Lunes 15 de abril 2024

De La Pampa al mundo

Redacción 06/11/2021 - 00.17.hs

La empresa Gente de La Pampa fabrica y vende productos que están en la mesa de todos los días: la mayonesa y el aceite Lágrimas del Sol. Una marca de exportación que llega a la totalidad del país y que tiene una receta que la hace única.

 

"Estilo casero" resalta en letras verdes en el frente del envase mayormente negro con fondo amarillo. Ese dato la distingue porque tiene una elaboración diferente que la hace tan sabrosa como de alta calidad y tiene el sello cien por ciento pampeana. Es la mayonesa Lágrimas del Sol, uno de los productos que elabora y vende la empresa Gente de La Pampa, una firma que tiene su enorme planta de 11 hectáreas en Catriló y desde la que distribuye hacia toda la Argentina y distintos países de Latinoamérica.

 

"La Empresa se divide en tres grandes unidades de negocios: por un lado lo alimenticio con el aceite y la mayonesa Lágrimas del Sol, la nutrición animal con los alimentos balanceados y el complemento de la molienda de soja, y la planta de biocombustibles. Nosotros desde siempre abastecemos con nuestro aceite a la industria como por ejemplo las fábricas de snacks, desde las ultra conocidas a las no tanto, a panificadoras y a fraccionadores. Elaboramos y vendemos aceites fraccionados y a granel", explica Soledad Martínez (46), administradora de empresas y quien en Gente de La Pampa ocupa el cargo de coordinadora de ventas de algunos de los productos.

 

"Con la mayonesa nos gusta hacer mucha docencia porque a la gente le encanta pero también pregunta por qué es más cara que las otras mayonesas, y el secreto es que tiene una formulación de 78 por ciento de aceite. Las otras marcas le han ido sacando aceite y metiendo otras cosas para abaratarla, eso no quiere decir que sean malas o que no sean ricas, pero la nuestra es bien casera. No le mezquinamos en nada el aceite y eso nos distingue y por eso en el envase le pusimos la denominación 'estilo casero'. Y esa receta tiene un precio, por eso nuestra idea es contar que no es una mayonesa cualquiera", describe Soledad sobre la receta de Lágrimas del Sol.

 

Tanto el aceite como la mayonesa -que tienen la certificación internacional de calidad FSsc 22000- se consiguen en toda La Pampa pero también en cada una de las provincias del país. Desde Catriló salen decenas de camiones cada día pero los distintos productos elaborados allí también se embarcan hacia otros países del continente.

 

"La producción de aceites que hacemos va un tercio al mercado doméstico, una parte a granel y otra al exterior. Exportamos a países limítrofes y por barco hacia lugares de Centroamérica como Costa Rica y Panamá. En Colombia hay una cadena que nos compra hace muchos años y Walmart Internacional también es cliente de la Empresa. Además hacemos marcas para terceros, como la Cooperativa Obrera. Todo eso es en aceite, aún no exportamos la mayonesa pero tenemos vendedores en cada zona del país", detalla Soledad.

 

Gente de La Pampa genera empleo para 210 personas. Muchos viven en Catriló mientras que cada día llegan empleados y empleadas desde Santa Rosa, General Pico y localidades cercanas. La firma abrió sus puertas en 1976 (inicialmente en el Parque Industrial santarroseño y después se mudó a Catriló) y en 1996 inauguró la planta de mayonesa, un producto enteramente pampeano que cada vez es más demandado y que también tiene una marca más económica.

 

"Tenemos nuestra marca Magesta, que tiene un precio más económico que Lágrimas del Sol pero que es muy buscado también. En el caso de Lágrimas del Sol renovamos todo el diseño y la imagen del envase y desde 2016 lo hicimos negro. En el caso de Magesta se identifica con algo más tradicional y se consigue en los negocios de cercanía. La empresa apunta más que nada a las cadenas regionales".

 

Girasol.

 

Gente de La Pampa produce unas 2 mil toneladas de aceite por mes. Se trata de un producto que se elabora, se envasa y se vende de diferentes formas. Y para ello resulta clave la ubicación de la planta.

 

"Nuestro aceite cuenta con un proceso que es muy noble y no lo castiga tanto. Muchas firmas lo fraccionan con su botella y su marca y por eso somos proveedores, no es casual que estemos en Catriló que es una zona muy girasolera. Nosotros compramos todo el girasol que hay alrededor y solo cuando no alcanza lo traemos de otro lado. En el caso del aceite tenemos que convivir con el fideicomiso aceitero que es un acuerdo entre privados que se hizo en 2008 y del que quedamos afuera y que se formó otra vez en enero pasado con seis empresas y también quedamos afuera. Ellos tienen un precio acordado y eso es un problema porque hoy vender en un mercado tan manipulado es complicado. Hay cuatro que son grandes empresas, porque con la caída de Vicentín se redujo esa cantidad, y nosotros quedamos relegados. La cuestión es que nosotros convivimos con ellos en la góndola pero esas marcas tienen un precio subsidiado, eso es en cuanto a la botella. Es diferente en la venta a granel, no hay tanta guerra de precios", completa Soledad respecto a un mercado que no siempre ofrece las mismas posibilidades justamente en una época donde el control de precios está en pleno debate.

 

Al tratarse de una empresa alimenticia Lágrimas del Sol también trabaja para adaptarse a la nueva Ley de Etiquetado Frontal, aprobada hace unos días por el Congreso nacional. La adaptación a la nueva norma no demandaría demasiado tiempo y al visitar la planta junto a Leonardo Costoya (supervisor de producción) se puede comprobar que está equipada con la mayor tecnología.

 

"Se hizo una inversión grandísima y se compró una máquina que arma el envase de la mayonesa, la llena, la cierra y la deja lista; es espectacular y nos permite una escala de producción mucho mayor. Se ha tecnificado mucho la fábrica, de hecho quedan muy pocas cosas por robotizar, estamos muy aggionados en cuanto a tecnología pero hay que destacar que todo ese proceso no sustituyó en absoluto la mano de obra", detalla Leonardo mientras se envasan botellas y sobres de mayonesa. Las cintas transportan productos uno tras otro, un robot enorme moviliza cajas y decenas de empleados cumplen su tarea en las distintas áreas. Así se hace una marca que, desde La Pampa, sale al mundo.

 

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