Sabado 21 de junio 2025

Sabores en expansión

Redacción 21/06/2025 - 00.21.hs

“Vittorio” es una marca registrada y en constante crecimiento: desde hace dos meses abrió una hermosa cafetería sobre la avenida Perón, un lugar para el encuentro y el disfrute. La pyme familiar siempre apuesta por más y el nuevo proyecto emplea a casi 20 personas.

 

En una de las mesas hay un grupo grande de casi diez personas que hablan sobre cuestiones varias, en otra una pareja disfruta de un suculento desayuno, al lado una joven sola se concentra en la pantalla de su notebook junto a un café humeante, más allá un padre con dos hijas prueba productos de pastelería, en otra de las mesas dos amigos reciben a otro que llega para compartir.

 

Es una mañana de feriado y mientras dos niñas corren por el impecable césped de la vereda, desde los ventanales se refleja una postal de sello bien pampeano justo en la transición entre el otoño y el invierno que empieza hoy: el sol entra al enorme y cálido salón a través de las incontables ramas de un caldén que parece implantado en el sitio ideal. Es el paisaje del nuevo emprendimiento de “Vittorio”, la heladería que nació hace ya 30 años y que desde entonces apuesta por el crecimiento y la expansión. Ahora con una cafetería con propuesta gastronómica que desde hace dos meses abrió sus puertas en la avenida Perón al 5300, en esquina con la calle Tordo del barrio Lowo Che de Toay.

 

“Hace mucho tiempo que veníamos planeando hacer algo en la Perón y en 2019 se dio la posibilidad de adquirir el terreno así que empezamos a proyectar el formato, qué servicio, qué tipo de productos íbamos a ofrecer. Un año y medio antes de abrir ya teníamos los productos diseñados y en febrero pasado estaba la cocina lista con el chef que contratamos, Raúl ‘Rulo’ Barrios, así que arrancamos con las pruebas reales. El 22 de abril abrimos las puertas y desde ese día por suerte la gente nos respondió, al principio nos costó un poco porque tuvimos que ir ajustando varias cosas. Lo gastronómico es algo nuevo para nosotros, es un rubro y mundo totalmente diferente, pero nos fuimos acomodando y ahora ya estamos mucho más afianzados”, cuenta Marcelo Segovia (57 años) mientras recorre la flamante cocina donde se elaboran y preparan las tartas, ensaladas, sándwiches y una gran variedad de exquisiteces de pastelería.

 

“Vittorio” de la Perón abre todos los días de 9 de la mañana hasta la 1 de la madrugada, cuenta con el servicio de pedidos, con productos envasados al vacío para llevar, y la cocina nunca cierra gracias a un plantel de 19 empleados que con la mejor atención ofrecen caricias para el paladar en una empresa de profunda raíz familiar porque junto a Marcelo trabajan su pareja Silvana Sernaglia que justamente hoy cumple 57 años, y los hijos de ambos, Santiago (30) y Tomás (26).

 

“Tenemos la enorme suerte de tener dos hijos sumamente responsables, serios, trabajadores y comprometidos con la empresa. Es ideal para que la empresa no envejezca y para ir transitando hacia el recambio generacional. En el caso de Santiago es licenciado en Administración de Empresas entonces él tiene otra visión, y ese aporte junto a mi experiencia se conjugan para seguir creciendo”, resalta Segovia en la charla con LA ARENA.

 

Expansión.

 

“Vittorio” nació hace 30 años y desde entonces supo transformarse y crecer gracias a pasos firmes y seguros. Al local céntrico de la Avenida San Martín santarroseña luego se sumó el negocio de venta express de la esquina de Pasteur y Martín Fierro, los locales en formatos de franquicia en Toay (en Roque Sáenz Peña al 1200) y en esta ciudad (sobre la calle Telén al 1600) con la segunda marca Duia y la fábrica propia en el Parque Agroalimentario de Santa Rosa. También el food truck con el que están siempre presentes en grandes muestras y exposiciones como la Expo Pymes.

 

“En total somos unas 30 personas las que trabajamos en la empresa. Siempre buscamos generar fuentes laborales pero tenemos un lema que es crecer despacio pero sobre pasos firmes y seguros. Quizá podríamos haber tenido un crecimiento más rápido pero hay algo que para nosotros es innegociable y que es mantener la calidad del producto y la calidad en la atención”, subraya Segovia sobre una firma que para la apertura del nuevo emprendimiento contó con créditos del Consejo Federal de Inversiones (CFI) y el Banco de La Pampa.

 

Historia.

 

Segovia aprendió a hacer helados en el ’84, junto a Roberto Torres, en la tradicional heladería Robert’s. En ese lugar trabajó durante una década hasta que el padre de Silvana le propuso convertirse en socios y abrir un local propio. “Él nos dio una mano grande y abrimos la heladería en la Avenida San Martín. Había una placita y al lado estaba la heladería IL Gelato, así que la compramos y abrimos Vittorio”, recordó sobre el origen de Vittorio que en 2006 se mudó una cuadra (al actual local de la San Martín) y allí se produjo el despegue.

 

Más allá de la historia empresarial, la pareja tiene una propia que es muy particular. “Estuvimos casi juntos en la incubadora, yo nací de seis meses y medio y ella es sietemesina, así que mi viejo le prestó la incubadora al papá de ella. Cuando tenía cerca de 20 años la conocí por una amiga en común y desde entonces estamos juntos”, recordó Marcelo.

 

Si bien Vittorio siempre se identificó como heladería, con el correr de los años se diversificó hacia otras ofertas vinculadas a la cafetería y la pastelería. “En este nuevo local de la Perón nos concentramos en cafetería, tenemos también los helados, incluso con gustos que no están en el centro, pero acá es una cafetería con servicio de máxima calidad junto a lo gastronómico, así que la gente ya nos identifica de esa manera”.

 

El sol matinal entibia la mañana y con su luz natural hace relucir el celeste y blanco de la bandera ubicada en la puerta del local y que sirve como homenaje justamente el día que recuerda su creación. Las mozas caminan con las bandejas llenas de distintos sabores y el bienestar invita al disfrute y la pausa. Una ecuación que Vittorio resuelve a la perfección gracias al sello del trabajo y la exquisitez.

 

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