Jueves 15 de mayo 2025

Sigue aumentando la informalidad: Seis de cada diez trabajadores son pobres

Redaccion Avances 24/12/2024 - 19.37.hs

Desde hace quince años, más de un tercio de empleados trabajan en la informalidad. Según un informe de la Facultad de Ciencias Económicas de la UBA, este año la cifra trepó al 36,7%. Y cada vez hay más personas que “tienen empleo, pero son pobres”.

 

La falta de registro y encuadre formal entre los trabajadores en relación de dependencia sigue subiendo y ya se acerca al 40 por ciento. Este año la tasa de informalidad llegó al 36,7%, con “una mayoría de jóvenes” como afectados, y con salarios más bajos que la media entre las principales consecuencias. El resultado es que “seis de cada diez asalariados son pobres”, según el último informe del Empleo Asalariado Informal y la Pobreza Laboral, elaborado por el área de Empleo, Distribución e Instituciones Laborales (Edil), perteneciente al Instituto Interdisciplinario de Economía Política (Iiep) de la Facultad de Ciencias Económicas.

 

El estudio, que registra datos trimestrales, formula comparaciones interanuales y está coordinado por Roxana Maurizio y Luis Beccaria, determinó que en el lapso apuntado “casi 4 de cada 10 trabajadores en relación de dependencia no estaban registrados en la seguridad social y, por ende, no estaban cubiertos por la legislación y las instituciones laborales”, incrementando la tasa de informalidad.

 

Además, aquella asociación entre informalidad y bajos salarios también se refleja en el fenómeno de “trabajador pobre”, es decir personas que tienen un empleo pero viven en situación de pobreza.

 

Quince años de caída

 

El informe, publicado el lunes 22 de diciembre, fue elaborado en octubre y corresponde al segundo trimestre de 2024. En la comparación interanual, “se observa un aumento de aproximadamente un (1) punto porcentual” y en la perspectiva “de más largo plazo (desde 2003) la informalidad se ubica a en un valor similar al observado en el segundo trimestre de 2008 y 2010”. Desde entonces y hasta “la irrupción de la pandemia a comienzos de 2020, la tasa de informalidad se mantuvo en valores entre 32% y 35,7%”, por lo cual el valor del tercer trimestre de 2024 resulta algo superior al registrado en ese período.

 

En la serie de estudios desarrollada hasta ahora, “más allá de las fluctuaciones (y excluyendo el período de pandemia) la tasa de informalidad se mantuvo relativamente constante y en un valor muy elevado, desde hace unos 15 años”.

 

Informalidad y pobreza

 

En el segundo trimestre de 2024 un 40% de los asalariados argentinos vivía en un hogar pobre, valor que alcanzaba al 63% entre los informales. Es decir que seis de cada diez empleados en condición de informalidad vive en hogares por debajo de la línea de pobreza. Entre los asalariados formales, la cifra se reduce sensiblemente: un 27% de empleados registrados integra grupos familiares que no alcanzan a cubrir la canasta básica familiar de bienes y servicios.

 

Al aplicar la comparación directa entre salario y canasta básica (“línea de pobreza individual”), el informe también muestra una gran diferencia entre ambos grupos de trabajadores: mientras el 59% de los asalariados informales percibe un sueldo inferior a a la canasta, apenas un 8% de asalariados formales se encuentra en la misma situación.

 

Según esta referencia, el salario mínimo promedio mensual del segundo trimestre en términos netos osciló en los 190 mil pesos, mientras que el valor de la canasta de pobreza promedio de un trabajador asalariado fue de 238 mil pesos. Este panorama era diferente, por ejemplo, en 2017, cuando esos valores eran 6.700 pesos para el salario mínimo neto y 3.575 para la canasta de pobreza promedio, lo cual muestra claramente la pérdida del poder adquisitivo del salario mínimo. “En definitiva, estas cifras muestran que tener un puesto de trabajo en Argentina no es un reaseguro para vivir fuera de la pobreza”, advierten las investigadoras.

 

Mujeres y jóvenes

 

Si bien la tasa total de informalidad se fija en 36,3%, en la discriminación por género resulta 34,2% entre los hombres y 38,9% entre las mujeres. En promedio, la tasa de informalidad a mediados de 2024 fue unos cinco puntos más elevada entre las mujeres. De todos modos, esa brecha podría resultar mayor si consideramos que en el total de personas asalariadas hay un 54% de hombres, pero en el total de informalidad el género masculino explica el 51%.

 

Finalmente, el informe registra una desproporción aún más acentuada al comparar condiciones laborales y salariales según los grupos etarios. “Los jóvenes experimentan una tasa de informalidad significativamente más elevada que otros grupos, al punto que en el segundo trimestre de 2024 era de casi 64%, 28 puntos más elevada que la tasa global”.

 

Como resultado, “más de 6 entre cada 10 jóvenes trabajadores en relación de dependencia” se desempeña en condiciones de informalidad”. En cifras, los asalariados de entre 45 y 64 años (60 años en caso de mujeres) experimentan la tasa de informalidad más baja (27,5%, seguidos por el grupo de 25 a 44 años (34,4%), los de 65 años (60 entre las mujeres) y más (47,9%).

 

 

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