Jorge Parodi: de La Pampa al mundo con la música lírica
Jorge Parodi llegó a Santa Rosa a los 3 años, cuando se mudó con sus padres y dos hermanos desde Carlos Tejedor, al oeste de la provincia de Buenos Aires. Actualmente es un reconocido pianista, músico y director de ópera; hace 20 años que vive en Estados Unidos y desde su ciudad actual, Nueva York, habló con LA ARENA.
Jorge y su familia vivían en la esquina de Triunvirato y Martin Luther King; cursó la primaria en la Escuela 1, el secundario en la Escuela Normal y el terciario en el Instituto Provincial de Bellas Artes donde se recibió como Maestro Provincial de Música a los 18 años (estudió mientras hacía el secundario). “Estudié piano en el conservatorio privado Beethoven que dirigía la señora de Antoci. Allí fueron mis profesoras de piano la señora de Antoci y mi hermana, que se había recibido antes”, contó el músico. “Terminé el conservatorio a los 15 años y el director de Bellas Artes estaba en el jurado que me tomó el examen final. Yo estaba buscando como profundizar mis estudios musicales en Santa Rosa después de haber terminado el conservatorio, y el director de Bellas Artes me invitó a hacer el terciario al mismo tiempo que terminaba el secundario”, explicó el músico.
Encuentro afortunado.
Cuando Jorge terminó la secundaria en la Escuela Normal se fue a estudiar a Buenos Aires, donde hizo el profesorado de piano con Aldo Antognazzi y el curso de Dirección Orquestal con Mario Benzecry en el Conservatorio Nacional de Música Carlos López Buchardo. A la vez realizó la licenciatura en Comunicación Social en la Universidad del Salvador. “Cuando tenía 21 años en un viaje a Santa Rosa me presentaron a Gladys Martino. Nos hicimos amigos inmediatamente por nuestro amor a la música clásica. Ella fue la primera cantante lírica con la que trabajé. Decidimos hacer un curso de verano en el Camping Musical Bariloche, y fuimos becados por la fundación Antorchas para trabajar en el Lied alemán con el Maestro Guillermo Opitz”. Dicho músico le abrió las puertas para dar cursos de canciones de cámara en Buenos Aires, y allí conoció muchísimos cantantes. “Empecé a acompañar en el Instituto Superior de Arte del Teatro Colón y en esos años tuve un encuentro afortunadísimo que cambió mi vida. Fui a escuchar un recital de una de mis cantantes favoritas, Frederica von Stade, en el Colón. Me gustó muchísimo su pianista y fui a saludarlo después del recital y le pedí si me quería dar una clase. Conseguí una de las salas de estudios en el Colón y el pianista –Martin Katz– me dio una clase. Trabajamos en un ciclo de canciones de Debussy y al final de la clase me preguntó si yo estaría interesado en ir a estudiar a los Estados Unidos con él”, contó Parodi.
En ese momento Jorge estaba muy interesado en la propuesta pero su realidad económica no le permitía estudiar en el extranjero. “El maestro Katz mandó a pedir que enviaran los papeles para la inscripción e hicimos el examen de admisión en esos días. Tuve la suerte que me concedieran beca completa y además un pequeño estipendio mensual. El Mozarteum Argentino me pagó el pasaje y me fui a hacer mi Masters en Música de Cámara y Acompañamiento con Katz”, recordó contento el músico.
A Nueva York.
Al finalizar los Masters, el pampeano decidió quedarse unos años más trabajando en su campo de estudios, así que se mudó a la ciudad de Nueva York. “Hice una audición para trabajar en la Escuela Juilliard y empecé a trabajar allí como pianista acompañante”, contó. Dicha escuela es una de las más reconocidas en estudios de música, danza y drama y tiene un número de admisión muy bajo ya que es muy exigente. “También empecé a dar unas clases en New York University. Las dos instituciones gestionaron mi visa de trabajo y eventualmente me hice residente. Después de dos años en la Juilliard me invitaron a ser maestro preparador en la división pre-universitaria, un programa muy selectivo para artistas de menos de 18 años. Esta posición todavía la tengo”, expresó. También dirigió una opera en la Manhattan School of Music, y en ese momento crearon el Senior Opera Theater al que lo invitaron a ser su Director Musical. “Manhattan School of Music es una de la escuelas de música más importantes en los Estados Unidos, especialmente su departamento de ópera. El Senior Opera Theater está reservado para los cantantes que están en el último año de la universidad, y hace producciones completas con orquesta”, detalló. Además, Jorge es Director Musical de la Opera in Williamsburg (Virginia) con la que hace dos producciones al año. “Yo divido mi actividad en estas instituciones con contratos para dirigir freelance, y trabajo en varios festivales y talleres de ópera en el verano”.
– ¿Qué te sentís cuando dirigís una obra lírica?
– Varias cosas me atrajeron de la música vocal: la poesía, la libertar formal de la música y la maravilla y la belleza de la voz humana. Además, dirigir la ópera es una gran pasión, específicamente me atrae el aspecto dramático, las emociones que surgen de situaciones en las que los personajes están involucrados. Pero lo que más me atrae de dirigir ópera es la posibilidad de contar historias y los sentimientos que se pueden transmitir a los miembros de la audiencia a través de la música y el texto, a través del canto y de la instrumentación.
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