Jueves 16 de octubre 2025

Siguen la fiesta en La Plata

Redacción 17/07/2009 - 01.27.hs

Una gran cantidad de hinchas "pincharratas" recibieron en Ezeiza al nuevo campeón de América. El capitán de Estudiantes, Juan Sebastián Verón, fue el encargado de sostener la Copa Libertadores en la llegada a Buenos Aires.
El campeón de América, Estudiantes de La Plata, regresó ayer por la tarde al país, con la Copa Libertadores en las manos de su capitán y emblema, Juan Sebastián Verón, en medio de una locura generalizada de los hinchas "pincharratas".
Una multitud esperó a los jugadores de Estudiantes en el aeropuerto internacional de Ezeiza y muchos más en la ciudad de La Plata, donde la plaza Moreno fue el punto de concentración de los simpatizantes platenses.
Pero la fiesta no comenzó cuando los jugadores llegaron a Buenos Aires, sino que fue una continuación de lo que sucedió después de la victoria ante Cruzeiro, en el estadio Mineirao.
Fueron pocos los integrantes del plantel que conduce Alejandro Sabella que durmieron y los que lo hicieron fue por muy pocas horas.
A la mañana en el bar del hotel donde desayunaron parecía la confitería de la vieja cancha de Estudiantes, con todos cantando y festejando, mientras que fuera del hotel los hinchas de Atlético Mineiro no se movieron hasta poder saludar de cerca de Verón, a quien tomaron como héroe propio por ser el artífice de la derrota de su máximo rival.
Posteriormente, a las 10.45, el plantel de Estudiantes abandonó el hotel y se fue directamente a tomar un vuelo charter.
En el viaje todo fue cantos y festejos, con Gastón Fernández, Matías Sánchez y la "brujita" Verón como abanderados del "descontrol".
Una vez llegados a Ezeiza, una hora después de lo previsto, una multitud esperó a los nuevos campeones de América. En un micro descapotable, escoltados por policías, los jugadores partieron a La Plata.
La autopista Buenos Aires-La Plata para los desprevenidos fue un verdadero infierno, porque los coches por la caravana del campeón iban a paso de hombre.

 

Más felicidad.
"Tengo una alegría muy grande por haber salido campeón de América, la verdad es que no lo puedo creer. Estuve jugando en la revancha ante Cruzeiro unos minutos pero disfruté muchísimo con mis compañeros en el vestuario. Al salir de Brasil nos imaginábamos un recibimiento así, pero esto supera nuestras expectativas", dijo Matías Sánchez.
Cientos de hinchas recibieron a los campeones, luciendo orgullosamente los colores rojo y blanco, representados en banderas, gorros y camisetas. Pero el más eufórico, el más buscando por la gente fue Verón. "Esto no tiene precio, es el fruto del trabajo, de la
constancia; es la demostración de que cuando se quiere, se puede. Si hay algo que caracteriza a Estudiantes es la humildad", aseguró Verón.
"Lo que estamos viviendo es algo inolvidable, que quedará grabado por siempre en todos. Entramos en la historia y eso no nos lo puede quitar nadie", comentó Calderón.
La fiesta de Estudiantes comenzó en Brasil y seguramente seguirá en La Plata. El equipo de Sabella hizo historia y eso nadie lo podrá cambiar. (Télam)

 


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