Lunes 05 de mayo 2025

La Traviata: impecable versión

Redaccion Avances 15/09/2024 - 06.00.hs

De la mano de la Asociación Cultural Pampa se realizaron el fin de semana pasado una serie de funciones de la ópera La Traviata. Músicos, bailarines, bailarinas y cantantes líricos, contaron esta historia transcurrida en París hacia el 1850.

 

Hugo René Sanz *

 

El pasado fin de semana, fue presentado en nuestra ciudad, uno de los títulos más célebres de la lírica mundial con funciones el día sábado 7 y el domingo 8.

 

La ópera es mundialmente convocante. Es sabido que existen legiones de seguidores que suelen acercarse a los grandes festivales que tienen su epicentro en ciudades tales como Nueva York, Berlín, Viena, Milán, Sidney y algunas otras. Aquí en nuestro país, los amantes de la lírica, también suelen movilizarse varios kilómetros para acudir al Teatro Colón de Buenos Aires, desmitificando aquello de que solo los porteños tienen acceso a determinados espacios. Existen incluso, ofertas que proponen traslado, alojamiento e ingresos para poder asistir a aquellas maravillosas puestas que tienen lugar en dicha entidad.

 

La ciudad de Santa Rosa y la propuesta lírica de “La Traviata”, también tuvo su gran convocatoria. De tal manera y cerca del horario del inicio, llegaron al Teatro Español ómnibus y combis con delegaciones estudiantiles del interior de la provincia y de la vecina Buenos Aires, e interesados en general, para no perderse dicho espectáculo.

 

Los santarroseños deben estar siempre orgullosos de su magnífico coliseo como lo es el Teatro Español y su arquitectura ecléctica. Su fundación data del 27 de marzo de 1908 a cargo de la Asociación Española de Socorros Mutuos, actual dueña del edificio. Curiosamente, ese mismo año y para ser más precisos, el 25 de mayo, también se inauguró el Teatro Colón de Buenos Aires subiendo a escena la opera “Aída” también de Giuseppe Verdi, el mismo compositor de “La Traviata”.

 

Y como si fuera poco, en 1908 también se inauguró el Teatro Scala, que luego pasó a llamarse Esmeralda y que a partir de 1922 recibió el nombre de mayor reconocimiento al ser rebautizado como Teatro Maipo.

 

Y para cerrar estas coincidencias, podemos agregar que el 10 de agosto de 1908, también se inauguró el Teatro Municipal Rafael de Aguiar de la Ciudad de San Nicolás en la provincia de Buenos Aires.

 

Podemos decir que, en torno al primer centenario de nuestra Revolución de Mayo fueron muchos los esfuerzos e ideas que coincidieron en afirmar que, abrir y dar vida a un teatro es primordial para el desarrollo cultural de las sociedades todas.

 

Es indispensable recordar aquí a nuestros ancestros de inmigración, básicamente; a aquellos bisabuelos y abuelos españoles e italianos que trajeron consigo su música y entre ellas, la zarzuela y la ópera; siendo siempre fervientes asistentes de todas las manifestaciones propias de su terruño y aquellas de significativo nacimiento como lo fue el tango.

 

Es que existe tanta historia acerca de la lírica en nuestro país, la fundación de sus teatros y las compañías que nos han visitado antes de la creación de nuestros propios elencos estables, que debiéramos dedicar varias ediciones para resumir bastante más de un siglo de ópera.

 

También, y gracias a la belleza de la convocante puesta de “La Traviata” en el Teatro Español, es que debemos centrar nuestra atención en hacer público lo maravilloso que allí ha sucedido.

 

La Traviata.

 

Como ya sabemos, pero que siempre es bueno recordar, la ópera “La Traviata”, cuya traducción en español es “La extraviada” o “La descarriada” es una ópera en tres actos con libreto en italiano de Francesco Maria Piave basado en la novela de Alejandro Dumas llamada “La dama de las camelias”. Es quizá, la más célebre junto a otros títulos también exitosos como “Rigoletto”, “Il Trovatore”, “Aída” y “Nabuccodonosor” formando parte de las 26 óperas que el célebre compositor italiano Giuseppe Verdi nos dejó a lo largo de sus fructíferos 87 años.

 

En una brevísima síntesis argumental diremos que la acción transcurre en París y alrededores hacia el año 1850, y su eje dramático es el amor imposible de Violetta y Alfredo debido a sus diferencias sociales. El amor siempre triunfa y parece que nada puede detenerlo, sin embargo; la tuberculosis, enfermedad incurable en aquellos tiempos; pone un triste fin a la vida de Violetta, hecho que sucede en el acto III y como fin de la ópera.

 

Mientras se aguardaba el inicio de la función, un cartel de sobretitulado en altura y por sobre del proscenio, ya nos indicaba que la ópera se interpretaría en italiano, su idioma original; y que los asistentes podrían disfrutar de la traducción simultánea que estuvo a cargo de Raúl Alarcón. Así, estaría garantizado que ninguno podría perderse absolutamente nada del argumento y podría disfrutar de las más hermosas palabras de amor que se dirían Violetta y Alfredo.

 

La ópera se inició con un finísimo y delicado preludio a cargo de los violines I y II al que se suma la viola y luego el violoncello. El Ensamble de la Orquestas Jóvenes Talentos de Buenos Aires transformó aquello en un cortés cuarteto de cuerdas, para luego recibir levemente el apoyo de los vientos de madera y el corno francés (conocido también como trompa utilizada hacia el siglo XV en cacerías y batallas). Este fragmento musical aparece integrado a la agonía y a la tristeza de Violeta y retorna en la despedida de Alfredo.

 

La escena comienza cuando se corre el telón y Violetta Valéry, ofrece una fastuosa fiesta en un gran salón en la ciudad de París donde celebra la recuperación de una enfermedad. Así, se sucede la llegada de los invitados hasta que la propuesta de un brindis da lugar a uno de los momentos más reconocidos de la ópera. Nos referimos a la escena del brindis “Libiamo ne’ lieti calici” (Liberémonos, liberémonos en los felices cálices que florece la belleza) y que es el momento de seducción entre Violetta y Alfredo.

 

La sala se colmó de expresiones y exclamaciones de júbilo cuasi silenciosas. Es que la escenografía a cargo de Alejandro Villá creó el entorno indicado, apropiado y elevado que la puesta requería, generando visualmente el clima óptimo para ver a los invitados a la fiesta. El vestuario magnífico y original cedido a préstamo por el Teatro Argentino de La Plata junto a los diseños originales realizados por la vestuarista Ruth Furst deslumbraron a los espectadores.

 

Entrega y dramatismo.

 

Violetta Valéry, interpretada en la voz de Cecynés Peralta, santarroseña de lujo, conmovió al público en sus intervenciones más destacadas como cuando interpretó “Sempre libera”, el duetto “Pura siccome un angelo” (Pura como un ángel) y “Amami, Alfredo”. Su presencia en la escena le dio autenticidad y vida al rol, sumado a una actuación escénica exquisita y un registro formidable junto a una muestra de madurez vocal, depurada técnica y entrega al dramatismo propio que la cortesana parisina precisa para dar brillo a su intervención.

 

El rol de Alfredo Germont estuvo a cargo de Andrés Novero, con un hermoso registro tímbrico que dio a su personaje robustez y virilidad. Sus intervenciones, arrebataron aplausos de los asistentes en más de una ocasión.

 

Por su parte y siendo otro honor para los pampeanos y en particular para los capitalinos, Norberto Crespi maravilló a los espectadores en el rol de Giorgio Germont padre de Alfredo, haciendo uso de un notable registro de barítono con un color de voz pujante y una profundidad absoluta demostrada en la interpretación de “Di Provenza il mar il suol” que es el momento en que intenta convencer a su hijo Alfredo de que deje a Violetta.

 

Todos los intérpretes dieron lo mejor de sí, siendo cada uno imprescindible en su intervención lo que en suma, ha dado una deslumbrante nueva puesta de “La Traviata”.

 

Voces y sorpresas.

 

Por eso es menester y justo mencionar al bajo Federico Salcedo con un registro excelente para la profundidad y responsabilidad de diagnosticar la enfermedad de tuberculosis que padece Violetta en el rol del Dottore Grenvil. A su vez, la soprano Elizabeth Steinbrunn en el rol de Annina, ama de llaves de Violetta; el Barón Douphol, en la voz del barítono Leonardo Menna, antiguo amante de Violetta; Flora Bervoix, amiga de Violetta, en la voz de la mezzosoprano Mariana Artaza y el Vizconde Gastón de Letorieres, amigo de Alfredo Germont en la voz del tenor Pablo Scaiola.

 

El Ballet de Danzas Clásicas “Noemí Chejolán” bajo la dirección de la Prof. Belén Echenique, con un llamativo vestuario, tuvo su protagonismo en “Noi siamo zingarell” (Somos gitanillas), en “È Piquillo, un bel gagliardo” (Fue Piquillo, tan joven y gallardo) donde también se destacó el coro Ópera de La Pampa interpretando “Di Madride noi siam mattadori” (Somos toreros de Madrid).

 

Luego, nuevamente el Coro Ópera de La Pampa, bajo la dirección de la Prof. Agustina Bría y la asistencia de la Prof. Mtra. Silvia Aloy, Directora del Coral Corale Lyrique de Buenos Aires, nos volvería a sorprender en la Baccanale del Acto III haciendo su intervención a espaldas de los asistentes en el palco izquierdo avant-scène a la altura del proscenio del escenario, hecho que sorprendió a quienes adquirieron esas localidades. como así también a la audiencia en general.

 

La belleza de los movimientos y la responsabilidad del mundo visual de la ópera “La Traviata” en el Teatro Español, tuvo que ver con las ideas del Mtro. Boris Laures, un brillante director escénico, músico, hombre de ópera y periodista en Radio Nacional Clásica.

 

La vestuarista Ruth Furst se destacó en su especialidad respetando los diseños propios de la sociedad parisina de 1850, mientras que cierran el staff de producción los iluminadores Carlos Bustriazo y Gustavo Rodríguez, el maquillaje y la caracterización de Victoria Castillo y la peluquería de Marina Largayoli cuyos aportes elevaron más aún el nivel de la puesta.

 

Concertador.

 

En la preparación de una ópera existe un rol imprescindible. Estamos hablando del concertador, alguien que trabaja al piano y acompaña las arias logrando naturalidad, expresividad y manejo en las articulaciones.

 

Esta responsabilidad extrema estuvo a cargo de la Mtra. María Gabriela Battipede, profesora Nacional de Música y egresada del Instituto Superior de Arte del Teatro Colón como Técnica en Preparación Musical de Ópera y actualmente, Pianista Acompañante en el Instituto Superior de Arte del mismo Teatro.

 

El corolario de este brillante trabajo realizado fue la dirección musical a cargo del Mtro. Facundo Sacco, un joven que brilla con luz propia en todos los sitios donde es requerido. Un artista apasionado por lo que hace, un intérprete de violín y piano, cantante y compositor.

 

Su dirección musical e interpretación, otorgó a “La Traviata” la altura y madurez que la obra requiere. El Ensamble de la Orquesta Jóvenes Talentos de Buenos Aires, de su propia fundación, fue la vitamina precisa para esta ocasión. Si bien su aspecto sobresaliente estuvo como ya se detallara; en la delicadeza del Preludio, también brilló en el inicio del Acto III. Durante toda la ópera, el Ensamble; sostuvo con fortaleza todas y cada una de las escenas, siendo esencial su soporte en el final de la ópera, donde el andante sostenuto requirió de una prolijidad extrema en momentos en que Violetta ofrece a Alfredo su retrato como recuerdo de su amor.

 

El compromiso del Mtro. Sacco con la música nos recuerda la pasión de la figura de Giuseppe Verdi, como un hombre decidido a trabajar por el arte.

 

Esta nota no podría darse por concluida, sin mencionar el trabajo comprometido, admirable y sobresaliente de la Asociación Cultural Pampa.

 

En diálogo con los artistas y en general, todos reflejaron su agradecimiento a la Asociación, por las atenciones recibidas, por la impecable organización y por el amor puesto de manifiesto en todas y cada una de las acciones realizadas.

 

Desde esta modesta pluma, queremos destacar el valor, el compromiso, el profesionalismo y la generosidad de todos y cada uno de los artistas y del staff en general, que hicieron posible una nueva Traviata.

 

Hacemos votos para que lleguen más producciones superadoras que transformen a La Pampa en un epicentro operístico acompañado por el buen trato, la cordialidad y la solidaridad de la ciudad de Santa Rosa y sus pobladores.

 

* Licenciado en Artes de la UNA, Buenos Aires. Músico, intérprete.

 

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