Decreto nacional no afectará paritaria docente pampeana

Como el salario inicial docente en La Pampa se encuentra por encima del equivalente al salario mínimo más el 20 por ciento, la negociación salarial entre el gobierno provincial y los representantes gremiales no tendrá restricciones.
JUAN PABLO VIETA
Consciente del costo político que terminaría pagando indefectiblemente por su obligación de fijar el piso mínimo salarial docente, para el caso de la venidera negociación paritaria, el Poder Ejecutivo Nacional optó por darle consagración legal definitiva a la ingeniosa fórmula que le posibilitó evitar el conflicto y la confrontación gremial durante el año pasado.
Para entender un poco de que se trata todo esto, cabe primero hacer un poco de historia.
La Ley de Financiamiento Educativo en su artículo 10° inciso "c" establece la responsabilidad que tiene la cartera educativa nacional en la fijación del salario mínimo docente, piso por debajo del cual no puede estar ningún maestro en cada una de las provincias.
Ahora bien, cuando en el 2016 los gremios que se sentaron en la mesa nacional salieron festejando que le habían arrancado a la administración macrista un aumento salarial del orden del 34%, eufóricos por la conquista, no repararon en que habían firmado lo que significaba la renuncia perpetua a la negociación paritaria.
En concreto, suscribieron que a futuro el salario mínimo docente debía ubicarse un 20% arriba del salario mínimo vital y móvil, y fue así que en el 2017 no hubo paritaria nacional, ya que el Ministerio de Educación de la Nación se circunscribió únicamente a ayudar a las jurisdicciones que no podían alcanzar ese piso, 20% arriba del salario mínimo, a que lo puedan hacer.
Con el decreto conocido recientemente, lo que hace el gobierno nacional es darle formato legal al acta suscripta, de modo tal de sacarse de encima la costosa negociación salarial docente.
Y entiéndase costosa en un sentido político también, ya que el gobierno nacional terminaba fijando el salario en las provincias más atrasadas en la escala, con lo que ello suponía en términos de la pérdida de autonomía de la jurisdicción en cuestión.
En definitiva, con esta fórmula del 20% sobre el salario mínimo, piso que a plata de hoy equivale a $11.400, el gobierno se retira de la conflictiva negociación docente, avanzando mucho terreno en términos de paz social.

Sin impacto.
Como en nuestra provincia el salario inicial docente para una jornada simple se encuentra claramente por encima del equivalente al salario mínimo más el 20%, la negociación salarial que se da entre el gobierno provincial y los representantes gremiales de los maestros acontece sin restricciones.
Aunque está claro que para la inconmensurable función que cumplen, la remuneración que hoy tienen los docentes pampeanos no es suficiente, si uno se remite a como se ubican dentro del concierto nacional los salarios que hoy se pagan en La Pampa podrá corroborar el buen nivel que tienen.
Puntualmente, si se considera el último Informe Indicativo del Salario Docente que elabora regularmente el Ministerio de Educación de la Nación, y que corresponde a julio de 2017, se puede apreciar que los salarios que se pagan en La Pampa a los docentes son los sextos mejores del país, casi empatando el quinto lugar con Chubut.
En efecto, aquí en nuestra provincia, el salario de un maestro de grado jornada simple con 10 años de antigüedad alcanza los $ 19.457,8, algo más de $ 4.200 arriba de lo que en una posición laboral exactamente igual y con las mismas condiciones se cobra en la vecina provincia de Buenos Aires.

Una ironía de Araujo
"En 2016 dijeron que la inflación iba a ser del 25 por ciento y fue el 41; en 2017 dijeron que sería del 17 y fue del 25. Le vienen errando en un 60 por ciento. Si dicen que este año será del 15, juguémosle al 24", ironizó el secretario general de ATE, Ricardo Araujo, sobre la pauta salarial que la Mesa Intersindical y los docentes tendrán que negociar en paritaria con el gobierno provincial a mediados de febrero.
"Lo de la cláusula gatillo esconde una trampa pero la usamos como una forma de zafar, porque si no la hubiéramos tenido habríamos perdido con respecto a la inflación", completó Araujo.