Jugar sobre las huellas del horror
(Punta Arenas/ Especial)
"Sufríamos torturas de día y de noche; fue horrible... Cortábamos el pasto de la cancha hasta con las uñas... Los aporreos en la cancha ni te digo, eran todos los días...", supo recordar Carlos Speake Vidal, ex prisionero político de la dictadura, al hablar sobre sus días en el Estadio Fiscal Ríspoli Díaz de Punta Arena.
El complejo deportivo, ubicado en un barrio residencial al norte de la ciudad, comenzó a construirse en 1969 y se inauguró en 1976. Las obras, sin embargo, se pausaron formalmente durante poco más de un año, porque entre septiembre de 1973 y noviembre de 1974 el lugar fue utilizado como centro de detención y torturas por la cruenta dictadura militar encabezada por el represor Augusto Pinochet.
Fueron unas 200 personas las que sufrieron vejámenes de diferente tenor en el Estadio Fiscal, sometiéndolas a brutales interrogatorios, golpizas, trabajos forzados o simulacros de fusilamiento, entre otras atrocidades como hacerlas correr sin ropa alrededor de la cancha u obligarlas a tenderse desnudas en el piso de los camarines para que el resto se limpiara los pies sobre sus espaldas.
Los prisioneros políticos, en muchos casos menores de edad, eran hacinados en los camarines Eco y Whisky, llamados así por sus ubicaciones con respecto a los puntos cardinales (Este y Oeste), y torturados diariamente por los militares a cargo del complejo.
Hoy, Eco y Whisky permanecen de pie. Se trata de una construcción tipo "barracas", a pocos metros de la cancha y de la tribuna principal del estadio. Al lado hay un monolito, construido con piedras por presos políticos y que fue testigo de aquellos días oscuros.
Desde el año pasado, el Estadio Fiscal fue declarado como Monumento Nacional, en categoría de Monumento Histórico y como Sitio de Memoria.
Allí comenzó ayer la competencia de fútbol de los Juegos de la Araucanía. Allí debutó ayer el equipo pampeano femenino. Allí, donde hace 50 años dominó el horror, hoy reina el deporte y cientos de jóvenes de la Patagonia argentina y chilena le dan vida. Pero nadie olvida. "El Estadio Fiscal es un lugar de educación para la paz, fortaleciendo la democracia y las garantías de no repetición", aseguran.
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