Sabado 27 de abril 2024

"No quiero ser funcional a un sistema que no me representa"

Redacción 05/03/2024 - 01.13.hs

El árbitro Juan Manuel Figueroa, de 30 años, anunció su retiro de la actividad. Aún joven, en un buen momento profesional, recibido en 2023 de Arbitro Nacional y con gran proyección, el piquense radicado en Santa Rosa sorprendió con su decisión de alejarse, y justificó su postura con críticas a la Liga Cultural: "No quiero ser funcional a un sistema que no me representa".

 

Veterinario de profesión, Figueroa defendió al arbitraje en general, pero aseguró que se retira por la falta de apoyo desde la dirigencia, por la imposibilidad de crecer, por el emparejamiento sin tener en cuenta los méritos y el esfuerzo de cada uno, y por algunas situaciones feas que le tocó vivir en la última temporada.

 

"La decisión la tomé por varios motivos. Hace 13 años decidí incursionar en el arbitraje, lo tomé con profesionalismo y me llevó a cumplir todos mis sueños, pero a la vez te vas desgastando y dando cuenta que por el sistema y por como está todo, uno entrega más de lo que recibe", reflexionó Figueroa en una charla con LA ARENA.

 

"Los sinsabores son muchísimos y las cosas lindas son las más escasas, y si bien tienen un peso importante, te das cuenta que te vas desgastando, que perdés cumpleaños, días del padre, el asado del domingo con la familia..., y uno se pone a pensar a qué costo y a preguntarse por qué uno decide hacer lo que hace", señaló. "En mi caso lo hice por el fanatismo que me llevó a elegir la profesión, pero sentía que no era recíproco ese esfuerzo, que no se valoraba. En lo deportivo logré lo que me propuse, pero no hay un apoyo, un soporte hacia el árbitro, y por como lo vivo personalmente me terminaba haciendo mucho daño. Entonces venía muy cargado a mi casa y arrastraba cosas al trabajo...", agregó.

 

En ese contexto, Figueroa dijo que la decisión del retiro también tuvo que ver con lo que sucedió en octubre del año pasado, cuando fue denunciado por el Club Deportivo Uriburu ante el Inadi, acusándolo de actitudes discriminatorias luego de un cruce de palabras con un asistente. Tras la denuncia, que quedó en la nada luego de que él se presentara voluntariamente a exponer y aclarar lo sucedido, el árbitro sufrió amenazas de distinto tono que lo llevaron a empezar a pensar en el retiro.

 

"Esa situación fue el detonante. En el momento no quise tomar la decisión en caliente, pero sí fue el detonante, porque soy papá, tengo una vida, un trabajo, y la verdad es que me afectó mucho", confió. "Sentía que se habían cruzado ciertos límites. Porque una cosa es yo árbitro, y otra cosa es cuando se meten con mi hijo, cuando me señalan 'a aquella escuela va el nene', cuando me empiezan a amenazar desde todos lados... Hubo cosas que se tergiversaron y se exageraron al punto de decir listo, ya está", reveló.

 

Dolido con la Liga.

 

Otro de los motivos que precipitó la decisión de Figueroa de decir basta tuvo que ver con que, según contó, desde la Liga Cultural manifestaron que en esta etapa se buscaba cantidad de árbitros, por encima de la calidad.

 

"Cuando desde la Liga te exponen 'no queremos calidad, queremos cantidad', te duele. Porque yo me levanto todos los días a las 6 de la mañana, voy al gimnasio, a las 8 estoy en mi trabajo, hago 9 horas de comercio, salgo y me voy a correr a la noche. Y los jueves tengo capacitación. Entonces decís 'yo sí soy profesional, apunto a mejorar y a llegar'. Pero si no hay apoyo desde la Liga, no llegás nunca", se lamentó.

 

Y en ese contexto, expuso un par de situaciones como ejemplos. "El año pasado me recibí de Arbitro Nacional con Emanuel Leguizamón (otro de los grandes proyectos actuales), y la Liga se entera porque les avisa Cristian Rubiano, nuestro presidente (de la Agrupación). Cuando somos prestadores de servicios para la Liga, que debería estar apoyando nuestro crecimiento", se quejó Figueroa, que en 2023 estuvo en 40 partidos de Primera División.

 

"En la Liga, el único que tenía mucho diálogo conmigo y que se puso a disposición siempre, aunque ahora no está mucho por su función, fue Alfredo Iturri. El me gestionó para llegar a ser Arbitro Nacional, dirigí el Regional y él tuvo mucho que ver, porque todos sabemos que es necesario un apoyo para llegar", aclaró el árbitro, quien diferenció a algunos dirigentes de otros.

 

"Otra situación que me pasó -continuó- es que después de la denuncia que recibo en el Inadi, dirijo en Guardia del Monte, y recién después desde la Liga deciden pararme para no exponerme... ¿Cuál es el criterio? ¡No me resguardás en el partido inmediato después de la denuncia, y después me parás sin fundamentos!. No, acá hay otros intereses creados. Uno, cuando está adentro, empieza a ver cosas que no van... Y yo a mi dignidad no la negocio, no la vendo, quiero seguir mirando a mi hijo a los ojos".

 

- ¿Pensás que puede cambiar la situación en el futuro?

 

- Es difícil porque el desinterés que hay con respecto a la profesión es tremendo. Y si nosotros no nos cuidamos o nos seguimos peleando entre los árbitros, el futuro es cortito. Ojalá esto sirva para que la gente que está ahí (en la Liga) abra la cabeza y vea que el fútbol no solo depende de que los clubes estén bien y tengan buenos jugadores. El arbitraje es uno de los pilares del deporte; sin árbitros no hay deporte, y entonces creo que cooperativamente tendrían que trabajar para apoyar a los clubes, a los jugadores y también a los árbitros. Y capacitarlos y exigirles como corresponde. Porque yo, que vengo hace dos meses de pretemporada, entro en el mismo bombo y estoy en la misma condición que el que superó la prueba física faltándole tres vueltas y con lo justo. Así no tiene sentido, porque a mí me llevó tiempo y horas perdidas con mi familia...

 

Funcional, no.

 

Por otra parte, Figueroa insistió con su cuestionamiento al sistema y dijo que no se siente representado, aunque defendió al arbitraje en general, como salida laboral y como profesión. "Al arbitraje lo defenderé siempre porque gracias a él estudié y soy veterinario, me pagó todo el arbitraje y me abrió un montón de puertas; pero todo tiene un límite", lanzó el árbitro.

 

Y en el mismo sentido, agregó: "Nosotros somos un montón de hermanos, mi papá no hizo nunca presencia en nuestras vidas y mi mamá la luchó todo lo que pudo. Y yo siempre digo que me pude comprar mis primeras zapatillas gracias al fútbol. Me pude comprar todos los libros para estudiar, me recibí en 5 años y 9 meses; le metí mucho esfuerzo y soy un agradecido al arbitraje. Pero a la vez sentí que no tenía nada más para darle porque hoy para el sistema, cuando pensás distinto y lo exponés, te plantás y lo decís, sos una piedra en el zapato. Entonces, no. No quiero ser funcional a un sistema que no me representa".

 

- ¿Creés que hoy el arbitraje se toma solo como un trabajo?

 

- Todos entramos por una salida laboral, porque te ayuda, pero después lo tenés que empezar a sentir. Porque al pesito del domingo no lo ganás el domingo, lo ganás el lunes cuando saliste a entrenar y así toda la semana, cuando te vas capacitar. Y el domingo te lo terminás de ganar cuando entregás la planilla del partido. Si vos lo ves de esa manera, como un trabajo que te lleva al menos una hora por día, ahí realmente lo estás sintiendo con pasión.

 

- ¿No pensás en que podrías arrepentirte de la decisión, o extrañar el arbitraje?

 

- Seguramente en algún momento me arrepienta o lo extrañe. Y la verdad es que si hubiera sentido un poco de apoyo o acompañamiento, y un panorama un poco más claro, no habría tomado la decisión. Hoy tengo ofertas de Pico, de Trenque Lauquen y de Tres Lomas, pero la realidad es que no veo la mínima posibilidad de volver al arbitraje. A la cancha no voy a ir porque dejo una herida abierta, sangrando, y me va a movilizar un montón de cosas. El arbitraje es parte de mi vida, no me considero ex árbitro; lo seré hasta que me muera. Pero no sé qué debería pasar hoy para replantearme la posibilidad de volver. Quizás si estuviera la posibilidad de dar un salto de categoría me lo plantearía nuevamente...

 

- ¿Y si cambia la organización o el sistema?

 

- Vengo de una realidad muy diferente a la de acá. La Liga Pampeana siempre fue distinta y valoró todo de otra manera. Vengo de una Liga Pampeana donde había una sola asociación de árbitros, con clases en la Liga y capacitaciones en los predios de los clubes. Y cuando llegué acá, cada uno cuidaba su quintita. En lo deportivo encontré una Liga hermosa, competitiva, grande, pero a mi forma de verlo, la dirigencia, y no quiero meter a todos en la misma bolsa, está fallando en algunos aspectos. Al principio me abracé tanto al anhelo que tenía de ser árbitro nacional, que le di para adelante. Y soy un agradecido a la Liga porque me dio los partidos que necesitaba y me puso en el lugar que quería estar, para lo yo también que hice todo lo posible. Pero siempre hubo una desorganización muy grande...

 

- ¿No debería hacerse una crítica por la cantidad de agrupaciones arbitrales que hay, que es algo que va más allá de la Liga?

 

- Sí, es algo más allá de la Liga, pero esto a la Liga también es lo que le sirve, porque si estamos todos separados, a la hora de valorizar un arancel, de definir ciertos lineamientos de hacia donde ir con respecto a arbitraje, de definir qué se va a buscar... hoy a la Liga le sirve que el río esté revuelto. Es una lástima, y por eso es necesario que las cabezas de los árbitros se sienten a hablar y digan que, a pesar de las diferentes agrupaciones, tenemos que tirar todos para el mismo lado.

 

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