La tienda de las sonrisas
Graciela Carabajal dejó el espacio donde se hizo conocida y se mudó a un sitio mucho más amplio y cómodo en el que ofrece todos los talles de indumentaria para las chicas y chicos.
Las puertas parece que nunca tienen descanso. El ingreso y egreso de gente, de clientela, no encuentra descanso y mientras Graciela cuenta su historia los saludos tampoco tienen pausa. Y siempre con una sonrisa gigante dibujada en su rostro. “Sí, y ahora hay poco movimiento”, dice con espontaneidad pese a que hay más de diez personas entre los estantes, las cajas y los probadores a las casi las 8 de la noche y afuera el frío invernal amenaza a quienes se asomen. Pero en “Piedra Libre Teens” hay otro microclima, de estreno y con la calidez de siempre.
“La verdad que no tenía planeado cambiarme de lugar, siempre estuve en el local chiquito de la calle Hilario Lagos y hacer un cambio, en este momento, con el panorama tan complicado que hay, no parecía aconsejable. Pero el alquiler aumentó mucho, no tenía relación con el tamaño del salón, así que salí a buscar y encontré esta esquina tan linda. Vendí todo lo que tenía y me la jugué”, cuenta Graciela Carabajal (43 años) en la tienda que desde hace unos días tiene su dirección en la calle Hipólito Irigoyen y Rivadavia, en el centro santarroseño.
“Tenía muchos temores, ese miedo a que la gente está acostumbrada a una cosa y por ahí le cuesta el cambio. Está muy instalada esa cuestión de que queremos estacionar en la puerta, no alejarnos de lo que conocemos; pero la verdad que estamos muy felices porque la respuesta ha sido hermosa, están todos muy contentos, me dicen que era hora que cambiara de lugar y de estar más cómodos, así que vamos disfrutando de todo lo nuevo”, agrega y los saludos incesantes de quienes ingresan al negocio son el mejor certificado a todo lo que dice.
Graciela nunca de sonreír, ni siquiera cuando se le pregunta por su historia personal y cómo se vinculó con su veta emprendedora. “Tuve que salir a trabajar a los 13 años, a mí y a mis dos hermanos varones que son más grandes nos crió sola mi mamá. Mi papá era alcohólico, golpeador, así que salí a trabajar porque la situación era complicada y el primer empleo fue en el supermercado De León. Después trabajé en el depósito de una tienda en el Parque Industrial, también en Macoco’s, en el Casino; hasta que surgió la posibilidad y pude comprar el fondo de comercio de Piedra Libre, que era de ‘Toni’ Di Francisco y vendía ropa para niños pero con una concepción muy distinta a la que yo tenía”, recordó.
Más talles.
Graciela le dio su impronta al negocio y se preocupó por buscar esos talles que en pocos lugares, y pese a una ley vigente como la Ley de Talles, se consiguen. “Yo empecé a ofrecer ropa para nenas entre 5 y 7 años que por ahí tienen otro cuerpo, que necesitan un talle más grande y que no es lo habitual que se consigue. Después fui ampliando, también para los niños, chicos que quizá tienen un sobrepeso entonces la búsqueda de ropa no es fácil para ellos y sus familias”, describe en la charla con LA ARENA mientras su equipo de trabajo atiende a toda la clientela que pasa a conocer el nuevo espacio, a mirar y a comprar.
“Con el tiempo fuimos ampliando la ropa hacia edades más adolescentes y aunque teníamos ropa de bebé ahora ya lo estamos dejando porque nos concentramos en lo que es teens, es decir que vamos desde los 4 años hasta los 13, 14 años. Hay una edad en la que los chicos que por ahí no tienen el cuerpo que tanto se impone desde la publicidad y las redes, no quieren usar un jean por ejemplo, entonces capaz que a la una de la madrugada debajo de las sábanas estoy buscando en internet joggins que tengan las mismas características, tipo un jean con elástico, que sea canchero y así los pueden llevar sin que sea un jean clásico con cierre y botón”, detalla Graciela, que está ciento por ciento pendiente de su negocio y de lo que ofrece. “Me la paso buscando proveedores, lugares, ropa que pueda traer”, añade.
Atractivos.
Graciela nunca se queda quieta. Más allá de buscar proveedores, talles y tendencias; ya es habitual que proponga atractivas campañas en fechas especiales.
“El año pasado para el Día de la Niñez contraté un transformer, un robot que vino desde Buenos Aires y eso explotó, fue un furor en el local de la calle Lagos. Para Halloween también contraté una foto cabina, decoré todo el local especialmente y generó mucha atracción. Lo mismo para este nuevo local, que traje una murga, una barra, un robot con luces LED. Ya se viene el día del niño así que algo tendrá que hacer”, remarca Graciela, que tenía planeado abrir el nuevo espacio en la fecha que coincidía con la de la muerte de su mamá, “pero no nos dieron los tiempos así que fue unos días después ya estamos plenamente instalados”.
“Me gusta generar cosas distintas, atractivas, que no sea sólo venir a ver ropa y nada más. También me adhiero a los promociones con tarjetas, por ejemplo ahora tengo la de 20 cuotas del Banco Pampa y funciona muy bien”, cuenta la propietaria de ‘Piedra Libre Teens’ mientras ordena un buzo de Hello Kitty, una marca de los ’80 que ahora tiene su nueva ola de la mano de la moda juvenil.
“Abrimos de lunes a sábados en doble turno y si hace falta estamos hasta las 9, 9.30 de la noche. Estoy muy agradecida de lo que me devuelve la gente. Es una clientela muy fiel y lo que viene hacia adelante es todo expectativa. Me la jugué con abrir acá así que ojalá el negocio se pueda consolidar. Todavía faltan algunos detalles y cosas por hacer pero estoy muy contenta”, dice Graciela con otra sonrisa espontánea y su momento se parece bastante a una recompensa.
Artículos relacionados