"El Japo" Coronel persigue su sueño
La historia de Esteban Daniel Coronel es una de las tantas que uno puede encontrar en el mundo del boxeo. La de un chico humilde que, con esfuerzo y dedicación, encuentra en el deporte de los puños un camino para hacer realidad sus sueños.
La mayoría queda varado en esa sinuosa vía hacia el éxito y solo unos pocos logran llegar a destino. Pero muchos utilizan esa senda para canalizar su vocación y formarse para la vida, y ese será por siempre su campeonato ganado, más allá de cualquier título esporádico que pueda iluminarlo en algún momento de la carrera.
"El Japo" Coronel viene transitando ese camino del boxeo desde los 10 años, y este sábado (a los 24) tendrá la primera oportunidad de mostrarse en el ámbito internacional, cuando se enfrente con el local Josec "El Escorpión" Ruiz en Tegucigalpa, Honduras.
La pelea, enmarcada en la categoría pluma, será parte de la velada denominada "El cuartel de los campeones" y tendrá lugar en el Hotel Clarion, donde Ruiz (15-2-3), de 23 años, partirá como amplio favorito ante el pampeano Coronel (4-3-2), quien intentará dar la sorpresa de la noche con todo el público en contra.
"Estoy bien preparado y con confianza. Tenemos un plan de pelea y creemos que se le puede ganar", dijo ayer Coronel en una conferencia de prensa realizada en el Club Argentino de Santa Rosa, junto a otros boxeadores que al igual que él entrenan diariamente en el gimnasio.
Laburante.
"El Japo" viajará hoy a Buenos Aires y mañana volará hacia la capital hondureña en busca de "su" pelea, aprovechando la semana de vacaciones que consiguió en su trabajo diario en Santa Rosa. "Laburo en el EMHSU (Ente Municipal de Higiene y Salubridad Urbana) y conseguí esta semanita para poder ir a pelear", le dice a LA CHUECA el joven púgil, que tiene como entrenador a Juan Campo y que viajará a Tegucigalpa junto a Gustavo Campanino, quien ofició de nexo para que el combate se concrete.
"Siempre soñé con ir a pelear afuera, y con mucho esfuerzo lo conseguí", comenta con timidez Coronel, que hace unos años "corría detrás del camión (de residuos)" como trabajador del EMHSU, pero que por un problema en la espalda terminó como barrendero.
"Trabajo en la calle desde las seis (6) de la mañana hasta la una (13) de la tarde; a las tres (15) salgo a correr y a las seis (18) vengo al gimnasio hasta las nueve (21). Y después a descansar para arrancar otra vez al otro día", relató "El Japo", boxeador por "mandato" familiar (papá y hermano pugilistas) y que a los 10 años comenzó a tirar sus primeras manos.
Hoy, 14 años después de aquellos inicios, el joven de Villa Germinal está a punto de cumplir uno de los tantos sueños por los que trabajó incansablemente, y que hará realidad más allá de un triunfo o una derrota en Honduras.
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