Con energía artesanal

Analía Pérez se nutre de lo que elaboran mujeres artesanas de distintas comunidades originarias de nuestro país y que se transforman en productos para la casa, la decoración o la moda.

“Cada pieza de Fibra Sagrada tiene en su esencia una energía única propia de cada tejedora y ahí se fusiona lo ancestral, lo natural y lo artesanal. Sus piezas son únicas y están hechas a mano con la materia prima que les ofrece la madre naturaleza, por eso reivindicamos ese trabajo que es cien por ciento artesanal”, se presenta Analía Pérez, una santarroseña de 42 años que es licenciada en Comunicación Social y que desde hace tres años puso en marcha un emprendimiento que ofrece artículos de decoración para el hogar.

En “Fibra Sagrada” hay canastos en distintos tamaños, bandejas, floreros, posa fuentes y también productos de moda e indumentarias como carteras y bolsos tejidos en hoja de palma. Analía se nutre del trabajo de mujeres de seis comunidades indígenas de nuestro país y los artículos se venden a través de las redes del proyecto y en el número de WhatsApp 2954-296826.

“El producto tuvo desde el principio muchísima aceptación, son cosas que gustan mucho, cosas de decó que tienen el plus de que son cien por ciento artesanales, que se unen a la línea de lo natural, lo sustentable, el consumo responsable y lo amigable con el medio ambiente. Y con esa premisa es que también formamos parte del Primer Directorio de emprendimientos sustentables de Latinoamérica”, destacó Pérez, que además trabaja en el Museo de Artes de la provincia.

Mayorista. ​

Analía comenzó con las ventas en Santa Rosa y a medida que se fue conociendo su propuesta se amplió hacia otros lugares y hoy hace ventas mayoristas a distintas provincias.
“Tengo ventas hacia Mendoza, San Luis, San Juan. Además de vender lo que hacen en las comunidades originarias como la Wichi, del Impenetrable chaqueño, o la Quom, Pilaga, también trabajo con artesanos cordobeses. Y algo que me gusta destacar es que son todos productos hechos por mujeres de esas comunidades, que se encargan de ir a buscar la palma, la cosecha, la ponen a secar y recién ahí tejen, por eso hay que respetar los tiempos que ellas manejan y que depende mucho también de las condiciones climáticas”.
Analía insiste en que la propuesta de Fibra Sagrada trasciende el mero artículo que alguien elige y compra porque “no sólo es llevarse algo para la casa o para ponerse, te llevás también la historia de vida de alguien que lo estuvo tejiendo, entonces desde el principio esa fue una apuesta clara del emprendimiento”.

Niñez.

El crecimiento de Fibra Sagrada le dio la posibilidad a su mentora de pensar en nuevos horizontes, por eso en breve sumará productos para la línea niño y niña. “Es algo que me genera mucha expectativa porque son cosas muy originales y lindas de tener, y mi otra idea a futuro es poder abrir un punto fijo para que la gente pueda venir a ver directamente y llevarse lo que le gusta”.

-¿Y qué otras cosas conforman el espíritu de lo que querés transmitir con el emprendimiento?

-“Es pensar la importancia que tiene la materia prima para quienes la trabajan porque la hoja de palma es su fibra sagrada ya que para muchos de ellos esta actividad que es la cestería es su principal y, en algunas ocasiones, su único sustento económico. Lo que busco es visibilizar el trabajo de nuestros artesanos, a través de la comercialización de sus artesanías respetando y valorando los saberes ancestrales con que fueron creadas cada una de sus piezas”.
Cestos con y sin tapa, bandejas circulares y rectangulares, carteras, bolsos materos, cestos cuadrados, portalámparas colgantes, baúles, platos de sitio, posavasos, floreros, alfombras circulares y rectangulares, costureros, leñeros, sombreros, apliques de pared y toda una variedad de posibilidades hechas en fibras naturales. Y con las manos artesanales que a través de sus creaciones también cuentan partes de sus vidas.