Jueves 25 de abril 2024

“Es lindo trabajar en la calle”

Redaccion Avances 01/05/2023 - 10.32.hs

Pamela Belén Alfonso trabaja como barrendera. Desde hace siete años camina las calles santarroseñas de 6 a 12 con su carro y en el Día del Trabajador contó su experiencia como empleada municipal.

 

“Tengo tres hijas y desde chica que trabajo para sostenerme. Primero estuve en una empresa de limpieza y ahora para la Municipalidad de Santa Rosa”, cuenta Pamela a modo de presentación. “Fue un cambio muy lindo, siempre digo que lo mejor que me pasó, es haber podido contar con un empleo estable, es algo muy valioso”, agregó.

 

Pamela tiene 28 años y no deja pasar un dato que también le cambió la vida para siempre. “Cuando apenas entré a trabajar salí sorteada para la vivienda y hoy cuento con techo propio, que es otra ayuda importantísima”, aseguró. Su jornada va de lunes a sábado. Y aunque muchos crean que su tarea parece sencilla, ciertamente no lo es. “Trabajar en la calle es lindo, a mí me gusta, a mis compañeras también, lo único que tenemos nuestras épocas de mucha más actividad de barrido intenso. Por ejemplo en otoño con la cantidad de hojas en el centro de la ciudad, se vuelve más ardua la jornada que en invierno, que
es cuando estamos más tranquilas. Hace mucho frío pero no hay tantas hojas y basura en las calles”, agregó.

 

Santa Rosa y su gente

 

Ellas, las barrenderas, leen el comportamiento social. Las calles hablan y en este sentido Pamela analiza: “Santa Rosa es muy limpia y en sí los santarroseños lo son. Los vecinos colaboran bastante y son amables. En las jornadas de frío, algunos se acercan con un café, otros me ven con las bolsas y aprovechan para arrojar su papelito para no ensuciar. La verdad que en ese sentido la gente colabora un montón. Por ejemplo, el otro día una señora me ayudó a abrir las bolsas para meter las hojas y fue un gesto que no siempre pasa”.

 

“También hay otros que vienen y nos felicitan y otros que quieren que les barramos la vereda. Piensan que estamos ahí para eso, cuando en realidad es el barrido de cordones y calles”.

 

Pamela aclara que “parece algo sencillo llevar un carro pesado durante seis horas a lo largo de las 16 cuadras, pero no lo es. Lo hacemos tranquilas durante toda la mañana, por ahí hay días que lo terminamos un poquito más temprano y otros en los que llegamos justito con el tiempo”, explicó.

 

Además, detalló que cada barrendera y barrendero tiene su recorrido ya especificado. “Los lunes, miércoles y viernes estamos en la zona más céntrica. Y los martes, jueves y sábado, de la avenida Luro en adelante hasta la Circunvalación. Cuando llueve el servicio se interrumpe y se continúa después”.

 

“Las chicas que trabajan los fines de semana salen a la mañana, una hora después que cierran los boliches porque ya no queda nadie, entonces van a hacer la parte céntrica que es donde más tiran los vasos y hay más desperdicios”, explicó.

 

En cuanto al recorrido señaló que una vez que se llenó el carrito “se junta todo y se deja en una esquina embolsado y después pasa el camión que recolecta y se lleva todo mientras se regresa a la base”. Entre las cosas que menos le gusta, está el frío.

 

“Cuando caen esas heladas de invierno no sabés a dónde meterte”, lamenta Pamela. Y otra de las afecciones propias del trabajo es el dolor de cintura. “Contamos con controles médicos anuales y con un equipo de indumentaria de trabajo que nos permite estar seguras mientras hacemos el recorrido. Tenemos zapatos de seguridad, la campera y el ambo que nos provee el municipio”.

 

Mamá por tres

 

Además de su empleo, otra gran parte y quizás la más importante, es la que desarrolla como mamá. “Cuando llego de trabajar me ocupo de organizar la casa y la comida. Mando los nenes a la escuela y me pongo con las tareas hogareñas como limpiar, cocinar y ordenar”. También descansa y en sus ratos libres juega al fútbol con amigas. “Tengo otro grupo del trabajo con las que suelo salir a tomar algo y pasar un momento agradable”.

 

Consultada por alguna meta pendiente, Pamela dijo que le gustaría poder aprender panadería y pastelería. Su futuro no se escribió, pero sueña con aprender otro oficio y mientras eso ocurre, trabaja para darle a su familia una vida mejor. “Me gustaría que mis hijas estudien, que trabajen de lo que les gusta y que les alcance para vivir”, aventuró. En este sentido dijo que los chicos de hoy tienen muchas ganas de trabajar y progresar y que no siempre pueden lograrlo.

 

“Doy gracias porque amo mi trabajo, sí es cierto que pasamos frío, calor, cansancio; pero tenemos un ingreso laboral y lo valoro un montón”.

 

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