Jueves 25 de abril 2024

Por la sequía, el trigo deja U$S 135 millones menos este año

Redacción 22/04/2023 - 00.13.hs

La falta de lluvias perjudicó a los cultivos invernales con precios FOB promedios de U$S 251 para el trigo y de 280 dólares para la cebada cervecera. En promedio, para ambos cultivos de invierno, la caída fue del 41,8%.

 

JUAN JOSÉ REYES

 

La producción total de granos finos en la provincia de La Pampa (exclusivamente trigo y cebada) durante la campaña 22/23 fue de tan solo 565.292 toneladas en conjunto, en una superficie sembrada en todo el territorio provincial de 334.230 hectáreas y un total de 256.570 cosechadas. Dicho tonelaje le hizo perder al campo pampeano respecto de la campaña anterior, por efectos de la sequía y la falta de humedad en piso, 135 millones de dólares de ingresos, antes de retenciones.

 

En promedio, para ambos cultivos de invierno, la caída fue del 41,8% ya que se recolectó respecto de la siembra pasada 406.290 toneladas menos en solo 115.470 hectáreas (-31%). En otras palabras, la falta de lluvias perjudicó a los productores pampeanos en los cultivos invernales con precios FOB promedios tanto del trigo (U$S 251) y de la cebada cervecera (U$S 280).

 

Para tener una noción de la incidencia de la producción de granos finos dentro del Valor Bruto de Producción (VBP), es necesario recordar que estos cereales participan en un 31,2% (los granos gruesos y oleaginosas el 68,8%).

 

La notable caída de la producción de la última campaña de invierno ha significado un decrecimiento cuantioso en comparación con los niveles de producción de siembras pasadas. Ésta de granos finos mostró una muy baja productividad (trigo apenas 2.577 qq/ha y cebada 2.719 qq/ha), atribuible a una menor utilización de híbridos y mejores métodos de labranza, atentos a la falta de registros pluviométricos acordes a la línea de isohietas (lluvias) de la última década en la provincia.

 

Antes aquí el ciclo agrícola iba de este a oeste y de norte a sur, ahora se da oeste a este y en menor proporción de sur a norte. El claro ejemplo fue el rendimiento en trigo, por ejemplo, definido por la cantidad de espigas logradas por metro cuadrado, los granos por espiga y peso de 1.000 granos pasando de 25.77 quintales por hectárea a 21,27.

 

Aunque el factor decisivo es la cantidad de espigas por metro cuadrado, no hay que olvidar es que la recolección de los cereales de invierno es estratégica para poder avanzar en la gruesa, que tampoco tiene buenas perspectivas según los números extraoficiales.

 

Total muy bajo.

 

Según la Secretaría de la Agricultura, Ganadería y Pesca de la Nación, en sus dos delegaciones de la provincia, la cosecha fina pampeana de la campaña anterior (básicamente trigo y cebada y dejando de lado la avena, centeno y colza) alcanzó un total de producción extremadamente bajo de apenas 562.292 toneladas lo cual generó una pérdida de ingreso promedio ponderado a la provincia del orden de los 135 millones de

 

dólares fuera de retenciones.

 

Como conclusión se puede aseverar La Pampa y toda la zona núcleo enfrentó una de las peores sequías de su historia, con casi el 55% de la superficie del territorio afectada por la falta de lluvias o en condiciones de estrés hídrico. El año 2022 se ubica entre los 14 años más secos desde 1961 en la provincia.

 

Según el Sistema de Información de Sequías para el Sur de Sudamérica (SISSA), casi el 60% del territorio argentino (entre ellas La Pampa), a pesar de las últimas lluvia, padece sequía con diferentes grados de intensidad. Un 40,42% no estaba seco al 20 de febrero pasado, mientras que un 10,54% estaba anormalmente seco, un 18,76% sufría sequía moderada, un 16,07% padecía sequía severa, un 11,34%.

 

Además, el crecimiento de la competencia entre los operadores comerciales de nuestra provincia se manifiesta en la necesidad de ofertar un paquete de nuevos servicios al productor para que eleven sus ingresos netos y reduzcan sus costos, como una forma de morigerar los aspectos tributarios y de créditos

 

casi imposibles de tomar, salvo la de los pequeños, pues el BLP y el Ministerio de la Producción le subsidian las tasas.

 

En nuestra provincia un 8% de los granos cosechados no es volcado al circuito de comercialización por el productor, pues es utilizado en general como forraje o semilla dentro de su establecimiento. Del 92% restante, 44% es vendido a través de acopiadores instalados a lo largo y a lo ancho de la provincia.

 

Alrededor de un 5% es comercializada a acopiadores privados y el otro 43% es entregado, en consignación, a cooperativa de productores o van directamente a los silobolsas.

 

Tal matriz de comercialización se modificó en la última campaña, pues el ingreso de divisas de la campaña fina es valioso pues está considerada como la "caja chica" del chacarero para financiar la gruesa. La pérdidas en trigo llegaron aquí a los 102 millones de dólares y en cebada cervecera a los 33 millones.

 

Grano por grano.

 

Los resultados finales de la campaña de trigo 22/23 (el propiamente dicho y el candeal) estableció que se sembraron 334.230 hectáreas y se cosecharon en 256.570 produciéndose 565.292 toneladas del cereal con un rinde de 2.508 kg/ha. En cebada total (cervecera y forrajera) se sembró 127.530 hectáreas y se cosechó en solo 51.470 hectáreas con una producción de 129.072 toneladas y un rinde promedio de 25,08 qq/ha.

 

Esto impactó de lleno en la exportación y la molienda dejando a los productores y a los tres fiscos (AFIP, DGR e intendencias) con valores cercanos a los 76 millones de dólares menos. Solo mejoraron los precios internacionales y que en parte morigeraron la caída de los volúmenes.

 

En síntesis, los granos finos pampeanos, para ambos propósitos (grano y forraje alimentario), fueron muy malos. Además, poco auspiciosos en fondos que ingresan a los productores para los inicios de la nueva campaña fina. Un relevamiento realizado por CREA muestra la más que preocupante situación generada por las adversidades climáticas en ambos cultivos, que provocaron una merma importante en el ingreso de divisas.

 

El desastre climático que se registró generó en el país una merma del ingreso de divisas que afectará tanto a las comunidades productivas como a la economía argentina en general ya que solo en los cultivos de trigo y cebada, las pérdidas económicas se calculan en torno a los 3300 millones de dólares.

 

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