Lunes 29 de abril 2024

No es puro humo

Redacción 13/04/2016 - 00.30.hs

Mientras las campañas de prevención se enfocan en el alcohol y las drogas, el tabaquismo mantiene un alto consumo entre los adolescentes. "Está tan naturalizado que nadie tiene en cuenta lo que provoca", aseguró Débora.
Argentina ocupa el podio en el mapa del tabaquismo adolescente de América latina, después de Ecuador y Colombia. Y la edad de inicio es muy temprana, a los 13 años. Las chicas fuman más que los varones y pese a leyes y recomendaciones, las industrias se las ingenian para desarrollar sus estrategias de seducción entre los más pequeños. Y hay un dato que se mantiene inalterable: fumar sigue siendo la primera causa de muerte prevenible en el mundo.
"Fumar es legal, nada lo prohíbe y a nadie le llama la atención ver a un chico o a una chica fumando. Si alguien está tomando alcohol en la puerta del colegio se genera toda una reacción, pero si están fumando no pasa nada, se ve como algo natural", describió Joaquín, de 17 años.
En el Manuel Belgrano de Santa Rosa, como en cualquier colegio de cualquier otro lugar, hay muchos adolescentes que fuman tabaco. Hay fumadores ocasionales o sociales, otros y otras que lo hacen habitualmente y quienes ya lo padecen como una adicción.
"Fumar es aceptado socialmente. Es cierto que se restringió bastante en los lugares cerrados, pero solo se limitó por la invasión que significa el humo hacia los demás y los daños que le genera al fumador pasivo. Pero es legal, y lo cierto es que nadie controla la venta a menores", afirmó Abril (17).
Los motivos que llevan a un chico o chica a fumar varían, pero los más habituales son "por rebeldía", "por problemas familiares", "para seguir a los demás", "para tranquilizarse" o "para parecer más grande". En la Argentina, un repaso por los relevamientos más recientes del tabaquismo adolescente indica que los chicos empiezan a fumar a los 13 años. Y la última Encuesta Mundial de Tabaquismo en Jóvenes, que es una herramienta del sistema de vigilancia mundial del consumo que utiliza la Organización Mundial de la Salud (OMS), indica que el 24,1% de los mayores de 13 prende un cigarrillo habitualmente.
En noviembre pasado un grupo de ONG's de 14 países presentó el informe "Niños en la mira de la industria tabacalera". Allí se repasan las diez estrategias de marketing para atraer nuevos consumidores en los quioscos. El estudio describe cómo la forma de exhibir los productos, entre las golosinas, a la altura de los ojos de los chicos y con diseños coloridos, intenta seducir a un público bien definido. "A los ocho o diez años, que es cuando estas estrategias tienen efecto, los chicos son extremadamente vulnerables", explicaron los especialistas.
"Cuando se habla de tabaquismo, alcohol, drogas u otros temas se apunta siempre hacia los adolescentes, pero ¿qué es lo que hacen los adultos? ¿Qué ejemplos dan o qué cosas aceptan? Si te fijás, hay muchos chicos que fuman que tienen padres fumadores", apuntó Débora (17), que al igual que sus compañeros no disimula la molestia porque, según expresan, la mirada adulta está permanentemente sobre ellos sin poner la lupa sobre lo propio. "Está bien que te marquen tus cosas, es natural y debe ser así, pero también debería haber autocrítica", agregó.
En nuestro país está vigente una restricción de publicidad de productos de tabaco en los puntos de venta, según lo establece la Ley Nacional de control del tabaco que se aprobó en 2011 y se reglamentó en 2013 pero que recién se pudo aplicar para fiscalizar los comercios en 2014. Sin embargo, según una investigación de la Fundación Interamericana del Corazón Argentina y la Alianza Libre de Humo de Tabaco, en tres de cada cuatro kioscos se viola dicha ley.
"En los paquetes ponen fotos de gente enferma o con un respirador, son fotos espantosas, pero no sé si causan efecto en quienes fuman. Las empresas tienen la obligación de poner la leyenda 'Fumar es perjudicial para la salud', pero no creo que eso les preocupe demasiado", resaltó Celeste, que a sus 17, según reconoce, acumula varios años como fumadora al igual que algunos de sus compañeros.
Ulises (17) juega al fútbol. Cuando era más chico comenzó a fumar, y con el tiempo cada vez más. Un día se dio cuenta de que el tabaco afectaba seriamente su rendimiento deportivo. "Me cansaba al ratito de empezar a correr, eso me daba bronca así que un día decidí cortar y listo. Pero sé que no es fácil, se genera una adicción muy fuerte", reconoció.
Unas cien personas por día mueren en la Argentina a causa del tabaquismo, es decir, unas 40 mil por año de acuerdo a los últimos datos del Ministerio de Salud de la Nación. Cada cigarrillo tiene más de 4.000 sustancias cancerígenas y en la actualidad, entre los adolescentes, hay un 22,7% de varones y un 25,4% de mujeres fumadoras.
"A nadie le preguntan la edad cuando compra cigarrillos, eso no se controla y a nadie parece preocuparle. También es cierto que todos saben lo malo que es para la salud y los efectos que genera, pero para un chico siempre va a ser más difícil que para un adulto poder decir que no", comentó Yamila (17).
Según distintos estudios médicos, está demostrado que cuando a los 18 años no se ha fumado, es muy difícil que uno se convierta en fumador. Concientizarse sobre esos efectos tan nocivos puede ser un buen comienzo para convencerse de un definitivo "chau pucho".

 

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