclamó ayer por el estado de salud de su hermana Jazmín Gramajo, quién también está alojada en ese penal, sufre de ataques de epilepsia y no estaría recibiendo la atención médica pertinente.
En los últimos días Gramajo fue llevada a una celda de castigo luego de haber protagonizado un incidente en el interior del presidio. Por ese motivo, la Justicia le quitó la guarda del su hijo de 3 años que convivía con ella en el pabellón de las madres. Para hacerse escuchar, Suárez se puso ayer cerca de una ventana que da a la calle Alsina y desde allí pidió "poder cuidar a su hermana" y "tener condiciones dignas de detención".
El malestar comenzó el martes pasado, cuando la requisa del establecimiento le negó a Gramajo la posibilidad de ingresar una pileta de bebé que los familiares le habían enviado para su hijo. Por ese motivo la mujer prendió fuego adentro del pabellón de las madres y fue separada del menor. Desde entonces, no hubo paz tras las rejas.
Ayer a la tarde el conflicto recrudeció. Cerca de las 17 una de las internas de la U13 llamó a este diario para pedir ayuda. "Los llamo para que vengan. Hay una compañera que está muy mal y amenaza con prender fuego. Los del Servicio Penitenciario no la dejan estar con la hermana que está enferma", dijo la mujer.

 

Grito.
Cuando el equipo periodístico de LA ARENA llegó a las inmediaciones de la U13, la calle Alsina había sido cortada por agentes del SPF. Desde el Parque Oliver, podía observarse a una interna agitando un trapo blanco por una de las ventanas del primer piso del penal: era Yohana Suárez.
"Queremos que respeten los Derechos Humanos. Tengo a mi hermana con epilepsia y no me la dejan cuidar, la ponen en un buzón y no le dan atención médica. La semana pasada le sacaron el hijo y ahora la alejaron de mi. Bien sabe el director Morel que no puede cortar los vínculos familiares. Queramos que baje a solucionar las cosas. Esto no es en contra de los guardias y celadoras que lloraron con mi hermana cuando le llevaron al hijo. Pero el director las tiene atadas de manos, no las deja acercarse. Me llamo Yohana Suárez y el día que salga quiero hacerlo con caminando, no con los pies para delante y tapada con una manta".

 

Fuego.
Después de implorar durante varios minutos que la dejen estar con su hermana, Suárez prendió fuego el trapo blanco. Las llamas no duraron mucho tiempo pero alcanzaron para tiznar una pared exterior, justo debajo de la ventana. Aparentemente el principio de incendio fue sofocado desde adentro con matafuegos de polvo ya que, de un momento a otro, comenzó a brotar por la abertura una nube blanca y densa. En ese momento decenas de chicos salían de la Escuela 6 del primer día del ciclo lectivo 2015. Algunos no entendían qué estaba pasando a pocos metros de la entrada al colegio.

 

El fuego que preocupa
Otra vez una interna de la Unidad 13 utiliza el fuego como una forma de expresar su malestar intramuros. Ayer el siniestro fue sofocado en pocos minutos por agentes penitenciarios, pero hace una semana, cuando Jazmín Gramajo prendió una manta en el pabellón de las madres, debió concurrir una dotación de Bomberos. El fuego en el penal siempre trae un mal recuerdo: hace ya 24 años, el 27 de julio de 1991, doce internos murieron en medio de un incendio que se generó en el pabellón cuatro de ese establecimiento que por entonces era la Cárcel de Encausados.

 

Sigue el silencio oficial
Tras el incidente de ayer, un cronista de este diario intentó comunicarse con el director o alguna autoridad de la Unidad 13 para tener una versión oficial de los hechos y alguna respuesta a todos los episodios violentos que se vienen suscitando de hace varios días. Sin embargo ayer -como tantas otras veces- no hubo ningún tipo de contestación por parte del Servicio Penitenciario Federal.
Esta situación no solo se da en la cárcel de mujeres. El silencio oficial es una conducta que se repite en cada incidente intramuros. Hace más de un mes, cuando fue asesinado el Marcos Maximiliano Luquín en la Unidad Penitenciaria 4, solo fue enviado a este diario un escueto comunicado que informaba del deceso cerca de las 14. A los familiares les avisaron que Luquín había fallecido cerca de las 18. La muerte se produjo -según informaron fuentes judiciales días mas tarde- en medio de una pelea entre grupos. No obstante, no se sabe hasta el momento quién fue el hombre que mató al joven de 27 años de una certera puñalada en el corazón.

 


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