La esperada fumata blanca emergió esta tarde de la chimenea de la Capilla Sixtina y desató la emoción colectiva en la Plaza San Pedro: hay nuevo papa. A las 18.42 (hora local), el humo blanco y el repicar de campanas confirmaron que los 133 cardenales electores reunidos en cónclave llegaron a un acuerdo para elegir al sucesor de Francisco.
El anuncio oficial se espera en cuestión de minutos, cuando el cardenal protodiácono Dominique Mamberti proclame desde el balcón: “Habemus Papam” y revele el nombre del nuevo sumo pontífice, así como el nombre con el que gobernará la Iglesia.
Más de 45.000 personas reunidas frente a la basílica estallaron en aplausos, vítores y lágrimas, en una escena transmitida en vivo al mundo entero. El humo blanco puso fin a dos días de deliberaciones y marcó el inicio de un nuevo capítulo para los 1.400 millones de católicos.
El nuevo líder espiritual enfrentará una Iglesia atravesada por desafíos históricos: los escándalos de abusos, la crisis de vocaciones, el rol de las mujeres, la resistencia interna al legado de Francisco y el contexto global signado por conflictos bélicos, populismos y emergencia climática.
De acuerdo con la tradición, el flamante pontífice ingresó inmediatamente a la Sala de las Lágrimas, donde se viste con su sotana blanca y se prepara para salir al balcón de la logia central. Allí brindará su primera bendición urbi et orbi, mientras el mundo aguarda conocer su rostro y sus primeras palabras como papa 267º de la Iglesia Católica.