Lunes 05 de mayo 2025

La eterna vigencia de la obra de Shakespeare

Redaccion Avances 27/10/2024 - 12.00.hs

El sábado 19 de octubre se presentó en el Centro Cultural Médano, de General Pico, la obra de teatro Macbeth, de Shakespeare. La puesta estuvo a cargo de Sabrina Gilardenghi, joven profesora y directora, junto a un gran elenco.

 

Susana Llahí *

 

Poner en escena la obra de un clásico supone un gran conocimiento de su esencia, de su espíritu, impone respeto. Quizás sea ese el motivo por el cual una provincia como La Pampa que en el transcurso de su historia tuvo tanto teatro independiente, en muy pocas oportunidades llevó a escena una obra de Shakespeare. Una prolija labor cronológica muestra que en el año 2011 el “Grupo Alumnos de 9 año de la Escuela Secundaria Lic. Mabel Peralbo” de Santa Rosa presentó una versión de Romeo y Julieta de Shakespeare y en el año 2013, el Taller de Teatro de Adolescentes de “Ruidos y Nueces”, de General Pico, presentó como cierre del año, dos escenas de la misma obra. Y lo más próximo a Shakespeare fue la puesta de La Señora Macbeth de Griselda Gambaro, con dirección de Silvio Lang, 2009, en la ciudad de Santa Rosa, que gozó de una crítica excelente y en el 2013, una puesta de Hamlet, en versión libre de Nadia Grandón enmarcada en la estética de la comedia musical.

 

Sin barreras.

 

Esto nos lleva a preguntarnos: ¿quién se le atreve a Shakespeare en La Pampa?

 

Sabrina Gilardenghi, joven profesora y directora de teatro decidió llevar a escena Macbeth, la obra de Shakespeare que tematiza la ambición desmedida, el deseo de poder político que no reconoce barreras, que siembra muerte desde el comienzo hasta el fin de su reinado. En este tiempo donde la historia se mueve en direcciones contrapuestas, donde todo está atravesado por la incertidumbre, donde la deshumanización es lo que impera, Shakespeare adquiere una vigencia que atrae poderosamente a teatristas y espectadores.

 

Y precisamente por lo enunciado, Gilardenghi, conocedora del teatro pampeano, pues desde muy joven actuó en distintos elencos de General Pico, su ciudad natal, hasta el momento de trasladarse a la ciudad de Buenos Aires para cursar sus estudios universitarios, conoce cuáles son las prácticas sociales, los procesos comunicacionales que pueden darle posibilidad a la obra de Shakespeare en el contexto pampeano. Para ello, junto con el dramaturgo Fabián López realizaron la adaptación de la obra respetando la estructura clásica pero sintetizando escenas que nos llegan en la voz de un narrador. Tanto la versión como la puesta revelan fidelidad al texto clásico, logran un difícil equilibrio, concentran la acción, fusionan el sentido a fin de que el espectador, a partir de la palabra de quien narra pueda comprender la intensa red de significaciones que posee el texto. La adaptación marca la prevalencia de las miserias no confesadas y los conflictos de conciencia que plantea la obra, en forma tal, que al ser recreados en un universo cultural con poco acceso al teatro de Shakespeare, la historia pueda ser comprendida en toda su dimensión.

 

La tragedia de Macbeth fue escrita por Shakespeare durante el reinado de Jacobo I, quien era el dueño de la compañía teatral del dramaturgo. Se cree que fue representada por primera vez en 1606. La obra está basada en la vida de un personaje histórico, Macbeth, quien fue rey de Escocia entre 1040 y 1057. La historia comienza en el momento en que Macbeth y Banquo, generales del rey de Escocia se encuentran con las tres brujas que profetizan a Macbeth su nombramiento como barón de Cawdor y que Banquo, no será rey pero engendrará reyes. Inmediatamente les llega la noticia de que Macbeth, por su valor fue premiado con el título nobiliario que las brujas le profetizaron. Macbeth, convencido por la concreción de la primera parte de la profecía, siente que peligra la posibilidad del trono frente a las profecías dadas a Bancuo. Muy pronto sucumbe frente la evocación de las criaturas de las tinieblas, aunque su nobleza, el hecho de haber sido un soldado valiente y fiel a su rey, se debate en su interior y esa puja de sentimientos tan opuestos va alterando su psiquismo y lo lleva a la locura, hacia un camino sin retorno. Además, el acoso de la reina puede más y lo conduce a los asesinatos que serán el comienzo de un camino regado de sangre.

 

Las brujas, interpretadas por muy jóvenes actores, logran darles a sus personajes la oscuridad de ese submundo diabólico que logra seducir y enloquecer a Macbeth. Podríamos decir que los presagios son el detonante de la ambición oculta, el elemento que logra el estallido del delirio de la elucubración asesina, en la cual, no está solo, ella, la señora Macbeth es la instigadora, primero en un nivel racional para transformarse luego en la demente atormentada por la culpabilidad. La ligazón de la bruja con la señora Macbeth en un juego de correas y el avance del bosque de Birnham, con un original juego de ramas, confluyen en dos escenas muy bellas que crean el clima de pesadilla dominado por la sangre.

 

Logros y ajustes.

 

Gilardenghi logró en sus jóvenes actores una elocución clara, modulada, que traduce los fuertes sentimientos que anidan en los personajes. En ellos todo es dolor, ira, rencor, envidia, no existe un momento de sosiego, ni aún en la fiesta de palacio, allí también domina la desconfianza. Hay actuaciones muy logradas, tal es el caso de Susana Deballi en el fiel Macduff que el dolor transforma en viva imagen del horror y de furia y las brujas, en especial, Hécate, interpretada por Norma Torta, una logradísima conjuradora que aglutina todo el oscurantismo de las fuerzas del averno.

 

Escenografía minimalista, una estética austera con un excelente trabajo de iluminación que genera espacios, focaliza a cada uno de los personajes en el momento preciso para acentuar sus miedos, sus pasiones, las situaciones relevantes de la época isabelina que de alguna manera remite a nuestro momento histórico, en un continuum de miserias humanas que pueden ensombrecer y precipitar en el horror el destino de cualquier pueblo. La música se transforma en un recurso fundamental: percusión, que da vida y fuerza a escenas pregnantes.

 

En resumen, una puesta con importantes logros y con momentos que necesitan ajustes pero, que en esencia, logra dar una intensa vida a Shakespeare, desarrollada con creatividad, con prudencia, con profesionalismo, recreando la magia y riqueza de un clásico para el disfrute del espectador pampeano.

 

Ficha técnica.

 

La puesta pudo verse en el Centro Cultural Médano de General Pico el pasado 19 de octubre. El elenco está conformado por Manuel Herrero, Juliana Salomone, Greta Broner, Leandro Broner, Emilia Salomone, Norma Torta, Ana Belén Rafael, Inés Pasqualotto, Emiliano Paierpaj y Susana Deballi. Camila Betz, Doris Espinoza, Matías Andreola, Agustín Andreola y Tatiana Hardoy.

 

Percusión: Emanuel González. Vestuario: Claudia Ferrero. Utilería: Martín Alzamora y Manuel Herrero. Coreografía: Juliana Salomone y Sabrina Gilardenghi. Texto Original: William Shakespeare. Adaptación: Sabrina Gilardenghi y Fabián López. Asistente de Dirección: José Miranda. Dirección y Puesta en Escena: Sabrina Gilardenghi.

 

* Investigadora y crítica de teatro

 

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