Raúl Alomo, el Chilavert de La Pampa
Los nombres de Eduardo "Pibona" Alterio (Chacarita) en los albores del profesionalismo y de Alberto Parsechián (Independiente de Trelew) en la década del '70 son algunos de los que surgen en cada charla cuando se recuerda a aquellos primeros arqueros del fútbol argentino que se atrevieron a patear un penal, rompiendo de esa manera con la monotonía y las costumbres de uno de los deportes más estructurados y conservadores del planeta.
Hubo algunos más, pero siempre como hechos aislados o "locuras" de un jugador (o un entrenador, porque lo permitía) que quería trascender más allá de lo que lograba por sus cualidades entre los tres palos.
Hasta que en la década del '90 apareció José Luis Chilavert, quien a fuerza de personalidad y un remate envidiable para cualquier jugador de campo se hizo un lugar como arquero goleador, y le abrió la puerta a otros colegas que con el paso de los años lo fueron imitando.
Desde aquel primer gol de penal del paraguayo en el fútbol argentino (8 de junio de 1993 en un empate 1-1 de Vélez ante Estudiantes de La Plata), los arqueros pateadores de penales se multiplicaron en nuestro país en todas las categorías, destacándose Sebastián Saja y Cristian Lucchetti, entre otros, por la cantidad de goles convertidos.
En el ascenso también se fue haciendo una "moda", y en ese ámbito apareció un joven zurdo que le pegaba muy fuerte y que se animó a romper el hielo. Corría el año 2005 y Raúl Alomo, arquero de Argentino de Quilmes, atravesó toda la cancha y desde la marca de los doce pasos anotó el primer gol de su equipo en el duelo ante Barracas Central, por la Primera "C", que luego terminaría 2-0.
"Fue una ocasión especial porque mi viejo no estaba pasando por un buen momento. Le pedí el penal a mis compañeros y me lo dejaron patear", cuenta hoy el Negro Alomo, quien a sus 34 años es uno de los más destacados arqueros de La Pampa y referente a la hora de transformar penales en goles.
A primera vista.
Alomo nació en José Marmol, Buenos Aires, y desde chico se hizo hincha de Temperley, el club del barrio que siempre lleva en su corazón. En el Celeste hizo parte de las inferiores para luego pasar por las formativas de Lanús, Banfield y Racing de Avellaneda.
El fútbol lo llevó a Argentino de Quilmes con edad de quinta y tres meses después debutó en la Primera División del club, que estaba en la Primera "C". Allí estuvo hasta 2006 y surgió la posibilidad de llegar a La Pampa para jugar en Belgrano de Santa Rosa.
"Se dio a través de un amigo, Eduardo Scalengue, que estaba jugando en Independiente de Arauz, y (Héctor) Malán me hizo el contacto para venir a Belgrano. Pero después, por una cuestión de papeles y habilitación, solo pude jugar un partido y me volví a ir", recuerda hoy Alomo.
En su regreso al ascenso metropolitano pasó por Fénix (Primera "C") y Brown de Adrogué (Primera "B"), y luego estuvo seis meses en Puente Seco de Corrientes (Argentino "C"), donde marcó el segundo penal de su carrera.
Pero con Belgrano había habido amor a primera vista y, cuando tuvo la oportunidad, regresó a Santa Rosa no solo para jugar al fútbol, sino también para adoptarla como su ciudad en el mundo y para formar una familia que hoy conforma junto a su esposa Susana y sus hijos Benicio (6) y Rosario (2).
Nueve temporadas.
Desde aquel 2008 hasta hoy, el Negro se fue transformando en uno de los arqueros más respetados de la provincia, tanto por sus cualidades como por su profesionalismo. Y con el plus especial de ser un especialista en patear penales.
"Desde chiquito comencé a patear. En Buenos Aires se juega mucho baby fútbol y como yo era grandote y tenía fuerza, en todos los equipos pateaba los penales y los tiros libres. Después fui mejorando la técnica", explica el arquero, que lleva nueve temporadas consecutivas en La Pampa marcando al menos un gol.
Su primer grito fue en la final del Provincial 2008, en la definición que Belgrano perdió 3-1 (el suyo fue el único gol del Tricolor) ante Ferro de Intendente Alvear.
Su próximo destino fue Alvear FBC, club el que estuvo tres temporadas y media y en el que marcó un total de 18 goles, aportando para la conquista de cuatro títulos de la Liga Pampeana, para dos coronas del Provincial y para una campaña de final en un Argentino "C".
Luego llegaron Racing Club de Eduardo Castex (2 goles), Gimnasia y Esgrima de Darregueira (6) y Agrario Argentino de Parera (5), para completar 32 anotaciones en sus nueve años en la provincia (34 en total con los dos que había hecho anteriormente). En el único equipo pampeano en el que no pudo marcar un gol fue en Deportivo Anguilense, antes de ir a Agrario.
"En todos los equipos hay buenos pateadores, y por eso hay que esperar la oportunidad y no fallar", comenta el Negro, que aprovecha las horas que tiene libre entre sus dos trabajos para no perder la forma y seguir creciendo como arquero. "También probé con algunos tiros libres, pero por ahora no se me dio", agrega.
- Para cualquier jugador, hacerse cargo de un penal significa atravesar por un momento extra de presión. ¿Para un arquero es aún más difícil?
- Y, sí. La responsabilidad es muy grande, porque si no lo metés empiezan los cuestionamientos hacia uno mismo y hacia el técnico porque dejó patear al arquero teniendo jugadores de buen pie. Y para los rivales también es especial, porque están esperando que lo falles para volverte loco.
- ¿Y cuando lo convertís la sensación es comparable a alguna otra faceta de la tarea de un arquero?
- Se puede comparar con lo que se siente cuando tenés un buen partido y no te pueden hacer un gol. La alegría es más o menos la misma, cuando los atajás y cuando los hacés.
De Chilavert, la pegada.
Raúl Alomo es un arquero grandote, morocho, zurdo y que patea penales y tiro libres. Cualquiera que lo ve en acción piensa inmediatamente en José Luis Chilavert, aunque para él los ejemplos fueron otros. "Siempre me gustaron (Gianluigi) Buffón, (Iker) Casillas, (Olilver) Kahn o (Peter) Schmeichel a nivel internacional, y (Fernando) Navarro Montoya en Argentina", asegura. "Y de Chilavert más que nada la pegada, al igual que la de Rogerio Ceni. Dos grandes pateando penales y tiros libres", agrega.
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