Si la guerra de Medio Oriente nos concierne

Las empresas encuestadoras no se limitan a equivocarse en el pronóstico de un resultado eleccionario (dicen que algunas los hacen a "gusto del consumidor"). También se ocupan de indagar acerca de usos, costumbres y temas que interesan o pueden ser de interés. Así, la acreditada Ibarómetro quiso saber cómo toman los argentinos los atentados terroristas de Francia y la opinión que se va formando acerca del conflicto del Cercano Oriente y de las consecuencias que pueda llegar a tener para nosotros.
La referencia aparece en una nota que firma Gustavo Veiga en Página/12 en la que da cuenta de cómo se financia el Estado Islámico y cómo es que en los desfiles de sus soldados que difunde en videos, se ve que usan camionetas Toyota último modelo, al tiempo que los jihadistas lucen los previsibles fusiles Kalashnicov, que ahora no sólo se fabrican en Rusia, sino también en Pakistán y otros lugares. Se han convertido en un arma preferida por los irregulares. La Toyota se ha apresurado a comunicar que no vende unidades sin conocer quién es el comprador, pero que no puede hacerse cargo de su destino posterior. Lo que se sabe es que los envíos japoneses (820 mil camionetas en 2014) llegan a un puerto turco y que las camionetas son provistas de nafta y dejadas en un depósito, del que las retiran choferes jihadistas. Los fondos que utilizan los obtienen de distintas fuentes: venta del petróleo sirio, tráfico de obras de arte, drogas o mujeres, donaciones, comercio de algodón e impuestos que cobran a la población de los lugares que ocupan. Millonarios árabes, petroleros, están entre los donantes más generosos.
En cuanto a la encuesta en la Argentina revela que seis de cada diez cree que los atentados de París tienen un fuerte impacto; los otros cuatro estiman que es una cuestión ajena al país. Sobre cuál pueda ser la reacción argentina, más de la mitad de los argentinos consultados contesta que debe mantenerse nuestra neutralidad, mientras que uno de cada cuatro dice que debemos sumarnos a la lucha internacional contra el terrorismo. Una parte le echa las culpas al fundamentalismo islámico (32 por ciento) y otra (35%) culpa a las potencias occidentales. Infiere Veiga que esta última respuesta muestra la matriz cultural de los argentinos, "marcadamente opuesta a soluciones de guerra para dirimir conflictos, ajena a ambiciones expansionistas y acostumbrada a la ausencia de problemas religiosos o de convivencia". De todas maneras, no se percibe el problema como algo política y afectivamente ajeno.

Televisión
Se lee con creciente frecuencia que la pantalla chica (el televisor hogareño) "pugna por sobrevivir a un mundo que comienza a consumir televisión no programada", que "cada vez es mayor la tendencia a ver contenidos audiovisuales vía web cuando y como se quiera" y que "la industria local ve disminuir sus audiencias en beneficio de otras pantallas". Así lo dice el crítico Emanuel Respighi al hablar de los premios Emy (Nueva York) en los que participan cuatro producciones argentinas o de argentinos.
En otra nota periodística se lee que la televisión pierde audiencia porque se prefiere los smarphones para mirar videos y que de 130 millones de usuarios de Internet en América latina muchos usan la web para mirar películas y series. Los menores en edad se diferencian cada vez de los mayores. No es que se omita la tele sino que se la mira de otra manera. Lo que decae es la escena de la familia reunida ante el televisor hogareño.

Matera
Los medios de prensa dan cuenta del pesar causado por la muerte del pediatra Juan Carlos Matera, desaparecido a los 88 años el pasado jueves 12.
Se recuerda su vinculación con los hospitales de niños Ricardo Gutiérrez y Garrahan. El doctor Matera impulsó la Fundación Garrahan, que presidió hasta su último día. Desde allí propició la investigación, formación profesional, infraestructura, contención, asistencia y participación comunitaria en pro de los enfermos y sus allegados.
Jotavé