Martes 30 de abril 2024

Una jornada para no olvidar

Redacción 17/04/2024 - 00.20.hs

El 17 de abril se conmemora el Día Internacional del/la Preso/a Político/a, para visibilizar la situación de miles de personas en todo el mundo, también en la Argentina.

 

IRINA SANTESTEBAN

 

Detener, procesar y condenar a personas por motivos políticos constituye una vieja práctica de los gobiernos para prohibir las protestas y reprimir a opositores.

 

Si bien las dictaduras y gobiernos fascistas son quienes más recurren al encarcelamiento de opositores y activistas, cuando no se los desaparece y asesina, en las llamadas “democracias occidentales” también hay persecuciones y prisioneros políticos.

 

Conmemoración.

 

El origen de esta conmemoración se remonta al año 1974, cuando el preso palestino Mahmud Baker Hijazi fue liberado de la cárcel en el primer acuerdo de canje de prisioneros con Israel. Por ello, el Consejo Nacional Palestino declaró el 17 de abril como una Jornada de Solidaridad con los presos políticos de ese pueblo.

 

Luego en 2004 se realizó en el País Vasco un encuentro que reunió a abogados y activistas de ese país, así como palestinos, argentinos y de otras nacionalidades, para visibilizar la situación de miles de personas privadas de su libertad por causas políticas. De Argentina participaron integrantes de la Gremial de Abogados y Abogadas, entidad nacida en los años ‘70 para la defensa de los presos políticos, y que hoy continúa con la defensa de numerosos casos judiciales, entre ellos el de Facundo Molares, primero preso y luego asesinado por la policía de la ciudad de Buenos Aires en 2023, y el de Facundo Jones Huala, el lonko mapuche que fue extraditado y cumple prisión en Chile.

 

EEUU.

 

Los Estados Unidos presumen de su sistema democrático como si fuera el modelo a seguir por el resto del mundo. Así, pretenden dar cátedra de defensa de los Derechos Humanos cuando ni siquiera al interior de su país pueden hacer gala de ello.

 

En Guantánamo, territorio usurpado a Cuba desde 1902, mantienen una cárcel clandestina con prisioneros que son sometidos a tratos degradantes y vejatorios, sin ninguna orden judicial ni control sobre lo que allí sucede. Es un centro clandestino de detención donde no rige ningún derecho ni nacional ni internacional.

 

Esa aparente democracia también mantiene centenares de presos políticos, algunos por décadas, luego de haber padecido largos procesos judiciales, con irregularidades y pruebas dudosas.

 

El líder indigenista Leonard Péltier lleva 45 años preso; lo mismo que el periodista afroamericano Mumia Abu Jamal, acusado de un crimen que no cometió. Los cinco héroes cubanos Gerardo Hernández, Ramón Labañino, Antonio Guerrero, Fernando González y René González estuvieron entre catorce y diecisiete años en cárceles norteamericanas, acusados de espionaje y de atentar contra el sistema democrático de la potencia yanqui. Sin embargo, nunca espiaron contra EEUU sino que se encontraban insertos en la comunidad cubana de Miami para evitar atentados de esa comunidad “gusana” contra la isla. Durante su detención fueron sometidos a durísimos tratos, como el aislamiento durante varios meses, lo que está prohibido por la legislación internacional sobre derechos de las personas en condiciones de encierro.

 

Israel.

 

El gobierno de Benjamín Netanyahu está cometiendo un verdadero genocidio contra el pueblo palestino de la Franja de Gaza. Pretende que el Movimiento de Resistencia Islámica (Hamas) libere a los rehenes capturados el 7 de octubre de 2023, durante la operación “Diluvio de Al-Aqsa”. Sin embargo, desde hace décadas Israel mantiene miles de presos y presas acusados por tribunales nada imparciales de “terrorismo”. Se trata de hombres, mujeres y hasta infancias palestinas, que son privadas de todo contacto con sus familiares y en muchos casos sin haber podido contar con la adecuada defensa legal en los procesos a los que fueron sometidos. Se calcula que hay 9.000 presos palestinos en cárceles israelíes.

 

Julian Assange.

 

El fundador del sitio WikiLeaks, el australiano Julian Assange, fue detenido en 2019 en Londres y desde entonces se encuentra en una cárcel de máxima seguridad en Belmarch, a la espera que se resuelva el pedido de extradición formulado por los EEUU.

 

Antes de ser encarcelado por la policía británica, Assange había estado asilado en la embajada de Ecuador en Londres, gracias a la protección del entonces presidente Rafael Correa. Pero cuando asumió Lenin Moreno, sucesor de Correa, su política dio un vuelco de 180 grados y se alineó con Washington. Por ello, le quitó el asilo a Assange y permitió que fuera apresado por la policía del Reino Unido.

 

¿Cuál es el delito por el que se lo acusa? Haber revelado crímenes estadounidenses en sus guerras imperiales en Irak y Afganistán, con centenares de miles de cables, así como informes de diplomáticos de todo el mundo al Departamento de Estado, que molestaron obviamente al imperio y sus aliados occidentales, al poner en evidencia la hipocresía de sus políticas. En Argentina se revelaron los cables de la embajada norteamericana, donde nos informamos que los más asiduos visitantes de esa sede diplomática eran el fallecido fiscal Alberto Nisman y el entonces Jefe de Gabinete Sergio Massa.

 

Milagro Sala.

 

Actualmente, se disfraza con acusaciones de delitos vinculados a la corrupción, a la persecución que padece desde hace más de ocho años, la lideresa de la agrupación Tupac Amaru, la jujeña Milagro Sala.

 

Como dirigente de ese movimiento político-social, Milagro fue y es el blanco de la persecución del ex gobernador Gerardo Morales. El mismo que ordenó a su sucesor, que encarcelara a un docente universitario, Nahuel Morandini, por una publicación en la red social X, en la que se ponía en dudas la fidelidad de su esposa.

 

Milagro tiene incontables causas judiciales, con pruebas tan irregulares como testigos que luego fueron “premiados” con puestos en el Estado. Lo que no pueden explicar sus detractores, es cómo hizo su agrupación para construir viviendas, escuelas, parques infantiles, etc., en lo que constituye una obra que ningún otro gobierno ha emulado hasta el momento. Eso sí, destruyeron lo que la Tupac había construido.

 

Mientras permanece prisionera, decenas de empresarios de la construcción que confesaron haber pagado coimas en la “causa de los Cuadernos” (cuyos originales nunca aparecieron), están en libertad y continuaron haciendo grandes negocios, ahora parados por el ajuste en la obra pública.

 

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