Miércoles 11 de junio 2025

Coti, autor de "Color Esperanza"

Redacción 29/12/2009 - 01.23.hs

El músico habla de las emociones. La última, muy fuerte, la vivió hace unos días en Concordia cuando terminó cantando bajo la lluvia, después que el público lo esperara una hora y media. "De verdad, esa energía que se recibe de la gente, no se cambia por nada", asegura.
"En la música no hay ningún Adán", dice Coti para explicar que nadie inventa nada o que, en todo caso, algunos inventan algo. "Lo que hay en la música popular es una cadena de eslabones", agrega. Y repasa la larga lista de músicos que influyeron en él: Fito Páez, Charly García, el Flaco Spinetta, Andrés Calamaro, Los Beatles, John Lennon, León Gieco, Paul McCartney, Bob Dylan, Electro Light Orchestra...
Coti ("me lo pusieron de chico") es Roberto Fidel Ernesto Sorokin, un rosarino de 37 años que caminó al revés. Lanzó su primer disco, en 2002, en España, y recién después empezó a ser reconocido en el país. Primero como letrista de terceros; hoy con un nombre instalado en el mercado iberoamericano.
Sentado en una escalera afuera del casino -porque adentro está prohibido fumar y no hay excepciones-, Coti charló de todo un poco, y un poco a las apuradas porque la prueba se sonido había terminado más tarde de lo previsto. Lo hizo unas horas antes de ofrecer un show que terminó a todo trapo, con el público de pie y bailando, incluso los señores y las señoras del restorán.
Durante casi dos horas repasó sus temas más conocidos, ofreció otros del último álbum ("Malditas canciones") y enrojizó las palmas cuando -solito con la guitarra- entregó una versión lenta y delicada de "Canción de adiós", e inmediatamente tocó "Color esperanza", una canción propia que Diego Torres popularizó en el mundo.

 

Desde la emoción.
Sorokin, antes de largarse como solista, fue productor y letrista de músicos de primer nivel. Compartió grabaciones con Calamaro, escribió para Alejandro Lerner, actuó como único telonero de Shakira en España y tocó para 110.000 personas en el estadio Azteca. Sin embargo, cuando se le pregunta qué hecho en su carrera lo golpeó más emocionalmente, eligió el concierto que dio hace unos días en Concordia a beneficio de los inundados. "El recital empezó, y a los pocos minutos debió suspenderse por la lluvia, pero la gente se quedó esperando una hora y media; así que terminé tocando bajo el agua. Fue una demostración de esa relación emotiva que existe con el público".
- ¿Lo sentiste más porque de chico viviste allí?
- No, simplemente porque sé lo que es una casa inundada. Había que dar una mano en un momento jodido.
Coti asegura que esa empatía es real y que no se pierde con el paso del tiempo. "Las reacciones de la gente siempre son distintas, y hay mucho aprecio. Uno, cuando viaja, observa más esas diferencias. Me pasó este año en España, porque durante la gira tocamos desde en lugares muy chiquitos hasta en una plaza con 50.000 personas en Zaragoza. O lo que viví en La Trastienda, en Buenos Aires. La verdad, esa energía que se recibe del público no se cambia por nada".
En ese contexto, contó una anécdota muy particular. "Un día, en Bogotá, una chica me paró en la calle para decirme que una de mis canciones era su canción, "Olvídala". Yo la había grabado en el primer disco y, sinceramente, para mí era un tema que no tenía registrado. ¿Cómo no te van a conmover esas cosas?"

 

Letra y música.
Al hablar de canciones, este rosarino que es padre de dos parejas de mellizos, afirma que música y letra es un todo. "La palabra cantada es una unidad. No puede dividirse la letra por un lado, y la música por el otro; hay que encontrar un equilibrio. Es cierto que soy muy meticuloso. Quiero estar en todos los detalles, incluso en los arreglos. De hecho en el último disco toqué casi todos los instrumentos".
- Con esa meticulosidad, ¿cuánto te lleva escribir definitivamente un tema?
- Depende. A veces ocurre que te sale en 15 minutos; y otra veces lo tenés ahí, se te traba y tenés que esperar para ir dándole forma. El proceso creativo es disímil y engorroso.
- Cuándo cantás un tema que escribiste hace 10 o 15 años, ¿te seguí emocionando o el músico ya está "profesionalizado"?
- Me sigue emocionando porque son palabras que escribí yo y que siento que van envejeciendo muy bien. Incluso a algunas canciones es como que le voy encontrando yo, y la gente, otro sentido.
- ¿Tenés un tema preferido?
- Depende de los discos, pero me gusta mucho "Tanta magia'"(la letra dice "siempre que respiro, siempre es por tu amor") que está en el último disco, a pesar de que no fue el corte de difusión ni lo pasan en las radios.

 

Pros y contras.
En algún momento de la charla tenía que pasar. Era tan obvio como predecible.
- Haber escrito para otros, tener un timbre de voz que llevó a confundirte con Calamaro, ¿fueron cuestiones que ayudaron o perjudicaron tu carrera, que la detuvieron o la aceleraron?
- Esas cosas siempre te dan por un lado, y te quitan por el otro; aunque la verdad es que no me interesan mucho. Cada uno genera su propio estilo, con la voz, con el lápiz, con los discos, y yo no soy un tipo de hacer muchos balances. Voy para adelante.
Posó para el fotógrafo, con y sin anteojos ("no estoy producido", bromeó), firmó un par de autógrafos a dos adolescentes y se subió a la combi para ir a una parrilla junto a sus ayudantes y sus músicos, entre ellos su hermano Matías.
Este músico que pasa mitad de tiempo en España y mitad en Argentina, que es de River y de Atlético de Madrid y que compone desde los 11 años, hace rato que tiene nombre propio. A tal punto que ni siquiera necesita apellido.

 

Un hit y el Che Guevara
Coti suele hablar de otras cosas. En algún momento pensó en iniciarles un juicio a los opositores al venezolano Hugo Chávez porque usaban "Color esperanza" en sus marchas. Esa canción, aceptó hace un tiempo, se le fue de las manos. Cuando le preguntaron si el estribillo lo compuso leyendo un libro de autoayuda ("saber que se puede, querer que se pueda/quitarse los miedos, sacarlos afuera"), contestó: "A mí el tema me suena más al Che Guevara. No existe ni existió un soñador como él".

 


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