Jueves 11 de abril 2024

Kuky, el abuelo viajero, pisó suelo pampeano

Redacción 17/02/2018 - 11.22.hs

(25 de Mayo) - El caminante chubutense Martín Echegaray Davies ya ingresó a La Pampa por 25 de Mayo. En su paso por ésa zona aseguró que está bien de salud pero que su andar es mas lento por las altas temperaturas. En dos semanas arribaría a Santa Rosa.
El 31 de enero, desde Ushuaia, el aventurero emprendió una travesía, caminando tirando de un carrito, en la que proyectó recorrer unos 28 mil kilómetros en unos 3 años con destino final a Alaska. Ya recorrió mas de 3 mil kilómetros y ayer ingresó a territorio pampeano.
En su paso por Catriel, ciudad a la que arribó el jueves, fue entrevistado por la FM Alas, donde añadió detalles de su moderna odisea. "Mi familia está acostumbrada a que viajo, soy jagüelero, arreglo molinos, hago alambrados, pozos, siempre he salido de la casa, he estado muchos meses afuera. Mi esposa está en Trelew. Además tengo tres hijas y seis nietos. Una en Comodoro Rivadavia de la que tengo una nieta, otra en Trelew (2 nietos) y la restante en Puerto Madryn (3 nietos)", les contó "Kuky".
Las altas temperaturas reinantes en la región, que durante los últimos días, que han superado los 40°, hicieron que tomara recaudos que le atrasaron un poco las previsiones. "Venía haciendo 40 Km. por día, pero después de Viedma afloje y hago 30 Km. porque descanso más", admitió.
"No tengo ningún problema con mi salud, voy bien. Los tres mil kilómetros los pase en el Km. 70 de la ruta nacional 151, después estoy bien de físico, los pies, piernas, todo bien. La colaboración es mucha, pero ahora estoy pidiendo que no me traigan más galletitas, es tanta la gente que me van aportando que al final no puedo llevar tantas cosas", agregó.

 

Una promesa.
Su traslado caminando es una obligación moral para cumplir con su promesa. "No permito yo que me lleven o me transporten, a no ser que sea una asado me lleven hasta la estancia y vuelvan", bromeó Kuky.
Reveló que en su plan hay tiempos para descansar y el cuidado personal y se dijo agradecido del trato de la gente. "Paro una noche o dos, solo para bañarme, lavar mi ropa, la principal para mi es que me den lugar para lavar mi ropa. Acá en Catriel, hay como cinco familias que me quieren dar lugar", comentó.
El paso del caminante por las rutas patagónicas no pasa inadvertido y es común que los automovilistas y camioneros paren para ofrecerle un trago de agua o gaseosa, y también para interactuar con él y su sueño. "Uno aprende a tratar más a las personas, es característico entre una persona que vive y ha sufrido, y una persona que vive en una oficina, uno los conoce cuando bajan del auto", dijo.
Una de las preguntas que todos se hacen es si no corre peligro su andar por la ruta. El hombre tiene experiencia, y, por ejemplo, tiene el tino de caminar en contramano, así puede circular en parte por el asfalto pero viendo el tránsito de frente. Cuando viene un vehículo baja a la banquina. "No me da miedo la ruta, yo no vine a accidentarme, vine a hacer mi travesía", concluyó Echegaray Davies.
FOTO: Facebook.

 

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