Lunes 22 de abril 2024

Para entender al Flaco

Redaccion Avances 19/02/2023 - 12.00.hs

A la obra y la figura de Luis Alberto Spinetta no le alcanza con un solo libro para ser pensada. Estos cinco títulos recuperan distintas dimensiones de su infinita vida.

 

Fernando Brovelli *

 

Nunca se llega a escribir todo de los mitos. Luis Alberto Spinetta trascendió la iconografía del hippismo de los setentas y la disrupción de las primeras décadas de nuestro rock para constituirse como una leyenda que pasó por nuestra tierra y dejó un legado imperecedero. Sus performances en los shows, sus intervenciones en la agenda pública, los más de treinta álbumes de estudio y ese aura de deidad excéntrica pero bien rioplatense que fue moldeando en sus entrevistas crearon una figura que parece inabordable.

 

Pero muchos autores hicieron el esfuerzo. Estudiaron su figura cuasi mítica, sus influencias, su contexto, sus bandas: todo proceso que permita acceder a un costado humano que él no vedaba, pero implica atravesar capas de abstracción. Escuchar a Spinetta después de leer esta selección de libros es como oírlo nuevamente por primera vez. Porque conociéndolo se abren las posibilidades para interpretar esa combustión de psicodelia y amor que lo motorizó hasta el día de su muerte en 2012.

 

1.

 

“Tigres en la lluvia” (Editorial Vademécum), de Martín Graziano. Una fórmula exacta entre exploración creativa y disciplina de ensayo. Una célula de rock progresivo formada desde el hermetismo y armada con la potencia poética y compositiva de Spinetta. Un ejemplo de que la cultura se mueve y, cuando aprieta el folklore nacional con los sonidos del futuro, alcanza su mejor síntesis. Un grupo que no sabía leer partituras pero que entendía de vivir la música y de sostener una impronta a pesar de los abucheos. Un ensamble preciso de artistas destinados a reunirse para combinar elementos acústicos con una electricidad envolvente. Todo eso puede ser Invisible. Todas esas puertas se abren en Tigres de la lluvia.

 

El rock siempre tuvo algo que decir e Invisible concentró esa obsesión artística para absorber la sensibilidad de una generación y convertirla en canciones donde la urbanidad surreal continúa dejando perplejos a los hijos de la democracia.

 

2.

 

“Spinetta: mito y mitología” (Editorial Gourmet Musical) de Mara Favoretto. A pesar de ser representante del rock del siglo XX, un género atravesado por patrones de masculinidad y rígidas normas de rudeza, Spinetta contó siempre con una imagen de luminosidad que lo separaba del resto de su generación. Parecía estar levitando, vivir desapegado del mundo, hablar en otro idioma. Mara Favoretto vio allí un desafío y lo afrontó. Construyó un riguroso marco teórico de la metafísica y de la constitución de mitos para enmarcar en la ciencia las aventuras espirituales que transitaba -y nos presentaba- el Flaco.

 

Uno de los sostenes de “Spinetta: Mito y mitología” es una definición del propio Spinetta: “La música es un lenguaje que está en el cosmos. (...) Ese hombre-música podrá apoderarse y utilizar ese lenguaje como si leyera una clave que para los demás parece indescifrable”. Aunque sobrevive en un plano inaccesible, la música es un sonido que los artistas pueden interpretar y reproducir, generando un efecto doble entre la conexión introspectiva del oyente y el reconocimiento colectivo de los fanáticos. Spinetta, que grabó 22 discos en sus primeros 20 años de carrera, es uno de los ejemplos argentinos de mayor sensibilidad y perseverancia, uno de los dones de los héroes. Y, como dice la autora, “el héroe que el público elige es siempre sensible a las necesidades de su época”.

 

3.

 

“Luis Alberto Spinetta: El lector kamikaze” (Editorial Sudestada) de Juan Bautista Duizeide.

 

El Flaco es un hipertexto permanente. Performaba, tocaba, dibujaba, cantaba. Hablaba como si estuviera recitando poesías que improvisaba en el momento. Vivía el arte y allí al fin podía ser él. Era el único capaz de escoger el nombre de un poeta francés para un disco de rock nacional. Juan Bautista Duizeide creyó necesario construir un panóptico de las referencias -con especial foco en el aspecto político e ideológico- que hicieron posible que exista un compositor como Spinetta. El resultado son 128 páginas que revelan cómo la búsqueda artística le permitió liberarse de todas las estructuras posibles para luchar por su eterno objetivo de jamás encajar en lo ya conocido.

 

4.

 

“Spinetta: Crónicas e iluminaciones” (Editorial Planeta), de Eduardo Berti y Luis Alberto Spinetta.

 

Spinetta íntimo y transgresor, analítico y místico, autocrítico y divertido. Todas sus dimensiones se traslucen en sus canciones, pero más aún en las intervenciones que tuvo junto a su público en los shows o en las extensas entrevistas que ofreció a lo largo de su carrera. La cima de ese testimonio del Flaco visto, leído y oído lo consiguió Eduardo Berti en sus conversaciones tituladas “Spinetta: Crónica e iluminaciones”, un libro imprescindible para seguir en primera persona la cronología de una carrera artísticamente prolífica.

 

Publicado inicialmente en 1988 y reeditado con ampliaciones hasta 1993, se convirtió en un libro de culto inhallable hasta una edición final y ampliada -con una actualización post mortem e imágenes inéditas- en 2014. Allí es donde finalmente termina de ingresar la firma de Luis Alberto como autor, en un gesto de honestidad del periodista que entiende que las intervenciones del artista fueron tan significativas como la investigación y redacción de todo el proceso del libro.

 

5.

 

“Guitarra negra” (Editorial La Marca Editora), de Luis Alberto Spinetta.

 

“Propongo que se olvide cada palabra a medida que ella se lea”, escribe Luis Alberto en el comienzo de su único poemario publicado. Ese manifiesto permite sintetizar buena parte de sus anhelos creativos: la experiencia estética es performática, sucede a medida que se contempla la obra y altera al instante, sin preaviso, sin vuelta atrás.

 

La constelación artística que comprende la obra de Spinetta tiene en “Guitarra negra” una muestra de alto grado de pureza del espíritu con el que componía las letras de su música. Prescindiendo de los instrumentos, estas páginas explicitan la dedicación del artista para experimentar con la sonoridad de las palabras y con sus alcances en la recreación de los estados de ánimo y la supervivencia de los recuerdos. Pero, principalmente, el Flaco provocaba con el desarreglo de los sentidos, para desarmar todas las estructuras que se creen implícitas en las letras.

 

* Indie Hoy

 

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